EL PASADO

Otros ojos

"hay cientos de fotografías de hombres, mujeres y niños exhibidos al lado de un tablón con una cifra –el precio–, hechas con un ánimo que hoy llamaríamos “de mercadeo”. Asimismo hay imágenes de escarmiento: espaldas con las marcas físicas del castigo. Infames, todas, otra vez. Y en eso estaremos de acuerdo".

Esteban Duperly
4 de diciembre de 2019
MATADERO DE LAS EMPRESAS VARIAS. HORACIO GIL OCHOA. 1960

En la iconografía de la infamia hay un lugar destacado para las imágenes de la esclavitud en América. Salta de primero un grabado muy conocido hecho para mostrar cómo apiñar eficientemente la carga humana en la cubierta de un barco negrero. Infame es un buen adjetivo para describirlo. También hay cientos de fotografías de hombres, mujeres y niños exhibidos al lado de un tablón con una cifra –el precio–, hechas con un ánimo que hoy llamaríamos “de mercadeo”. Asimismo hay imágenes de escarmiento: espaldas con las marcas físicas del castigo. Infames, todas, otra vez. Y en eso estaremos de acuerdo.

Pero no siempre fue así. Por décadas esas imágenes circularon con normalidad, sin un estigma. Fue solo cuando el mundo giró –en algunos lugares más pronto que en otros– que empezamos a sentir repulsión por ellas, y hoy serían impensables. Desde luego la culpa no fue de los fotógrafos. Ellos solo registraron la vida.

Así, igual, se tomaron fotografías como la que acompaña este texto, que fue publicada también en su tiempo con fines de propaganda. Pero a la luz de hoy surge, desde adentro del cuadro, la crueldad de los mataderos de ganado, en los que impera una lógica industrial como si no se tratara de matar.

El tiempo histórico para mirarla con otros ojos llegó. O quizás no; dirán que es muy temprano. Pero correrá el tiempo y nos preguntaremos cómo fuimos capaces de tanto.

Noticias Destacadas