POLÍTICA
Migración Colombia afronta su peor crisis en años. Hay fallas con cédulas de extranjería y sus funcionarios están desesperados por malos pagos
La entidad atraviesa una de sus peores épocas. Trabajadores reclaman mejores condiciones laborales y tecnología para controlar el flujo migratorio. Hay problemas con las cédulas de extranjería.
Migración Colombia, que se encarga del control de la entrada y salida de personas en el país, no pasa por su mejor momento. En la última semana, luego de que renunciara su director, Carlos Fernando García Manosalva, salieron a flote múltiples problemas que vienen de tiempo atrás.
Según algunas versiones, la salida de García Manosalva pasó por quejas alrededor del contrato de cédulas de extranjería, en conjunto con la Imprenta Nacional, que ha provocado varios problemas, especialmente para los extranjeros en el país.
SEMANA tuvo acceso a un cuestionario que respondió García Manosalva al Congreso antes de salir de la entidad, en el que reconoce las dificultades en la expedición de cédulas de extranjería bajo el nuevo modelo.
Por ejemplo, García asegura que con corte al 22 de agosto de 2024 se han registrado 733 quejas durante los meses de mayo, junio, julio y agosto. Además, se han recibido 49 tutelas por ese proceso, sumadas a 789 devoluciones de cédulas de extranjería que presentaron errores en la impresión.
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Fuera de las cédulas de extranjería, otro de los principales problemas en la entidad son los bajos salarios.
Migración surgió tras la disolución del DAS, por lo que muchos funcionarios que venían de trabajar allí pasaron a ser de la entidad de control migratorio. Los problemas persistirían desde entonces y en el Gobierno del cambio no se han podido solucionar.
Yeison Oswaldo Mesa, presidente de la Organización Sindical de Empleados de Migración Colombia (Osemco), denunció en SEMANA que las condiciones laborales de los trabajadores no son las mejores y están reclamando soluciones de fondo.
Aunque un funcionario de Migración debe tener conocimientos especializados, esto no se estaría reconociendo. “La gente está desesperada porque no les alcanza el salario”, aseguró Mesa.
El líder sindical denunció que a veces los sueldos llegan a ser tan bajos que algunas personas que han ganado un concurso de méritos para estar en la entidad prefieren renunciar. “Migración Colombia tiene unos sueldos tan malos que se nombra a la persona que se mete al cargo que ganó el concurso de méritos, pero en cuestión de días esta renuncia, porque no es ni la carrera laboral ni el salario que esperaban”, agregó.
Varios empleados de Migración trabajan en el control migratorio del aeropuerto El Dorado en Bogotá, ya que se trata del mayor flujo de control fronterizo aéreo del país. Allí es donde se estarían presentando gran parte de los problemas.
Sobre estos casos, denuncian que los funcionarios cuentan con un transporte oficial viejo que los traslade a altas horas de la noche hasta sus hogares o en la madrugada, sabiendo que en ocasiones tienen que cumplir jornadas extenuantes en las que ya no pueden desplazarse en transporte público. Los vehículos no tienen las mejores condiciones porque provenían del antiguo DAS.
“Si no hay carros no hay cómo moverse, es muy complejo. Los funcionarios del aeropuerto El Dorado hoy en día no tienen ruta, la que tenían eran carros que venían desde el extinto DAS, que lo cerraron hace 12 años. Eso quiere decir que tenían por lo menos 20 a 25 años de uso. Aun así, los funcionarios se veían en la obligación de ocupar estas rutas porque los horarios de aeropuertos internacionales como El Dorado son muy exigentes”, denunció Mesa.
El ejemplo de la precariedad laboral que se ha presentado lo han revelado varias personas. Por ejemplo, uno de los casos más sonados es el de Alberto Castañeda, que trabaja en Bogotá y venía de ser funcionario del DAS, pero gracias a un concurso de méritos su puesto fue obtenido por otra persona. Castañeda está a punto de pensionarse y tiene comorbilidades, por lo que Migración le ofreció trasladarlo a Bahía Solano a otro cargo.
