POLÍTICA
Así resucitaría el centro en las elecciones regionales del 2023
Los ex precandidatos presidenciales de la coalición Centro Esperanza exploran revivir la estructura política de cara a las elecciones regionales del 2023. Le cambiarían el nombre y aprenderían de los errores.
El ex precandidato presidencial, Jorge Enrique Robledo, no ha dejado de pensar en política desde el primer semestre de 2022, cuando salió del Congreso después de dos décadas de vida legislativa.
A finales de octubre convocó a 200 líderes de Dignidad, el partido político al que pertenece, a un congreso en Bogotá cuyo plato fuerte fue el encuentro de los ex precandidatos presidenciales Sergio Fajardo, Humberto de la Calle, Carlos Amaya, Juan Manuel Galán y Juan Fernando Cristo.
Era la primera vez que los competidores por un cupo a la presidencia en la pasada contienda electoral, se reencontraban tras su derrota. El ministro de Educación, Alejandro Gaviria, no asistió. Es funcionario público y además las relaciones de la coalición y él quedaron frías.
La reunión fue emotiva y de allí surgió la posibilidad de revivir la coalición Centro Esperanza. Al menos, la necesidad de desempolvar la convergencia de líderes del centro que representan a los electores que no se identifican con la derecha ni la izquierda. “No creo que esté enterrada la posibilidad de que en Colombia exista una fuerza política del centro”, dijo Carlos Amaya.
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Juan Manuel Ospina, el presidente de Dignidad, fue el más directo y habló de la posibilidad de una alianza de cara a las elecciones regionales del 2023. “Estamos en la búsqueda de los acuerdos renovados con nuestros socios y aliados en la Coalición Centro Esperanza, a partir de la experiencia del trabajo conjunto que adelantamos en la pasada campaña”, anunció.
La propuesta no disgustó entre los ex precandidatos. Sergio Fajardo, por ejemplo, vio con buenos ojos la alianza porque resaltó la amistad que quedó entre los excandidatos. No obstante, reconoció que la coalición de centroizquierda fue un fracaso porque, pese a los esfuerzos, obtuvo escasos 888.585 en la primera vuelta presidencial. ”Fuimos un fracaso político. No estuvimos a la altura del reto que tuvimos”, resumió.
La decisión de unirse no está tomada, pero antes de pensar en una alianza está claro que aprenderán de los errores .”Más vale que pensemos bien por qué fracasamos. No podemos repetir la historia”, añadió el antioqueño.
Si pactan la alianza, el nombre de la Centro Esperanza desaparecería porque no le apostarían a una identidad que se traduce en derrota. “Habrá que reinventarse. No podrá ser la misma coalición que fracasó en el 2022″, destacó Amaya.
También tendrán que definir las reglas de juego. De entrada podrían pensar en una especie de pacto que les impida dirimir sus diferencias en público. Las peleas entre Ingrid Betancourt y Alejandro Gaviria, las divisiones entre el hoy ministro de Educación y los demás precandidatos por sus jugadas políticas bajo la mesa y las mostradas de dientes entre Juan Manuel Galán y Carlos Amaya, no podrán presentarse nuevamente. Esos rifirrafes desgastaron a la Centro Esperanza y llevaron al centro a estallar más rápido de lo que se pensaba.
Por ahora, cada uno tendrá que definir su situación política. Humberto de la Calle hoy no tiene partido tras su pelea con Ingrid Betancourt y Verde Oxígeno y está a la espera de decisiones del Consejo Nacional Electoral; Juan Fernando Cristo tramita un aval ante dicho tribunal; mientras Sergio Fajardo tendría que definir si se arropa bajo la sombrilla de Dignidad. “Las puertas de Dignidad están abiertas, cada quien tendrá que tomar sus decisiones”, anticipó Jorge Robledo.
Carlos Amaya seguirá en la Alianza Verde, pese a las diferencias con su partido por su simpatía con el gobierno Petro. Sus más de 444.000 electores lo tienen contemplando la posibilidad de aspirar a la Alcaldía de Bogotá o la Gobernación de Boyacá. Y Juan Manuel Galán tendrá que esperar a una convención del Nuevo Liberalismo el 17 de noviembre para definir el rumbo de su partido. Al fin y al cabo, la casa política del exministro Rodrigo Lara decidió armar su propia lista al Congreso alejada de la Centro Esperanza y sufrió un costo político.
La propuesta está sobre la mesa, pero aún falta un camino largo por recorrer. Si no logran ponerse de acuerdo, igual las alianzas entre ellos estarán más que transadas por la amistad que arrastran desde su fallida campaña presidencial.