Patrimonio
Piezas precolombinas que habían sido robadas vuelven a casa
Son 66 piezas de alfarería, metalurgia, orfebrería y esmeraldas talladas que le fueron decomisadas a un ciudadano italiano que vivía en Estados Unidos y fueron devueltas al país. El gobierno colombiano destacó la cooperación internacional en contra del comercio ilegal de bienes culturales.
“Estas piezas no son mercancía, son tesoros de la memoria, cultura e identidad colombiana”, aseveró Diego Herrera, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), refiriéndose a las 66 piezas precolombinas que el gobierno estadounidense devolvió oficialmente, este lunes, como un gesto de cooperación en contra del tráfico ilegal de bienes culturales.
En Colombia, por la riqueza arqueológica que posee y la falta de un registro completo de lo que existe en el subsuelo, es muy frecuente el saqueo y comercialización de este tipo de piezas.
El gobierno colombiano ha implementado políticas para luchar contra este tráfico ilegal. Como lo explicó Paula Marcela Moreno, Ministra de Cultura, “tenemos convenios con Ecuador, Bolivia, Perú, Panamá y Estados Unidos para la protección del patrimonio cultural”. Con este último se firmó en el 2005 un Memorándum de Entendimiento, por el cual se produjo la recuperación de 35 piezas de alfarería, 15 de metalurgia y orfebrería y 16 esmeraldas talladas, pertenecientes a diferentes épocas y lugares.
Quien las tenía era Ugo Bagnato, un italiano de 66 años que permanecía en Estados Unidos bajo el programa de exención de visados. Su captura se dio tras la investigación conjunta del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la policía local, que recuperaron la ‘mercancía’ precolombina en el estado de La Florida; finalmente, cumplió una pena de 17 meses en la cárcel y fue deportado a su país en el 2007.
William Brownfield, embajador de Estados Unidos, enfatizó en la necesidad de “demostrarles a aquellos que quieren robar el patrimonio que pueden ser sancionados legalmente”.
Además de la cooperación internacional, la cual vinculará hacia el 2010 a los países de Argentina, Suiza y China, el Ministerio desarrolla mecanismos de sensibilización y ha puesto en marcha una red interinstitucional. “En América, Colombia es líder en la lucha contra el tráfico de estos bienes, no sólo por su capacidad para recuperarlos, sino también por las campañas educativas de prevención”, destacó Moreno.
Sin embargo, Herrera admitió que “con algunos países el proceso de repatriación es difícil pues no se tienen evidencias para demostrar que las piezas son nuestras, mientras allá argumentan la legalidad de su propiedad”. Este es el caso de museos en Francia y España.
El Museo Nacional albergará de ahora en adelante estas piezas que la ley considera inalienables, imprescriptibles e inembargables. Elaboradas en metal, concha, cerámica y esmeralda, están ligadas a prácticas funerarias y ceremoniales que se remontan al primer milenio antes de Cristo y a los siglos que antecedieron la llegada de los europeos.
Carlo Emilio Piazzini, subdirector científico del Icanh, describió su procedencia geográfica: “los colgantes de oro y urnas funerarias vienen de la Sierra Nevada de Santa Marta; las orejeras y pendientes de oro del Sinú, las urnas funerarias del Magdalena Medio y las figuras votivas del Altiplano Cundiboyacense; las vasijas en forma de alcarrazas y canasteros son del Valle del Cauca y las copas polícromas de Nariño”.
La repatriación de estos objetos le permitirá a la arqueología colombiana reconstruir memoria sobre culturas precolombinas. Ahora los ciudadanos del común podrán apreciarlas en el Museo Nacional.