POLÍTICA
¿Cómo bajar el salario de los congresistas? Las fórmulas que plantean los expertos
En los últimos días, los parlamentarios recibieron un nuevo aumento salarial.
El alto salario que devengan los congresistas siempre ha sido un motivo de indignación para los ciudadanos. Especialmente cada vez que se anuncia su aumento anual, no solo por la desproporcionada asignación que reciben los parlamentarios en comparación con muchos otros colombianos, sino porque se volvió costumbre que los legisladores se hagan elegir prometiendo que se van a reducir los amplios privilegios de los que gozan, sin que hasta el momento hayan cumplido.
Si bien se han hecho varios intentos por reducir el salario de los congresistas, esta propuesta se enfrenta a la falta de voluntad que históricamente han tenido, también a las complejidades jurídicas que implica esta discusión.
Desde el 1998, cuando se hizo el primero intento, hasta la fecha, se han hundido 18 proyectos de ley que, mediante una fórmula u otra, han buscado reducir la generosa remuneración mensual que reciben los senadores y representantes a la Cámara.
Básicamente, son dos los elementos que se han usado para hundir estas propuestas.
El primero de ellos tiene que ver con que la ley obliga a los congresistas a declararse impedidos cuando el efecto de la decisión “sea en su beneficio o perjuicio” y se aplique de manera “inmediata”.
Adicionalmente, cuando los congresistas asumen su curul, según argumentan ellos mismos, tienen unos derechos adquiridos, protección que otorga la misma Corte Constitucional, por lo que bajarse el sueldo implicaría estar violando este derecho.
Justamente, con miras a encontrar fórmulas que permitan por fin tocar el salario de los congresistas, la Comisión Primera de la Cámara adelantó una mesa técnica en la que estuvieron connotados juristas y expertos en el tema, quienes entregaron sus conceptos.
Una de las primeras en entregar fórmulas fue la abogada laboralista Juliana Morad, quien considera que “no existen derechos absolutos en Colombia”, razón por la cual los derechos salariales de los congresistas se pueden limitar invocando el interés general. Sobre todo si se tiene en cuenta que no se puede tocar el núcleo esencial de la protección, que es el que sí reciben como remuneración por su trabajo.
Por su parte, el jurista e investigador de Dejusticia Rodrigo Uprimny planteó la creación de un “régimen de transición renunciable, es decir, tramitar un proyecto de ley para que la asignación salarial de los congresistas disminuya año a año, de tal manera que cuando termine el actual Congreso esté en máximo 25 salarios mínimos.
En todo caso, como se trata de un régimen de transición renunciable, cualquier congresista podría voluntariamente acogerse al tope de 25 salarios mínimos de manera inmediata.
La economista e historiadora María del Pilar López estuvo de acuerdo con la disminución progresiva en la remuneración de los parlamentarios, pero le agregó otro elemento a la fórmula: que el salario congresional no aumente a partir del mínimo, sino con base en el índice de precios del consumidor (IPC).
Esta mesa técnica fue convocada por la representante de Alianza Verde Catherine Juvinao, quien es autora del llamado proyecto de reforma al Congreso, en el que se incluye la disminución del salario de los senadores y representantes a partir de 2026.
En todo caso, en medio de la falta de voluntad política, las leguleyadas y las complejidades jurídicas, han sido ya 18 los intentos por bajar el salario de los congresistas los que se han hundido. La fórmula para reducir la asignación de los parlamentarios en Colombia parece ser uno de los secretos mejor guardados del país.