Pacheco y Lucas ya tienen nuevos hogares | Foto: La Fotoperrería

Adopción

Volver a empezar

Nada ha sido imposible para Pacheco y Lucas, dos perros rescatados por la Fundación TEPA que, a pesar de los pronósticos negativos, finalmente encontraron un hogar.

Mónica Pardo
22 de febrero de 2018

Un bernés de la montaña sin un ojo y un perro criollo sin una pata, lograron, finalmente, encontrar un hogar. Para nadie es un secreto que la adopción de animales en condición de discapacidad resulta más difícil, pues la mayoría de personas busca cachorros sanos o perros adultos en perfectas condiciones.

“A Pacheco le quitaron un ojito y duró vagando por Fontibón durante unos ocho años. Nadie lo quería adoptar porque ya tenía 10. Es horrible decirlo, pero la gente no adopta perros adultos”, recuerda Angélica Ramos, antropóloga y líder de la Fundación TEPA, organización que lo rescató.

Un día inesperado, una ingeniera química amante de los animales decidió darle una segunda oportunidad. Lady Tabares acogió a Pacheco como un miembro de su hogar y él también bendijo su vida, pues ella siempre había querido tener un perro de raza grande. “Un amigo compartió en Facebook una publicación de la Fundación. Entré a ver el álbum de animales en adopción y ahí estaba él. Los contacté y me dijeron que llevaba mucho tiempo esperando a ser adoptado, entonces me pareció una buena oportunidad para los dos”, explica Lady. 

Aunque Pacheco siempre fue rechazado por su edad, esta característica se ha convertido en una ventaja para sus dueños, quienes viven en un apartamento. Según Lady, “tener un perro adulto que ya sabe hacer sus necesidades, que avisa y espera a que uno lo saque, y que no depende tanto de sus amos, es mucho más fácil de tener. Ya llevamos seis meses con él y estamos absolutamente enamorados”. 

En los terrenos de TEPA ha nacido más de una historia esperanzadora. Lucas, un perro criollo al que le quitaron su pata delantera derecha, también vivió un proceso de rehabilitación, pero un poco más difícil: le costaba alimentarse y debía permanecer apartado del resto de los perros porque cuando se le acercaban se volteaba para morderlos. 

Finalmente, Lucas mejoró y se convirtió en un perro muy independiente. A pesar de tener solo tres patas, su historia en la Fundación posee un final muy feliz. Fue adoptado y hoy vive en Medellín en una casa grande y con piscina, en donde se zambulle cuando quiere disfrutar del agua y del sol. Inclusive, cuenta con una etóloga que le ayuda en su proceso de rehabilitación.

Para Angélica, quien llegó a la Fundación TEPA como madrina rescatista, Pacheco y Lucas “son ejemplos de rehabilitación, de resiliencia y de reintegración a la vida, en especial para las personas que se encuentran en condición de discapacidad”.

TEPA nació hace cinco años cuando Cristina González y Soraya Romero, dos animalistas y amantes de las mascotas, decidieron unirse para trabajar por la misma causa: salvar perros de las inclemencias de la calle.

Actualmente, cuentan con 120 caninos que han sido apadrinados por distintas personas encargadas de pagar una mensualidad por su manutención. Además, el lugar no solo rescata a los animales, también les presta primeros auxilios, atención veterinaria y esterilización antes de darlos en adopción. Una labor de admirar que vale la pena ayudar a continuar.

 

Contacto: Angélica Ramos - 321 263 2486