Política
Comunes: el partido de los exFarc podría desaparecer en 2026 por falta de apoyo en las urnas
Esta colectividad que surgió por el Acuerdo de Paz podría llegar a su fin en las elecciones de 2026 cuando tendrán que ganar curules a punta de votos porque se acabará la representación política que se les otorgó
Desde el 24 de noviembre de 2016, fecha en la que se firmó el Acuerdo de Paz en el Teatro Colón en Bogotá, los exintegrantes de las Farc - EP se reincorporaron a la vida civil y resultaron beneficiados con una representación política que les otorgó lo pactado en La Habana (Cuba).
El punto de Participación Política dejó claro que la colectividad que surgía de los acuerdos se beneficiaría con cinco curules en el Senado y otro número igual en la Cámara de Representantes desde 2018 y hasta 2026.
Fue así como el entonces Partido Farc se constituyó y se enfrentó a la democracia en las elecciones de 2018 aunque ya tenían garantizadas las curules sin importar la votación. En ese año lograron un poco más de 80 mil votos en todo el territorio nacional. Esa cifra fue muy inferior a la que calcularon los exFarc quienes creyeron tener el respaldo de los colombianos, pero se dieron cuenta que se equivocaron y que sin las armas ya no les obedecían.
En esos primeros cuatro años de aprendizaje vivieron momentos de tensión por cuenta de las evidentes diferencias dentro de la colectividad y todo el capítulo de Iván Márquez y Jesús Santrich, quienes tenían garantizada una curul en el Senado y la Cámara respectivamente.
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En el caso de Márquez, nunca tomó posesión de la curul al señalar que se estaba fraguando un entrampamiento contra el Acuerdo de Paz por la captura de Jesús Santrich, quien fue vinculado a temas de narcotráfico posteriores a la firma del acuerdo. El antiguo jefe de la delegación de paz de las Farc decidió irse para las montañas del Caquetá y meses después volvió a las armas en lo que se denominó la ‘Segunda Marquetalia’.
Santrich logró salir de la cárcel La Picota de Bogotá y se posesionó en su curul, pero a los pocos días decidió unirse a Márquez y emprendió la huída a las montañas de Venezuela.
Ese bochornoso capítulo de un supuesto entrampamiento a la paz generó una profunda división en la dirigencia del Partido Farc. Márquez y todos los sectores radicales del antiguo secretariado señalaron directamente a Rodrigo Londoño ‘Timochenko’ de aliarse con “enemigos” para sacarlos del camino. De hecho, a Julián Gallo lo señalaron de ser un informante de la DEA y por eso las relaciones se rompieron.
El Partido Farc se dividió en dos y empezaron las renuncias a la militancia, algunos se armaron nuevamente y la mayoría se mantiene en los procesos de reincorporación, pero lejos del partido político. Por esa razón, una de las decisiones que tomó Timochenko fue cambiarle el nombre a la colectividad. Esa transformación se produjo en noviembre de 2021 y se dio vida al Partido Comunes.
Por todo el desgaste de las siglas de Farc que recordaban secuestro, asesinatos, torturas, tomas de pueblos y con Márquez y otros sangrientos comandantes en armas, se hizo el cambio porque se avecinaban nuevas elecciones. Sin embargo, el resultado no fue el esperado y en las urnas lograron un poco más de 52 mil votos. Es decir de 2018 a 2022 no crecieron y por el contrario perdieron 30 mil votos.
El papel legislativo de los 10 integrantes de Comunes no ha tenido éxito. Aunque Pablo Catatumbo y Julián Gallo, los más aplicados de dicha colectividad, han intentado impulsar diversos proyectos de ley nunca salen adelante. Dentro de los cálculos de Comunes estuvo un fortalecimiento por al triunfo de Gustavo Petro en las urnas, pero se convirtieron en el ‘patito feo’ de la coalición de gobierno. Nadie los quiere cerca ni en fotos.
Los comunes hicieron campaña a favor de Petro, aunque él nunca se quiso tomar la foto con ellos en tarima. Desde ahí los antiguos comandantes guerrilleros sintieron el rechazo, pero entendieron que por la dinámica de la campaña pudo tratarse de una decisión acertada. A fin de cuentas, saben que su pasado guerrillero podía restarle adeptos al aspirante presidencial.
Lo cierto es que la política se construye con votos y, aunque los comunes en las urnas aún no logran conectarse con los colombianos, las diez curules en Senado y Cámara podrían hacer la diferencia en cualquier momento. Sobre todo, con el paso de los meses cuando la luna de miel con el mandatario empiece a acabarse.
Sin duda, los comunes siguen aprendiendo del mundo de la política, tan dinámico y en el que unos intereses priman sobre las lógicas. Incluso, sienten que son el patito feo de la política por lo que les restan tres años para intentar salvar la colectividad. Será un trabajo dispendioso ya que seguramente lo que no han hecho en cinco años, no lo conseguirán en pocos meses.
Aunque de puertas para fuera quieran mostrar una unión, lo cierto es que las diferencias siguen y el liderazgo de Timochenko es constantemente cuestionado por líderes que están en las diferentes regiones del país. Algunos creen que el antiguo jefe de las Farc se dedicó a usar su cuenta en Twitter para alabar al presidente Gustavo Petro, pero políticamente no existe estrategia alguna.
En todo caso en 2026, cuando compitan en igualdad de condiciones con las demás fuerzas políticas, Comunes podría quedar en el olvido si no logran superar el umbral del 3%, cifra muy poco probable ante los flojos resultados obtenidos en las elecciones pasadas. Sin duda, el Estado colombiano les brindó una oportunidad que no supieron aprovechar y la pregunta que desde ya se perfila es: ¿Qué se pondrán a hacer desde el 2026?