POLÍTICA
“Con los crespos hechos”: Sofía Petro cuenta por qué se negó a repetir posesión con el pelo liso
La hija de Gustavo Petro estudia en Francia, pero vino a acompañar a su padre en la campaña presidencial. Su rol fue fundamental en ese proceso.
A pocas horas de que comience la posesión presidencial, Sofía Petro publicó una simpática, pero profunda historia en Instagram. En esta, cuenta que no irá de pelo liso a esa ceremonia. “Con los crespos hechos”, dijo, y etiquetó a la peluquería a la que asistió para prepararse para el evento “Rizos y crespos”.
La joven recuerda la foto de cuando acompañó a su papá a la posesión a la Alcaldía. Apenas era una niña en ese entonces y llegó con el pelo liso y una gabardina gris. “Con ese pelo así no se repite”, escribió en la historia con risas.
Sofía ha sido un símbolo en la vida política de su padre. No solo por sus declaraciones, sino por la forma cómo ha llevado la moda. El día de la segunda vuelta ella vistió una prenda hecha por los indígenas embera, cuya historia volvió viral. Se espera que lleve también un traje lleno de significado este siete de agosto.
Sofía, la hija de Petro que habla sin tapujos
Sofía Petro Alcocer es una de las hijas del presidente Gustavo Petro que más le ayudó en su campaña desde su círculo familiar. Hace cuatro años, cuando el hoy mandatario quedó de segundo en las elecciones, su presencia no fue tan determinante por su corta edad, pero esta vez se convirtió en una de las caras más visibles. Fue tal el reconocimiento que cuando Petro le agradeció en la tarima del Movistar Arena en Bogotá al conocer la victoria, el coliseo gritó al unísono: “¡Sofía, Sofía, Sofía!”.
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Y no es para menos. Con tan solo dos décadas de vida, simpatizantes petristas y contradictores de Petro le reconocen su elocuencia cuando sienta sus opiniones, discute y debate cualquier tema con profundidad. No le importa lo que sus posiciones puedan generar.
Una de las grandes críticas fue cuando dijo en una entrevista a El País de España que si Petro no ganaba las elecciones se podría desencadenar un nuevo “estallido social, peor que el del año pasado”.
Sofía habla pausado, explica con sus manos, se ríe. Estudió ciencias sociales y economía en Francia, y va a hacer un máster en política pública e innovación social. “Son los temas que me mueven: ayudar, luchar por tener un Estado social de derecho”, le dijo a SEMANA en una entrevista luego de que su padre lograra el paso a la segunda vuelta. “Soy una persona que no se puede quedar callada frente a las cosas que me molestan mucho y me parecen injustas”, agregó.
La práctica profesional la hizo en la campaña de Petro. Se tomó el trabajo tan en serio que terminó siendo una de las protagonistas de la contienda electoral y se augura que será una de las caras más visibles del círculo personal del presidente Petro durante los próximos cuatro años.
Sofía es feminista. “El feminismo es tan simple como la sensatez misma. Es un sentido común de equidad entre hombres y mujeres. Obviamente tiene muchas variantes. No todas las feministas estamos de acuerdo con todo. Es muy amplio y a veces se estigmatiza en una sola cosa, hay muy poca pedagogía, las mujeres están en desventaja”, afirmó. Es tal la pertenencia que tiene por ese movimiento que también lo ha expresado a través de sus prendas. “Más feminismo, por favor”, decía un saco que lució en medio de su campaña, acompañado de un mensaje de sororidad.
Aunque apoya en prácticamente todo a su padre y es una de las voces que le habla al oído al nuevo mandatario, reconoce que hay temas que los han puesto a discutir, entre ellos el feminismo. Considera que su padre ha tenido un cambio, porque para ella el machismo es un problema de la clase política colombiana.
