Política
“Con la reforma política perdieron Roy Barreras, Ariel Ávila y el Gobierno”: Katherine Miranda
La representante Katherine Miranda lideró el hundimiento de la reforma política, luego de denunciar varios micos y de tener diferencias con el senador Ariel Ávila, de su mismo partido. Dice que se mantiene de gobierno, pero con independencia.
SEMANA: Finalmente se cayó la reforma política, ¿lo veía venir?
KATHERINE MIRANDA: Era la crónica de una muerte anunciada, no tenía ningún asidero ni el apoyo de la ciudadanía. Desde el inicio estuvo bastante cuestionada y posteriormente le colgaron un montón de ‘micos’ que beneficiaban a los congresistas que actualmente están ejerciendo. Era un atentado contra la democracia y la separación de poderes. Lamento mucho ver hasta dónde llegó. Es increíble cómo en un Congreso y un Gobierno que dicen ser del cambio aparezcan estos micos. Le soy sincera, grité mucho el día de la plenaria de la Cámara cuando lo denuncié. Estaba enferma. No me tomé la incapacidad de cinco días que tenía solo para poder estar en contra de esa reforma política. Se me reventó un pólipo en una cuerda vocal por gritar ese día. Me tuvieron que operar hace mes y medio con anestesia general. Tuve que dejar de hablar quince días, por denunciar los micos de la reforma política que para mí, era increíble. Era inaceptable que después de la denuncia que hicimos en diciembre se atrevieran a presentar una reforma aún peor.
SEMANA: ¿A quiénes buscaban favorecer con estos micos?
K.M.: A los congresistas actuales. Si se da cuenta, son dos micos duros. Uno, el hecho de que pudieran saltar al Ejecutivo y luego retornar al Congreso, atentaba contra la separación de poderes y que el Gobierno, entre comillas, comprara al Congreso. Y dos, las listas cerradas que se prestan para que congresistas que no tienen asidero en la opinión pública estén ahí ocupando una curul. Adicionalmente, colocaban que los congresistas actuales iban a conformar exactamente el orden en el que llegaron para las listas para el 2026. Era borrar de tajo, de un plumazo, la democracia.
SEMANA: ¿Considera una victoria que se haya caído la reforma?
K.M.: No fue una derrota del Gobierno y no fue una victoria mía, fue una victoria de la democracia, la ciudadanía, la separación de poderes, pero sobre todo, de la ética.
SEMANA: ¿Cómo logró voltear la percepción de los congresistas y presentar esa carta llena de firmas que pide el archivo del proyecto?
K.M.: Yo hablé con ellos en diciembre. Les expuse mis argumentos y les dije que había que archivarla, me dijeron que faltaba la segunda vuelta e iban a arreglarlo. Llamé a todos mis compañeros y les dije que no había que aguantarlo y que les tocaba firmar conmigo y apoyarme. Por fortuna, el Congreso me apoyó, les agradezco muchísimo a los compañeros que me apoyaron firmando el archivo de la reforma. Esa carta enviada al Gobierno fue el detonante para el hundimiento.
SEMANA: ¿En algún momento la llamaron de la Casa de Nariño por las críticas que estaba haciendo?
K.M.: No tanto de Palacio sino congresistas, me dijeron que no les diera tan duro, que eso se podía arreglar en el camino, pero, la verdad, dije acá no hay opción de quedarse callada. No me dejaba la conciencia.
SEMANA: ¿Quiénes le dijeron eso?
M.D.: Yo hablé con Alfonso Prada iniciando el año y me dijo que esos micos se iban a retirar. Estaba medianamente tranquila. Hablé con Roy Barreras, en su casa, fui a visitarlo, y me dijo que él creía que esos micos se iban a retirar. Estaba tranquila, pero alerta. Pero no solamente tenía los micos anteriores sino que habían colocado el mico peor. Roy Barreras dice que lo puso Ariel Ávila, de mi propio partido, que el congresista podía ser ministro y devolverse al Congreso, esa fue la gota que rebosó la copa.
SEMANA: ¿Habló con Ariel Ávila de estos micos?
