Política
Alias El Tío, señalado líder paramilitar que habría ordenado asesinar más de 30 personas, recibió contratos con el Ejército y la Armada
Según la Fiscalía el material de prueba indica que el hoy procesado, al parecer, le pagó a cada sicario 400 mil pesos por homicidio selectivo perpetrado
Luis Alejandro Alfonso Salamanca luce hoy como un apacible adulto mayor dedicado al negocio del turismo y el suministro de tiquetes aéreos. Sin embargo, detrás de esta figura, según las autoridades, se esconde un sanguinario exlíder paramilitar que evadió la justicia durante dos décadas, hasta que la semana pasada fue capturado y judicializado.
Salamanca, conocido como alias El Tío, es señalado de ser integrante del Bloque Centauros de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y presunto responsable de una ola de homicidios ocurrida en Soacha (Cundinamarca), entre abril y noviembre de 2002.
Según la Fiscalía, era la cabeza de los paras en Soacha, y en cumplimiento de ese rol criminal, presuntamente, ordenó el asesinato de 34 personas en el sector de altos de Cazuca y, por lo menos, 10 barrios ubicados entre Soacha y la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá. En su mayoría las personas masacradas eran en su mayoría jóvenes.
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Por eso, ha llamado la atención que su nombre, junto al de su empresa de turismo Almari Viajes y Turismo aparezca recibiendo contratos con el Estado, especialmente la Fuerza Pública, entre 2011 y 2024.
Según pudo constatar SEMANA, Luis Alejandro Alfonso Salamanca figura con un contrato con el Ejército, por 520 millones 690 mil pesos, para el “Suministro de pasajes aéreos nacionales y pasajes terrestres para la brigada de apoyo logístico, Batallón de sanidad y Batallón de a.s.p.c. no. 21 del Ejército Nacional”.
El contrato, firmado en 2011, fue ejecutado por 228 días, en los que su empresa debía suministrarle transporte terrestre y aéreo a los militares de estas unidades
Almari Viajes y Turismo también contrató con la Armada Nacional en octubre de 2013, cuando le fue adjudicado el proceso para el “suministro de tiquetes aéreos y terrestres para la regional centro” de la Armada. Por este servicio, su empresa recibió 7 millones de pesos.
Lo que protagonizó El Tío en Soacha fue una auténtica operación de lo que se denominaba “limpieza social”, que no era más que aniquilar al contrario o al que pensaba diferente, según reportaron las autoridades que estaban tras su captura.
Señala la Fiscalía que “el material de prueba indica que el hoy procesado, al parecer, le pagó a cada sicario 400 mil pesos por homicidio selectivo perpetrado. En el curso del proceso se acreditó que las víctimas correspondían a personas señaladas de estar vinculadas a actividades delictivas, habitantes y líderes comunales que tenían ideas contrarias a los grupos paramilitares, y una menor de edad que identificó a algunos de los agresores y los denunció”.
Este criminal, de alto perfil, quien estuvo evadiendo el peso de la justicia por dos décadas no solo sembró el terror en el municipio de Soacha, además, las pruebas lo hacen responsable de otro aterrador crimen, esta vez en los llanos orientales.
“Alias El Tío estaría involucrado en un crimen ocurrido el 20 de julio de 2003, en Villavicencio (Meta). Un hombre fue interceptado por una estructura del Bloque Centauros, trasladado a un inmueble, torturado, desmembrado, envuelto en bolsas plásticas y arrojado al río Negritos, en la vereda Las Mercedes”, señala el grueso material probatorio de la Fiscalía.
Este criminal durante años burló a la justicia, nunca se sometió en el proceso de desmovilización, se mantuvo impune y en silencio, pero una serie de declaraciones en justicia y paz empezaron dar a conocer el nombre de Luis Alejandro Alfonso Salamanca como un peligrosos criminal encargado de cometer asesinatos y todo tipo delitos para las autodefensas.
Por eso durante varios años mantuvo el perfil de comerciante del sector turismo y pasó desapercibido para las autoridades; sin embargo, versiones entregadas por varios postulados a la Ley de Justicia y Paz, y nuevas evidencias obtenidas por la Fiscalía pusieron al descubierto lo que sería su pasado delictivo.