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Mi perro tiene una hernia discal

¿No sabes si tu perro tiene una hernia o no? ¡Descúbrelo!

30 de junio de 2016

Las hernias son aquellas protrusiones de órganos y tejidos por fuera del lugar donde se alojan normalmente, por ejemplo las umbilicales o inguinales. En nuestros amigos caninos representan una de las consultas de mayor frecuencia en las clínicas veterinarias, pues afectan las vértebras y la médula espinal, y generan trastornos de mucho cuidado. Aunque es una patología compleja, puede tener un pronóstico favorable.

En la etapa inicial, los síntomas consisten en incomodidad para realizar ciertos movimientos y levantarse. Posteriormente, el perro empieza a incrementar la dificultad para mover las patas traseras, llegando incluso a presentar episodios de inmovilidad completa, dolor o debilidad muscular. Una muestra del trastorno es que el canino arquea la espalda y mantiene la cabeza mirando al piso. De igual manera, se ve afectado el proceso de defecación. Las hernias discales pueden ser de tres tipos, y cada una requiere de un manejo diferente:

  • Tipo I: ocurre en razas pequeñas o medianas, de lomo alargado y patas muy cortas, como el perro salchicha (dachshund), el basset hound o el beagle. Se genera por traumatismos locales.
  • Tipo II: en razas medianas o grandes, son de evolución muy lenta o crónica y aparecen entre los cinco años de edad y las fases seniles. Algunas de las razas más predispuestas son el pastor alemán, el bóxer y el golden retriever.
  • Tipo III: la hernia sobre aguda o aguda, es decir, de muy rápida evolución, consiste en la salida completa del material intervertebral, derivando en la muerte del animal. Puede afectar a muchas razas.

En algunos casos, la radiografía simple puede ser de utilidad diagnóstica; en otros, es necesario realizar una tomografía axial computarizada (TAC) u otra técnica avanzada. La cirugía para resolver la hernia discal puede ofrecer un buen pronóstico, aunque algunos casos menos severos se pueden solucionar con reposo, administración de analgésicos y antiinflamatorios. La terapia física puede ser de gran ayuda para que el animal recupere el tono muscular, la motricidad y se reduzca el dolor.

Algunos profesionales recomiendan el uso de carros ortopédicos, los cuales facilitan la movilidad de la mascota en fases posoperatorias o de recuperación. La acupuntura y administración de medicamentos homeopáticos vienen mostrando resultados muy positivos en perros con hernia discal. Lo más importante es que el manejo que se realice sea direccionado por un médico veterinario de amplia experiencia o formación en ortopedia.

 

Consejos para evitar que nuestros perros sufran de hernias discales

Aunque existen factores propios de cada animal que difícilmente se pueden controlar, es importante implementar estrategias de manejo que reduzcan su probabilidad de sufrir hernia discal. Algunos consejos son:

  • En perros pequeños, de columna larga y patas cortas, debemos realizar ejercicio físico de fortalecimiento e incremento de la tonicidad muscular, iniciando de manera gradual. Para estos perros es ideal evitar el uso frecuente de escaleras.
  • Debemos evitarles ejercicios de alto impacto, como brincar desde muebles o estructuras altas. Lo anterior es mucho más importante en caso de que el perro sufra de obesidad.
  • La prevención siempre será el mejor consejo. Por lo tanto, debemos administrar un alimento de alta calidad y consultar al médico veterinario ante cualquier signo o síntoma.