K.M.: Nosotros tenemos un chat de partido y yo alerté ahí frente a estos micos. Le dije a Ariel que era inaceptable que él tuviera una firma en esa reforma; simplemente se justificó y evadió la conversación. Le dije que yo iba a salir a atacar esto y que no iba a aceptarlo porque atentaba contra lo que presentamos como Partido Verde.
SEMANA: ¿Esas posiciones le generaron conflictos en la Alianza Verde?
K.M.: No, puedo decir con completa seguridad que Ariel Ávila era el único que estaba apoyando este adefesio; de resto todos estábamos en contra.
SEMANA: ¿Por qué cree que Ávila acompañó estos artículos?
K.M.: Yo creo que él considera que ser gobierno es quedarse callado ante los atropellos y acompañarlo en las buenas y en las malas. Él me atacó fuertemente el año pasado diciendo que yo tenía “incontinencia verbal”. La verdad, me siento orgullosa de tenerla, aunque es violencia de género y política, porque eso tumbó esa reforma política.
SEMANA: ¿Le reclamó en algún momento directamente al presidente Gustavo Petro por esta reforma?
K.M.: Yo hablé con el presidente en la reunión que tuvimos como Partido Verde y le dejé absolutamente claro que si la reforma política venía con esos micos me iba a oponer a muerte en el Congreso de la República. No me dijo nada. Le dije que conmigo no contaran para trapear el piso con la Constitución Política y la democracia.
SEMANA: ¿El Gobierno se equivocó con esta reforma política?
K.M.: Una cosa fue lo que presentó el Gobierno. El presidente Petro fue muy claro desde la campaña con su concepto de la lista cerrada, yo difiero muchísimo.
SEMANA: ¿El Pacto Histórico traicionó lo que prometía en campaña con esta reforma política?
K.M.: Lo que presentaron el presidente Petro y el Gobierno es muy diferente a lo que se iba a votar esta semana. La degeneraron en el camino.
SEMANA: ¿El presidente del Senado, Roy Barreras, es el perdedor de la reforma política?
K.M.: Roy y Ariel Ávila, que son los ponentes, y el Gobierno. La reforma es del Gobierno, punto. Roy lo dijo, esta reforma siempre estuvo acompañada del Gobierno y es una reforma del Gobierno, hay que asumir las responsabilidades. No nos podemos tapar y decir que nada pasó.
SEMANA: ¿Cómo queda su relación con el Gobierno luego de este episodio?
K.M.: Como siempre ha quedado. Le dije al presidente en su momento, antes de apoyarlo, que yo no soy un cheque en blanco y que si llegaba a ser presidente tenía claro que en mí iba a encontrar un apoyo en las cosas buenas y una crítica durísima si la está embarrando. Hay un dicho en política que dice que “cuando se advierte no se traiciona”. Yo toda la vida he dicho que soy independiente, no tengo jefe político y voy a denunciar las cosas que no me gustan. Voy a seguir siendo correcta, firme a los principios y a la ética me cueste lo que me cueste, así sean amistades, el Gobierno, no me importa.
SEMANA: ¿Recibió ataques por parte del petrismo por estas posiciones en la reforma política?
K.M.: Me atacaron horrible cuando les dije que estaban impedidos y que no podían legislar en causa propia. Me dijeron que estaba en contra del Gobierno, pero quien está en contra del Gobierno es quien mete estos micos porque queda mal él, no yo.
SEMANA: Se decía que esas críticas al Gobierno eran para impulsar una eventual candidatura suya, ¿es así?
K.M.: Tan falso es que yo lo dije desde diciembre para que no salieran ese tipo de preguntas y de suspicacias. Yo anuncié que me quedaba en el Congreso y que no tenía ningún interés en saltar a la Alcaldía de Bogotá, porque tengo una responsabilidad muy grande con la ciudadanía. Me quedo los cuatro años en el Congreso haciendo lo que sé hacer.
SEMANA: ¿Se arrepiente de haber apoyado a Petro en campaña?
K.M.: No. Creo que el cambio era necesario. Seguiré apoyando al presidente Gustavo Petro en lo que haga bien y le seguiré jalando las orejas en lo que haga mal. Soy de un partido de gobierno, pero me considero una congresista con una visión crítica, con posibilidad de tener deliberación.