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Infierno en el Ministerio del Trabajo: denuncian a funcionarios por acoso laboral y que, al parecer, son protegidos por la ministra Gloria Inés Ramírez
SEMANA documentó cinco denuncias de acoso laboral en esa cartera. Las personas hablan de gritos, traslados indebidos y un superpoderoso sentado al lado de la ministra.
Hay relatos de acoso laboral en el Ministerio del Trabajo y no son precisamente los casos que esa cartera investiga sobre las empresas privadas, sobre los que la propia ministra Gloria Inés Ramírez abrió un boquete de señalamientos contra compañías de la industria de alimentos, floricultoras y call centers.
La torta se le volteó al ministerio. SEMANA conoció seis casos de presunto acoso laboral que fueron denunciados. Las víctimas alegan malos tratos de los directivos a sus subalternos y mencionan incluso a la persona que se sienta más cerca de la ministra, el secretario general Guillermo Andrés Rojas Forero, y a la directora de Inspección, Vigilancia y Control (IVC), Luz Ángela Martínez.
La ministra no es la que acosa, pero —según las denuncias— sí lo hacen su mano derecha y sus directivos. Los funcionarios consultados para este artículo aseguran que esas intimidaciones se han dado con el pleno conocimiento de Ramírez, a quien le han enviado correos con copia de las denuncias, que no reciben respuesta. Es más, afirman que quien realmente tiene el poder en la cartera es Rojas Forero porque terminó convirtiéndose en una barrera para acceder a la ministra Ramírez.
“Estoy en esa lista de perseguidos por el secretario general. No le importó que tenga fuero sindical, realiza movimientos dentro de la planta sin autorización de un juez, desconoce la normatividad y tampoco le interesa. Por orden expresa del secretario general, se le dio la orden a mi jefe inmediato de que me bombardeara de trabajo porque, sí o sí, tengo que renunciar”, señaló uno de los denunciantes. La cuestión no se limita al testimonio.
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Este funcionario, con 11 años de carrera en la cartera, y otros más ya interpusieron procesos ante la Procuraduría, señalando ser víctimas de acoso laboral. A él, según su testimonio, en marzo de 2023, el secretario general lo amenazó con tenerlo “entre ojos” y para junio de ese año ya lo habían trasladado desde una subdirección interna del orden nacional a la Dirección Territorial de Bogotá, donde le asignaron un puesto con más carga laboral.
Según su testimonio, fue tal la presión que sintió en esa nueva oficina que renunció en tres oportunidades, pero su carta no se la aceptaron porque estaba motivada por el acoso del que fue víctima.
Intentó elevar su caso ante la propia ministra y no lo consiguió: “Entrar a la oficina es como entrar a una cárcel: no puedes entrar con celular, los escoltas están mirando, es como un búnker. Esta no es solo una situación mía, son muchas más personas que han sido vulneradas. Las cosas tienen que ser como el secretario las ordena, si no, están el grito y el insulto. Dentro del ministerio también estamos viviendo un infierno”.
‘Todopoderoso’ en el despacho
De acuerdo con los testimonios recabados por SEMANA, cuando el secretario general tiene funcionarios que no son de sus afectos, estos terminan siendo trasladados a la territorial Bogotá, donde hay más expedientes por revisar.
Ese fue el caso de este funcionario y otro más que habló con la revista. Le asignaron un puesto de trabajo en el archivo del despacho en el que su escritorio eran cajas amontonadas y su asiento, una silla no apta ni para su peso ni para su estatura. Ante las quejas, terminó siendo trasladado, una vez más, pero a la Dirección Territorial de Bogotá.
La persecución a este funcionario surgió por una denuncia de acoso sexual en la entidad. Él fue uno de los que le comunicaron a la ministra Ramírez las quejas por presunto acoso sexual proferidas contra el exdirector de Inspección, Vigilancia, Control y Gestión Territorial Carlos Andrés Dussán Salas, quien fue señalado de enviarles mensajes a funcionarias en las que les pedía “una mano” en una aparente asignación laboral, pero les decía que esa ayuda era hasta “regarse en su mano”.
Dussán Salas había sido militante del Partido Comunista, era cercano a la ministra Ramírez desde antes de llegar al Gobierno y cuando se conocieron los señalamientos de acoso en su contra, si bien él renunció al cargo el 16 de marzo, a su denunciante comenzaron a quitarle las funciones que tenía en el ministerio.
