POLÍTICA
“Claudia López no tiene ninguna posibilidad de dejar heredero”: Carlos Carrillo habla de posibles candidatos a la Alcaldía de Bogotá
El concejal de Bogotá habló con SEMANA de cada uno de los candidatos a la Alcaldía. Le pidió a la izquierda y a los sectores progresistas no descuidar al candidato Juan Daniel Oviedo. Dijo que él era el Enrique Peñalosa de 2015.
SEMANA: ¿Cómo ve el escenario político a la Alcaldía de Bogotá?
Carlos Carrillo (C. C.): Hay un hecho nuevo que cambia por completo las elecciones en comparación a lo que había sido antes desde que hay elección popular de alcaldes, y es la segunda vuelta, diseñada para hacer perder a la izquierda. Esa es su función. Si hubiera habido segunda vuelta en 2011, el hoy presidente Gustavo Petro no habría tenido la posibilidad de ganar, porque debajo de él quedaron Peñalosa, Galán, Gina Parody, Luna. El escenario de la segunda vuelta lo enrarece todo y hace que esto, irremediablemente, sea una campaña de alianzas. El panorama a varios meses sigue siendo muy incierto. No hay una candidatura que se vea picando en punta.
SEMANA: ¿El Pacto Histórico debe irse solo o hacer una gran alianza entre sectores progresistas para buscar un solo candidato?
C. C.: No hay posibilidad alguna de que ese frente amplio tenga un candidato unificado, hay unas diferencias profundas entre las tesis de la alcaldesa Claudia López y el progresismo. La Alianza Verde necesita tener candidato propio para que de alguna manera ataje la desbarrancada, porque ellos tienen hoy 12 concejales, pero son producto de la enorme votación de la alcaldesa. En general, el candidato a la Alcaldía siempre empuja la lista, pero si el aspirante hace campaña de verdad, la jala más. Ella arrastró con sus votos a los concejales Verdes. Eso no se va a repetir. Es imposible. Si no tienen cabeza de lista, menos aún podrán arrastrar la lista. Si bien, la manera de ganar en primera vuelta es teniendo una candidatura de frente amplio, lo digo con sinceridad: lo veo imposible.
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SEMANA: ¿Es decir, Petro y Claudia López no tendrán un solo candidato a la Alcaldía de Bogotá?
C. C.: Lo veo muy difícil, prácticamente imposible, aunque en la política no hay nada imposible. Pero en este caso es muy difícil. Entre la misma bancada de la Alianza Verde hay unas divisiones muy profundas. Otra cosa es el Pacto Histórico, una coalición de diferentes fuerzas con y sin personería jurídica que está establecida, que ha avanzado un camino y que, creo, con seguridad, tendrá un candidato unificado.
SEMANA: ¿Usted cree que, finalmente, Gustavo Bolívar aspirará?
C. C. Gustavo Bolívar es una persona bien intencionada, irrumpe en la política cuando se lanza al Senado alrededor de la figura de Gustavo Petro como un aliado muy importante del candidato presidencial en 2018. Tiene una carrera exitosa en otro sector, es escritor, está en el mundo del cine y la televisión. No puedo hablar por él, no sé si se lanzará o no, pero hay algo que es un hecho: su renuncia el 31 de diciembre de 2022 básicamente lo convierte en candidato. Si hubiera renunciado antes, después, pero renunció ese día y es bastante fácil que muchos sectores digan que renunció simplemente para no inhabilitarse. Hasta cierto punto eso detonó la campaña desde el 31 de diciembre de 2022, lo cual no necesariamente es una buena estrategia. ¿Por qué Enrique Peñalosa y Carlos Fernando Galán aún no son candidatos? Porque las figuras que tienen tanto reconocimiento como Gustavo Bolívar, a quien todo el mundo conoce, siempre será más estratégico que tengan campañas lo más cortas posibles. Si Gustavo Bolívar decide lanzarse, el Pacto Histórico tiene que encontrar un mecanismo democrático para decidir si el candidato único es él o los otros que deseen aspirar. Lo veo bien intencionado, es muy cercano al presidente, es un defensor irrestricto de sus tesis. Quizás él no pueda construir fácilmente alianzas con otros sectores.
SEMANA: ¿Y Guillermo Alfonso Jaramillo?
