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¡Qué parche!
Los fines de semana son sagrados para las personas y perros integrantes del Parche Criollo, una familia unida alrededor de la pasión por el deporte, la naturaleza y las nuevas aventuras. Tú y tu mascota también pueden hacer parte de él.
Rocco, un criollo de casi seis años, tiene ancestros siberianos. Esto se nota en su pelaje y en sus ojos, pero, ante todo, en la sensación de libertad que transmite cuando sube por caminos empinados, descubre nuevas rutas, desciende en medio de matorrales y cruza charcos o quebradas. Él es más que la imagen del logo del Parche Criollo. Él es el alma de esta aventura.
Foto: Parche Criollo.
Hace tres años y medio, Lukas Llanos, amo de Rocco y fundador de la iniciativa, y otras cinco mujeres comenzaron a entrenar junto a sus mascotas en diferentes parques, montañas y quebradas de Bogotá, pensando en competir en la carrera Pet Run 2014. Finalmente, no participaron de la competencia, pero sembraron para sí mismos las ganas de continuar ejercitándose junto a sus mejores amigos, en medio de la naturaleza.
Desde entonces, cada vez más personas se han interesado en la idea de hacer deporte en compañía de sus perros. El grupo adoptó el nombre de Parche Criollo pues fue el hashtag utilizado por Lukas en las fotos de su perro en Instagram. Según él, nunca ha faltado el ímpetu. Siempre alguien hace la pregunta: “¿Y por qué no vamos más lejos?
El grupo ha caminado por bosques y quebradas en municipios cercanos a Bogotá como Sopó, Suesca, Guasca, Tocancipá, Guatavita y La Vega, entre otros. El frío no detuvo a sus integrantes en Sumapaz; han culminado largas jornadas bajo el atardecer llanero, en Villavicencio, y han viajado en lancha hasta Isla Múcura e Isla Fuerte.
Aunque perdió la vista cuando era solo un cachorro, este husky siberiano de cuatro años de edad es un deportista innato y un amigo fiel que logra ver con los ojos del alma.
Foto: Parche Criollo.
El Parche Criollo se ha consolidado como una empresa. El costo de cada actividad se invierte en el pago de los guías, en la exploración de nuevas rutas, en la formalización de la iniciativa y en un fondo destinado a apoyar iniciativas de adopción animal. Las puertas siempre están abiertas. Es más, si alguien interesado en participar en una caminata no tiene mascota, lo notifica y los organizadores le consiguen un perro en adopción para que le haga compañía.
En el caso de Rocco, quedaron atrás aquellos días en los que deambulaba por las calles de Bogotá, antes de ser rescatado y adoptado por Lukas. Ahora, cada fin de semana, le da rienda suelta a su energía, respira aire fresco y disfruta de la compañía de otros que, como él, se sienten ellos mismos en el ambiente natural.
Foto: Parche Criollo.
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