“Yo no hice nada malo. Puse la queja porque estaban abusando de las mujeres y no iba a permitir que me metieran miedo. Ellos han mantenido mi caso en secreto porque sé qué pasó con el acoso y también que ha habido traslados a las personas que no apoyan la ideología de ellos”, detalló el funcionario.
Otro de los casos que conoció esta revista es el de una mujer que fue desvinculada. Según su testimonio, la directora Luz Ángela Martínez sería una de las personas que las ha maltratado laboralmente. “Es muy amiga de la ministra”, dijo una de las fuentes.
“Lo más complicado es que somos mujeres. Y dicen que supuestamente la equidad de género, que la protección a la mujer, y no, se nos irrespetaron todos los derechos”, aseguró.
Las denuncias en contra de Martínez se repiten en varios de los casos. Dicen que da indicaciones contrarias a sus competencias y que en reiteradas ocasiones busca incidir en las investigaciones que están a cargo de otros funcionarios, entre ellos, inspectores y directores territoriales de varias zonas del país.
Esos reclamos han sido respaldados por varios sindicatos en el interior del ministerio. Las quejas fueron presentadas formalmente por varias de ellas ante la cartera, con copia a la ministra Ramírez, como se evidencia en documentos conocidos por esta revista.
Algunos de los casos reclaman que tienen “situaciones médicas”, entre otras, que eran sabidas por los altos funcionarios, por lo que tendrían protección ocupacional. A pesar de eso, los desvincularon de sus cargos.
Una de las quejas constantes en contra de Martínez es que alza la voz y tiene un mal trato hacia sus trabajadores. “La ministra conocía”, afirmó. Sin embargo, a pesar de que presentaron las quejas ante el comité correspondiente, dicen que no se les dio el trámite que se debía.
El acoso es un corrillo que se comenta en los pasillos de esa entidad. Incluso, un funcionario reclama que es una ironía que la ministra denuncie casos de empresas privadas cuando en el ministerio está ocurriendo un escenario similar. “Es una vergüenza lo que hace esta señora, y en la casa el rancho ardiendo”, dijo.
Problemas en direcciones territoriales
SEMANA también conoció el documento de una denuncia que instauró ante la Procuraduría Eimy Castro, inspectora de Trabajo y Seguridad Social del ministerio. Según señaló ante la oficina de Margarita Cabello, las denuncias serían en contra de Fabio Andrés González García, director territorial de Antioquia. Allí se menciona que la gritó frente a otros funcionarios diciéndole “loca” y “enferma psiquiátrica”.
Según fuentes consultadas por SEMANA, no sería la única denuncia en contra de ese funcionario. Incluso señalaron que en una ocasión maltrató a un usuario en las oficinas del ministerio en ese departamento. Además, dicen que es “cuota política” de una excongresista del Pacto Histórico, hoy funcionaria del Ministerio de la Igualdad.
La queja llegó mediante una carta al despacho de la ministra Ramírez y a otros directivos. Sin embargo, hasta el momento no ha sido atendida.
SEMANA contactó a Luz Ángela Martínez, sin embargo, la funcionaria dijo que no contestaría las preguntas y pidió remitirlas a la oficina disciplinar del Ministerio del Trabajo. Asimismo, Guillermo Andrés Rojas respondió que no se pronunciará sobre el tema porque la directriz es que esos casos sean manejados por la oficina de comunicaciones. Este medio le envió un cuestionario a la jefatura de prensa de Ramírez, pero hasta el cierre de esta edición no había sido contestado.
En el caso de las mujeres que denuncian haber sido acosadas, reclaman que mientras la ministra habla de supuesto acoso laboral en empresas privadas contra las trabajadoras, ellas estarían siendo testigos de cómo hace caso omiso a los testimonios dentro de la entidad que ella dirige. Varias solicitaron que se active la ruta de género desde el nivel central, pero no han encontrado respuestas.
“Eso lo aplican con las trabajadoras de Van Camp’s, pero con sus funcionarias guardan silencio, no hicieron absolutamente nada”, reclamó una de ellas.
Los denunciantes tienen miedo de perder su trabajo y por eso piden que se reserven sus identidades. Temen atender llamadas si están en las oficinas y aseguran que el ambiente laboral en el Ministerio del Trabajo se convirtió en una pesadilla.
*Actualización.
SEMANA obtuvo información sobre las investigaciones en contra del señor Guillermo Andrés Rojas Forero, en las que se evidencia que estas fueron cerradas y archivadas.