C. C.: A diferencia de lo que pasa con Gustavo Bolívar, Guillermo Alfonso Jaramillo es un político mucho más profesional, no lo digo de manera peyorativa. Tiene más experiencia, viene de las toldas liberales, unos vasos comunicantes con los concejales, ediles y ha mostrado, desde que manifestó su intención de ser candidato, que no quiere hacer una campaña contra Claudia López. Si leen una entrevista que Bolívar le concedió a SEMANA, él dijo que no le dará muy duro a Claudia en la campaña. Y esto tiene que ver con el posible apoyo de la alcaldesa en segunda vuelta. Jaramillo tiene muchas más posibilidades de generar consensos en sectores tradicionales de la política.
SEMANA: ¿Qué cree que pase con Carlos Fernando Galán?
C. C.: Él tuvo una votación importante en 2019, estuvo a punto de ganarle a Claudia López. Si las elecciones se hubieran demorado una semana más, seguramente Galán habría ganado porque mientras Claudia caía, él no paraba de crecer. Un poco la gente se fue desencantando de ese brujo de la consulta anticorrupción, de la líder berraca parada contra los corruptos en la medida en que ella iba sumando apoyos de la clase política tradicional. Galán, seguramente, tendría posibilidades de hacer una candidatura seria, pero no creo que un político con un futuro promisorio como el de él esté dispuesto a quemarse. Él –recordemos– viene de la quemada al Senado, la pasada Alcaldía y esta sería su tercera aspiración. Una nueva derrota sería una estocada mortal para su carrera política. Si resulta que muchos sectores de la centroderecha y del establecimiento se alinean con Carlos Fernando Galán, él empieza a volverse un candidato interesante, con posibilidades. Si eso no pasa, posiblemente él no asumirá ese riesgo.
SEMANA: ¿Cómo analiza la aspiración de Hollman Morris?
C. C.: Él sacó 4.947 en Bogotá al Senado y yo, francamente, creo que Hollman Morris es bien recibido por unos sectores del petrismo porque ha demostrado ser un aliado incondicional de Gustavo Petro; asumió una candidatura kamikaze en 2019. Recordemos que, a diferencia de lo que pasa hoy, donde no está claro nada, en 2019 era muy evidente que quien picaba en punta era Claudia López y quien medio se le acercó fue Carlos Fernando Galán. Además, se dio en medio de todo el ruido de sus dramas familiares, por cierto, muy dolorosos. Él siguió con su candidatura que arrancó herida de muerte (...) Esos votos que sacó Morris en ese momento son de Gustavo Petro y cuando él ya no está con el hoy presidente, ahí están los resultados. Su votación al Senado fue demasiada mala. No se puede desconocer esa realidad. Lo de él es un deseo personal de mantenerse vigente. No le veo posibilidad de ser un candidato competitivo ni siquiera al interior del Pacto Histórico.
SEMANA: ¿Usted cree que Claudia López puede poner a su sucesor?
C. C.: Absolutamente, no. Se lo digo de forma categórica. La gente está hastiada de Claudia López. Ella, como está en campaña presidencial, está exponiéndose desde el día uno. Los bogotanos abren un paquete de platanitos y sale Claudia López, corren una piedra en el jardín y sale la alcaldesa, encienden el televisor y ahí está. Es omnipresente porque ella ha abusado de la pauta, de un montón de cosas para ser candidata presidencial, para convertir la Alcaldía de Bogotá en la plataforma para su aspiración presidencial en 2026. ¿Qué ha generado eso? Rechazo. En la calle a Claudia López no la quieren ver ni en pintura ni en Ciudad Bolívar, ni en Rosales, ni Suba ni Engativá (...). Recordemos que el alcalde en ejercicio de Bogotá siempre es el centro de la campaña. Peñalosa ganó porque convirtió a Petro en su rival, en su antítesis; Claudia López hizo exactamente lo mismo con Peñalosa, quien fue su mentor. Él es la persona que metió a la alcaldesa en la vida pública, quien la impulsó, la acompañó, ella fue su jefe de debate. A pesar de eso, se dedicó a hacer campaña antipeñalosa. Por eso digo que será imposible que una alcaldesa que ha cometido tantos errores y ha incumplido de la manera que les ha incumplido a los bogotanos, no esté presente dentro del debate. Ella no tiene ninguna posibilidad de dejar un heredero. Ninguna. Ni siquiera tiene candidato.
