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Opinión

¿Cómo ponerse en el lugar de tu animal de compañía y saber si es feliz?

La mejor forma para saber si cualquier ser vivo está bien o mal, es simple, sólo hace falta ponerse en su lugar. ¿Cómo? Andrés Ortega nos lo cuenta.

Andrés Ortega Borthwick , Defensor De Los Animales
28 de marzo de 2017

Nuestros amados animales de compañía son seres dotados de sistemas que cumplen las mismas funciones que en el ser humano. Ambos, están compuestos por células que se organizan para componer los diferentes órganos. Ellos, al igual que nosotros, cuentan con sistema esquelético, muscular, digestivo, respiratorio, nervioso, reproductivo, etc. ¿Por qué habrían de funcionar todos los sistemas que compartimos con ellos de la forma correcta, menos el nervioso y el sensorial?

Con el fin de evitar muchos interrogantes, se nos educó desde niños con la idea de que los animales eran seres inferiores, que estaban en el planeta para servirnos y es verdad, pero les faltó explicarnos, que nosotros como seres “superiores” también estábamos aquí para servirles a ellos y a nuestros semejantes.

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Esta introducción la hago con el fin de que entendamos, que ellos sienten y tienen las mismas necesidades fisiológicas y emocionales que nosotros. Lo que pasa, es que ellos tienen una capacidad de adaptación más desarrollada que la nuestra, y por eso, manejan con mayor fortaleza las adversidades que se les presentan.

Y así, estando contextualizados, podemos ponernos más fácilmente en su lugar. Para  hacerlo, me ayudaré con simples ejemplos:

  • Mis perros solamente duermen profundamente y tranquilos cuando estoy en casa, porque se sienten seguros y porque están sin la angustia de no saber en dónde estoy. Algunos, se acostumbran a los espacios de tiempo en los que nos es imposible estar con ellos pero saben que igual llegarás a casa. Otros, se llenan de angustia y ansiedad y la manifiestan haciendo destrozos o simplemente esperando en la puerta o en la ventana tu llegada, muchas veces sin comer ni beber hasta no verte. 

Es por eso que es tan cruel el abandono, porque ellos al igual que los humanos, no están preparados para perder a su ser querido y siempre esperan verte regresar a su lado, pues ellos nunca te abandonarían voluntariamente y no creen posible que tú seas capaz de hacerlo. Hay cientos de casos documentados de muerte por tristeza o “pena moral” * Son felices si te tienen a su lado.

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  • Los hemos educado de manera que tienen que hacer sus necesidades en un determinado lugar de la casa (es el caso de tenedores, que los enseñan a hacer en un periódico o en una terraza o en la calle). En éste caso, ellos muchas veces deben aguantar por horas y lo hacen por evitar que te enojes con ellos. 

Aparte de cruel, es perjudicial para su salud, aguantar por largos periodos de tiempo. ¿Qué tal que nosotros dependiéramos de alguien para poder hacer nuestras necesidades y esta persona nos hiciera esperar por horas? *Deben poder hacer sus necesidades mínimo tres veces al día. 

  • Los animales de compañía, deben tener un lugar cómodo para dormir, protegidos del frío y la intemperie. Es duro ver a esos animalitos sin hogar, enrollados para calentarse, soportando todas las inclemencias del clima. *Son felices si no experimentan calor o frío en exceso.

  • El haber “domesticado” a gatos y perros nos obliga a proveerles de la alimentación diaria  balanceada y velar porque nunca les falte agua fresca a disposición permanente. * Son felices si no tienen hambre ni sed. 
  • Ellos disfrutan mucho tu compañía, les encanta jugar contigo, hacer ejercicio y caminar a tu lado. No los puedes tener como objetos, son seres que requieren de actividad y diversión. * Son felices si les dedicas tiempo. 
  • ¿Qué tal que nosotros no pudiéramos expresarnos cuando sentimos malestar o dolor y que tuviéramos que aguantar todas las dolencias a palo seco? * Son felices si no sufren de dolor o enfermedad

A pesar de que muchas de estas situaciones parecen lógicas  y evidentes, algunas personas las olvidan, así que recuerda que como dice el dicho, “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

Recordemos que somos los responsables de darles una buena vida, si no te puedes comprometer a darles esas mínimas garantías de bienestar es preferible que pienses dos veces antes de tener un animal de compañía.

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