Pódcast Mejor Colombia
Procesiones de Semana Santa en Popayán: la historia de un carguero
Popayán se prepara para la Semana Santa, y con ella su cuadrilla de cargueros. Conozca la historia de Francisco Bonilla y del “amor infinito” que sienten él y su familia por los pasos y las procesiones. “Hay que tener convicción: si no hay corazón y mente puestas, el más fuerte no aguanta” dice.
Amor infinito. Son las dos palabras que usa Francisco Bonilla para hablar del sentimiento de él y de su familia por las procesiones de Semana Santa en Popayán. Ese amor lo heredó de su abuela Carmelita, quien integró la primera junta pro Semana Santa que tuvo la ciudad, y de su papá, que fue carguero y regidor.
Desde los 11 años, Francisco empezó a buscar su propio camino como carguero. “Me acuerdo que, para que nos dejaran sacar el paso de la iglesia, me iba con mis amigos desde las 3 o 4 de la tarde hasta las 8 de la noche y nos agarrábamos de los barrotes de los pasos que queríamos ‘pichonear’. ‘Pichonear’ es sacar el paso desde la iglesia hasta dos cuadras más adelante y recibirlo dos cuadras antes de su regreso a la iglesia y guardarlo”, recuerda este patojo de nacimiento en el segundo episodio de la nueva temporada de Mejor Colombia, un pódcast sobre historias de resiliencia contadas desde el corazón de las regiones del país.
Francisco logró ser carguero por primera vez en 1984. Ahí descubrió que no es una tarea para cualquiera. “Si queremos hablar de unidades métricas, en alguna ocasión algunos amigos curiosos hicieron unos pesajes y determinaron que eran entre 600 y 800 kilos, distribuidos entre ocho personas. Son cuatro horas de procesión. Puede ser bastante porque es un barrote de madera que reposa sobre uno de los dos hombros. Siempre he sostenido que el tema de carguío no es exclusivamente de fuerza física. He visto gente muy fuerte físicamente que intenta hacerlo y dice ‘no, esto es una bestialidad, yo me salgo’. Entonces, hay que tener convicción: si no hay corazón y mente, el más fuerte no aguanta”.
En total son cinco las procesiones reconocidas dentro de la tradición de la Semana Mayor en Popayán, que debido a la llegada de la pandemia del covid-19, en 2020, no se pudo realizar. “Los cargueros guardamos la esperanza hasta el último momento de poder cargar. Pero esto se comenzó a agravar y definitivamente se vio que era imposible. Fue realmente duro. La Junta Permanente Pro Semana Santa, de forma hábil, organizó unos conversatorios virtuales en los que cada noche, algún carguero u otro protagonista de la Semana Santa, narraba situaciones, cuentos, anécdotas”, cuenta.
Francisco no puede contener su alegría ahora que regresan las procesiones, los cánticos y las alabanzas de Semana Santa a las calles de Popayán, una tradición que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. “Estoy muy emocionado desde el punto de vista espiritual. También muy asustado, porque son dos años en los que físicamente no se ha hecho esa labor. Tengo tres hijos, uno de 21 y los otros dos de 19 años, y los tres están enfermos porque llegue la Semana Santa. La semana pasada estuvieron limpiando pasos con algunos de los síndicos”, concluye.
Escuche estas y otras reflexiones de Francisco Bonilla en su charla con Eduardo Echeverri, conductor y guionista del pódcast Mejor Colombia.