SEMANA: ¿Y Carlos Amaya?
C. C.: Si eso es un candidato, imagínese usted, es un peor es nada. Carlos Amaya es un hombre que no hace política en Bogotá más allá de los puestos que se intercambiaban con Luis Ernesto Gómez, quien le contrataba a los suyos en la Secretaría de Gobierno y al revés en la Gobernación de Boyacá. Él, creo yo, no tiene el conocimiento de la ciudad ni de lejos para pensar en una aspiración a la Alcaldía. Ahora, lo que tiene Amaya es plata, liquidez, él tiene una vida de reguetonero, es muy apreciado en la Alianza Verde porque le inyecta liquidez a las cosas, él no tiene ninguna posibilidad, es como para salvar los muebles. Si Claudia decide que Amaya sea su candidato, tiene una razón simple: empujar la lista del Concejo, pero castigar a los sectores más cercanos a Petro.
SEMANA: No dejo de preguntarle por Juan Daniel Oviedo. ¿Qué opinión le merece? ¿Tiene opción de ganar?
C. C.: Seguramente el candidato del Centro Democrático será Diego Molano, porque ese partido, al igual que las demás colectividades, necesita tener un candidato que llegue a primera vuelta para que reboten los votos del logo a la lista al Concejo. El otro candidato de la derecha que, creo, es un poco más peligroso, es Juan Daniel Oviedo.
SEMANA: ¿Por qué?
C. C.: Es algo muy parecido a lo que ocurre con Enrique Peñalosa en 2015. Acuérdese que en 2011, Peñalosa perdió por ser el candidato de Álvaro Uribe, esa foto del expresidente cargándole el megáfono no pegó ni con Super Bonder, porque Bogotá es mayoritariamente antiuribista. ¿Qué hizo Uribe en 2015? Jugó con dos caballos. Uno era Francisco Santos, que no tenía ninguna posibilidad, y dos, Enrique Peñalosa, quien tenía opción. Es completamente evidente que con Oviedo pasa exactamente lo mismo. Mientras el Centro Democrático tendrá a un candidato propio, línea dura quemado, que recoja el voto duro del uribismo, por el otro tendrá a un caballo disfrazado. Juan Daniel Oviedo es un tecnócrata que viene de la entrada del uribismo más duro, de María del Rosario Guerra, una senadora línea dura tipo Cabal.
SEMANA: ¿Es decir, Oviedo puede ser el Peñalosa de 2015?
C. C.: No me cabe la menor duda, pero en un formato más pequeño (...) La gente lo ve como un tipo que es como buena gente, que habla chistoso, que es dicharachero, que parece pilo y que tiene una imagen favorable bastante alta. A mí sí me preocupa que no haya claridad dentro de los sectores de izquierda y progresistas que este señor es un gallo tapado del uribismo.
SEMANA: ¿Usted cuándo decide si va a aspirar a la Alcaldía de Bogotá?
C. C.: Yo estoy trabajando, ya llevo meses, en un programa de gobierno. Soy miembro del Pacto Histórico y se debe llegar con una candidatura unificada. Yo no tengo ninguna intención de simplemente aspirar para buscar un mejor puesto en la lista del Concejo. No. Tengo toda la legitimidad para repetir Concejo. El trabajo está, la gente lo valora. Si hubiera una lista abierta seguramente podría tener un buen resultado. En lo que estoy trabajando es en construir un programa de gobierno realizable, que escuche realmente a los ciudadanos. ¿Quién será el candidato? Eso lo tendrá que definir una consulta, un consenso. Ojalá fuera un consenso alrededor de un nombre para que todos apoyáramos esa candidatura. Estoy concentrado en eso, en que el Pacto Histórico gane la Alcaldía de Bogotá más allá de quién sea el candidato. Mi aspiración personal tiene que surtir unos trámites al interior del partido. No es una decisión simple. Si decido lanzarme es para ganar, no para hacer una campaña de posicionamiento y que me inviten a un par de debates.
SEMANA: ¿Cuándo toma la decisión?
C. C.: Hay unos tiempos. A mí me conocen en la ciudad, pero no me conocen tanto como pueden conocer a Peñalosa o a Claudia López en su momento. Hay que hacer una campaña más larga. No puedo esperar tanto. Seguramente tendré que tomar esa decisión en marzo.