Todo se complicó el pasado domingo 29 de septiembre cuando sufrió un accidente cerebrovascular. Sin embargo, por la falta de atención de alta complejidad en el centro de salud de ese municipio del Pacífico colombiano, tuvo que ser trasladado a Quibdó, donde estuvo hasta el pasado jueves 3 de octubre en observación.
Ese mismo día lo llevaron hasta Bogotá, porque en la capital del Chocó tampoco contaban con los equipos necesarios para atenderlo. SEMANA conoció un documento que demostraría que el funcionario se encontraba como beneficiario en la EPS y no como cotizante, como debería ser por tratarse de un trabajador, es decir, que no le estarían pagando ese beneficio. Según los partes médicos, en estos momentos Alberto se encuentra en delicado estado de salud.
Otro de los casos más impactantes es el de Ilsa Rojas, que, según Mesa, se contagió de viruela del mono mientras cumplía sus labores como funcionaria en el aeropuerto El Dorado.
Venía de ser trasladada desde Cali, pero, cuando fue diagnosticada por la EPS, Migración no le dio el manejo que los funcionarios esperaban, según denunció el líder sindical.
Debido al contagio que sufrió, empezó a tener mayores complicaciones de salud por otras enfermedades y en este momento está pasando por una situación difícil. “Desafortunadamente, la compañera Ilsa está en Cali viendo prácticamente cómo se va muriendo día tras día, porque tiene que pensar cómo hace para sustentarse, para sobrevivir, habiendo cómo nombrarla”, reclamó Mesa.
Un caso adicional es el de una víctima del conflicto armado de La Guajira, que por esa condición se reserva el nombre. Su esposo era funcionario de Migración, pero lo asesinó la guerrilla. Ella ingresó a la entidad de manera provisional teniendo en cuenta que era madre cabeza de familia. No obstante, cuando le dijeron que la tenían que trasladar a Tibú, Norte de Santander, tuvo que declinar, pues se trata de una zona donde no podría estar por su condición de víctima del conflicto.
Según Mesa, no se trata de falta de vacantes en la capital. Dice que en El Dorado son escasos los trabajadores y que en muchas ocasiones les toca cumplir varias funciones y jornadas extenuantes. Por ejemplo, menciona que en este momento habría 24 puestos vacíos, sumados a otras ofertas más en la región andina, donde también contarían con un número importante de cupos.
Adicionalmente, han ido saliendo de la entidad personas técnicas o con conocimientos especializados. Además de García Manosalva, también se fue el secretario general, Rigoberto Niño Corredor, y numerosos técnicos con conocimientos calificados de varios años atrás.
Hoy la entidad es dirigida por Martha Arango, quien quedó a cargo en provisionalidad. SEMANA le preguntó al canciller, Luis Gilberto Murillo, si ya se sabe quién será el nuevo director de Migración, pero solo dijo que por ahora seguirá Arango al frente de la entidad mientras se nombra a alguien en propiedad. Mesa destaca que Arango es una persona técnica y capaz, pero enfatizó que para mejorar la situación se requiere de voluntad política del Gobierno e inyectar mayores recursos y capacidad. “Sin voluntad política no hay nada y la verdad es que hace falta”, dijo.
SEMANA consultó a Migración Colombia para saber qué está ocurriendo en la entidad, qué pasará y cómo están atendiendo las quejas de los funcionarios; sin embargo, al cierre de esta edición no hubo respuesta.
Mesa asegura que la persona que llegue a la dirección de Migración deberá tener conocimientos especializados en fenómenos migratorios. Le preocupa que nuevamente se presenten cambios con un nuevo Gobierno cuando Petro termine su administración, que es lo que ha pasado en los últimos años.
“La persona que llegue tendrá que aprender y, en el entretanto, se acaba esta administración y todo queda igual, con el mismo salario pírrico y las mismas malas condiciones”, afirmó.
Migración Colombia se ha convertido en una de las entidades más importantes en el país y de mayor crecimiento por el fenómeno migratorio que se ha registrado en los últimos años, especialmente por los venezolanos que huyen del régimen de Nicolás Maduro. No obstante, los funcionarios reclaman mejores condiciones para desempeñar esas funciones.