Política
César Rincón, indignado, habla sobre eliminación de corridas de toros: “Me siento herido, triste y abatido, me quitaron mi vida”
En diálogo con SEMANA, el afamado torero pidió que les preguntaran a los congresistas qué tanto saben sobre la tauromaquia. E interrogó, ¿qué pasará con los toros de lidia? ¿Los sacrificarán?
SEMANA: ¿Qué opinión le merece la decisión del Congreso de eliminar las corridas de toros en Colombia?
CÉSAR RINCÓN (C.R.): Recibo la noticia con una tristeza muy grande, son cosas que a uno le parten el alma. Soy un hombre agradecido eternamente con la tauromaquia porque cuando miro hacia atrás y veo todo lo que tengo se lo debo al toro de lidia. Cuando uno se da cuenta quién le da la vida, si alguien le da la vida como el papá o la mamá, pues uno no quiere que nunca le pase nada. A mí mi tauromaquia me lo dio todo, tuve la suerte de sacar a toda mi familia adelante gracias a mis triunfos, mis éxitos, a mi constancia, a muchas cosas que tuve en la vida. Es muy triste que hoy en día la tauromaquia la hayan prohibido. Es duro pensar que una minoría haya sido aplastada por otra minoría. Más duro me da pensar que muchos congresistas lo hacen por conveniencia propia más no pensando en el prójimo.
SEMANA: ¿Por qué conveniencia propia?
C.R.: Mi pregunta es por qué atacan a la tauromaquia y no a otros sectores que también dependen de los animales, hablo de las corralejas, peleas de gallos, el coleo, ¿por qué no? Es una conveniencia, seguramente, porque la tauromaquia no da votos, es un programa de gobierno, es como si fuera una cortina de humo que la han puesto allí para tapar 80.000 cosas, no lo sé, pero uno se da cuenta. Ese señor Olmedo López (exdirector de la UNGRD) decía, ‘tenemos que hacer lo que sea porque había unos programas de gobierno que se tenían que hacer’. Y, seguramente, dentro de ellos la tauromaquia porque es un programa de gobierno.
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SEMANA: ¿Cree que se compró a un sector del Congreso para aprobar este proyecto?
C.R.: No, no sé, no me atrevo a decirlo porque no estoy allí, no lo veo, pero sí uno dice ‘en este río revuelto, no es natural lo que ha pasado’. ¿Por qué no les convenía acabar con los coleos, las peleas de gallos, las corralejas, las cabalgatas? Si son los animalistas, ¿por qué no acabaron con la pesca?
SEMANA: ¿Pensó que las corridas de toros se acabarían con la llegada al poder de Gustavo Petro?
C.R.: Uno piensa que existe una democracia, uno cree que, indudablemente, que cuando existe esa democracia cabemos todos, que podemos caber todos. Pero la verdad, no fue así.
SEMANA: ¿Les faltó información a los congresistas sobre la tauromaquia?
C.R.: Total. Me encantaría que le hicieran entrevistas a cada uno de los congresistas (sé que es difícil) y pregúnteles qué conocen de la tauromaquia, de su historia. Y si saben cuál es la vida de un toro de lidia comparado con cualquier otro animal de la cadena cárnica, cuál es su bienestar animal. Que lo comparen. Me gustaría conocer las respuestas. Dicen, ‘es que al animal lo matan’. Y yo digo: ¿acaso no van al matadero los animales de la cadena cárnica?
SEMANA: Lo escucho molesto, indignado.
C.R.: Sí, claro, total, estoy molesto, indignado, es que cuando a uno le quitan la vida... Yo hago una reflexión: nunca hubiese querido que mi mamá muriera y tristemente la perdí. Ahora, me están arrancando lo que ha sido mi vida. La tauromaquia me lo ha dado todo y soy un hombre eternamente agradecido. Si no hubiera sido por ella, estaría en Colombia quién sabe qué. La tauromaquia me ha dado unos valores éticos y morales que, estoy seguro, en muchos lugares no los hubiera encontrado. No tuve la oportunidad de ir a un colegio porque mi familia era muy humilde. Claro, estoy molesto, me siento herido, triste, abatido no solo por mí, es por los sueños de los niños, de los jóvenes que quieren ser toreros. Me molesta tremendamente que hayan puesto en un saco a todos los animales, es la hipocresía animalista, ¿qué van a hacer con todos los animales que tenemos en la ganadería de lidia?
SEMANA: Y se lo pregunto, después de la prohibición, ¿qué pasará con los toros de lidia que hay en Colombia?
C.R.: Si los congresistas dicen que harán reconversión, la pregunta es para ellos. Yo me pregunto, ¿acaso nosotros somos delincuentes? A mí sí me dio tristeza que me llamen asesino, yo puedo ir con la cara muy en alto en cualquier lugar, pero hay muchas personas que no van con la cabeza en alto. No soy ningún asesino, para nada; insisto, no se puede meter en un saco a todos los animales. ¿Cuál conversión puede haber con un niño que quiere ser torero? ¿Eso no atenta contra la libertad de una persona?
SEMANA: ¿Y qué pasará con los toros?
C.R.: Yo no lo sé, ellos (los congresistas) tienen que saber. Yo tengo que alimentar durante 365 días, llueva, truene o relampaguee a 300 cabezas de ganado. Ellos, quienes hablan de conversión, ¿tienen claro a dónde irán los toros de lidia? ¿Van a ir al sacrificio? Yo tengo vacas de vientre, mamás de esos animales que se lidian, con casi 19 años. Que me muestren otros animales que tengan la durabilidad en el campo compartiendo con la naturaleza. La pregunta es para ellos, ¿qué piensan hacer con todos esos animales? Ahí hay una cosa también que se llama genética. Esto no es una fábrica, no es un número, el toro de lidia tiene un poder de recordación. Que me digan qué otro animal de la cadena cárnica tiene un nombre.
SEMANA: ¿Qué hacer con las plazas de toros?
C.R.: Podían ser para muchos eventos, hay unas plazas de toros vueltas nada porque la persecución ha sido tan grande durante muchísimos años, que se han ido destruyendo. Nos han coartado nuestra libertad, pregunta en la plaza de toros de Duitama, Boyacá, a ver si nos volvieron a dar los permisos para ejercer nuestra libertad. No. Nos cerraron nuestros colegios, nuestras universidades, porque ese fue mi colegio y mi universidad, el primero, los pueblos y la segunda, donde gradué y donde me hice profesional, las plazas de toros más importantes de Colombia, ubicadas en Cali, Manizales, Cartagena, hoy están todas cerradas. ¿Eso está bien?