“Mi papá es un hombre como todos y que, por lo menos -y hay que decirlo- escucha y ha empezado a romper sus barreras de las cosas que a él mismo le han enseñado. Las está rompiendo y está aceptando cosas que en los sectores de la derecha, en otros candidatos, no va a haber”, aseguró.
Al igual que todos los hijos de Gustavo Petro, también sufrió críticas y hasta bullying por el simple hecho de ser hija del político. En una ocasión, una persona con la que empezaba a salir la llamó ‘la guerrillerita’.
Estudió en el Liceo Francés de Bogotá, como casi todos sus hermanos. Desde pequeña sabe lo que es vivir rodeada de escoltas y seguridad por el trabajo de su progenitor. El panorama ha cambiado un poco: cuando la reconocen en la calle, la exaltan, le piden fotos y le aplauden su labor, especialmente los jóvenes de izquierda que la ven como un referente.
No está de acuerdo con que su padre haya militado en el M-19, aunque lo defiende diciendo que pudo haberse tratado de otro contexto histórico. “Que nunca más se vuelva a repetir y nunca más nadie haga lo que él hizo”, pide.
Así como se siente orgullosa de su padre, también lo está de su madre Verónica Alcocer, otra de las protagonistas de la campaña. “Mi mamá es alguien que siempre ha estado ahí, apoyando, solo que de pronto ahora solo se mostró públicamente y se abrió a lo que ella es. Es una persona especial, trabajadora. Me encanta ver lo que está haciendo y que eso haya salido a la luz. El puesto de ella no es estar callada frente a la sombra, es una mujer espectacular”, asegura.
Aunque Sofía lleve la política en las venas y no tenga pelos en la lengua para hablar, dice que no quiere llegar a ocupar un cargo público. No conoce las artimañas de la política y por eso cree convincentemente que su padre sacará adelante las reformas que prometió en campaña y que, contrario a lo que dicen quienes lo critican, el país no se convertirá en otra Venezuela ni habrá caos por sus reformas.
“La política me gusta porque está en el día a día, en lo que hacemos, en nuestros discursos, acciones, manera de ser y lo que hacemos de nosotros para el mundo, en ese sentido me gusta la política, pero si me preguntan para un cargo en el Estado, no”, le dijo a esta revista.
Sofía no solo se ha destacado por su voz. Su personalidad espontánea también la refleja en sus prendas. Aunque no es la más experta en moda y no ha hecho parte de ninguna pasarela hasta ahora, los lentes no la pierden de vista porque siempre llama la atención su overol fucsia, sus aretes del mismo color; o su blusa de flores hecha por manos indígenas con la que fue a depositar uno de los 11.281.013 votos que logró Gustavo Petro para llevarlo al poder y para conducirla a ella a hacer parte de la familia presidencial.
Sofía conoce a Petro como nadie. A pesar de que pareciera que el nuevo presidente siempre está concentrado y ubicado en el lugar en el que se encuentra, en la casa se pierde, así lo reconoció ella a través de una carta que le escribieron junto a sus otros hermanos en medio de la campaña. Dijo que se ubica geográficamente en cualquier parte de Colombia o de otros países, pero que en la casa a veces se le olvida a qué iba al cuarto o por qué llegó a la sala, esa misma donde se sentaron en familia a discutir lo que pasó cada día de la campaña. Más allá de los consejos de Barreras, Benedetti o de Prada, los primeros que le dan recomendaciones al nuevo mandatario son Verónica, Nicolás Alcocer, Nicolás Petro, Andrea, Antonella y, por su puesto, Sofía.
Aunque ahora hace parte de la familia presidencial, ella ha dicho que continuará viviendo en Francia, donde espera completar sus estudios y graduarse. La gran duda es si le llamará más el poder que pueda representar en el país, o preferirá quedarse en el continente europeo siendo una ciudadana más, donde será menos reconocida, un camino que ya han elegido varios de sus hermanos, entre ellos Andrea, quien ha dicho que se quedará en ese país, alejada de la complejidad de la política y de lo que demanda ser la hija del nuevo presidente.