POLÍTICA
“El discurso de Gustavo Petro se pareció al evento, un montaje de significante vacío”: Paola Holguín contradice algunos puntos del discurso presidencial en la plaza de Bolívar
La senadora del Centro Democrático dijo que no sabe hasta dónde le alcanzará al presidente para entregarle mermelada al Congreso si busca la aprobación de las reformas a la salud, pensional, laboral, educación y ahora de servicios públicos.
SEMANA: ¿Qué opina del discurso del presidente Gustavo Petro?
PAOLA HOLGUÍN (P. H.): Creo que el discurso se pareció al evento: de significante vacío, un discurso en el que Petro repitió frases para tratar de vender unas reformas que hacen mucho daño. Habla de la salud, dice que es para llevarla a lugares remotos; que la laboral es para tener un empleo digno; que la pensional es para darle un bono al adulto mayor, pero no explica, de fondo, cómo estás reformas hacen todo lo contrario. La de salud, por ejemplo, acaba un sistema que nos ha permitido ampliar cobertura, un sistema de aseguramiento. Además, si el problema es llegar a lugares remotos, eso no requiere reformas. No explica que la laboral, con la rigidez y los sobrecostos, lo que hace es acabar con los empleos, como lo han dicho varios sectores, incluido el Banco de la República. No cuenta el presidente que su propuesta de reforma pensional hace lo que ya hicieron en otros países: acabar con el ahorro de los trabajadores. Me llamó mucho la atención que hablara sobre la tierra y el llamado al acuerdo nacional, pero él habla de diálogo, pero es de sordos. Repito: el discurso se pareció al evento: un montaje de insignificante vacío.
SEMANA: Pero llenó la plaza de Bolívar…
P. H.: Pero había mucha gente, ¿qué? La plaza estaba llena con buses que trajeron del Cauca, indígenas, contratistas, se sabe cómo financiaron y movieron todo el aparato estatal porque todas las entidades del Estado terminaron presionando para que la gente fuera a esas movilizaciones. ¿Sabe a qué se parece mucho? A las movilizaciones de Hugo Chávez, cómo tratan de crear una imagen de un gobierno popular, un gobierno que, supuestamente, la gente quiere y uno sabe que no es cierto. Por el contrario, uno ve a un gobierno desesperado, que habla de verdad, pero miente, que habla de pueblo, pero uno se da cuenta de que no es más que un mandato populista que acude a la palabra pueblo, voluntad popular para tratar de pasar por encima de la Constitución y la ley.
SEMANA: El presidente insistió nuevamente en el acuerdo nacional. ¿Qué opina?
P. H.: Es muy extraño que el presidente hable de acuerdo nacional, pero todo el tiempo está estigmatizando a los partidos de oposición, a los medios de comunicación y a todas las personas o entidades que se le oponen. Es muy difícil porque uno ve un doble discurso, él habla de la política del amor, del supuesto acuerdo nacional en el que dice que hay que escucharse, pero uno se da cuenta de que no es cierta esa voluntad. Por un lado, habla de ese discurso, por el otro, estigmatiza, persigue, miente y trata de pasar por encima de lo que establece la Constitución.
SEMANA: ¿Usted ya tiene claro qué era lo que buscaba el presidente con las movilizaciones?
P. H.: Primero, un intento desesperado por mostrar popular a un gobierno impopular, por tratar de demostrar que a él la gente lo quiere y lo respalda. Eso no es cierto porque todos, al final, nos enteramos de cómo el Gobierno terminó llevando a las personas a la calle. Para él, esta movilización también es un mecanismo para presionar que estas reformas, que hacen tanto daño, pasen en el Congreso.
SEMANA: ¿Usted cree que si Petro no acude a traer campesinos e indígenas a Bogotá no hubiera llenado la plaza de Bolívar?
P. H.: Creo que no, si hubiese sido una convocatoria sin el aparato estatal y los recursos del Estado, y el dinero de los colombianos para hacer ese gran montaje y show, seguro no lo logra. Las encuestas no mienten. Cuando uno sale a la calle, se da cuenta de lo impopular que es el Gobierno. Además, uno ve que todo esto son cortinas de humo para tapar una serie de escándalos que ya ponen en evidencia la falta de legitimidad y de legalidad en la elección de Gustavo Petro. Todos esos escándalos sobre cómo pareciera que se trató más bien de una narcocampaña, todos conocimos las denuncias del Pacto de La Picota, las reuniones de Piedad Córdoba con los extraditables en campaña, luego las declaraciones de Nicolás y Juan Fernando Petro, hijo y hermano del presidente (respectivamente), el escándalo del narcopiloto (alias Caco), entre otros. Hoy este es un gobierno impopular y el presidente está apelando al cuento de la voluntad popular y del pueblo para tratar de romper la institucionalidad.
SEMANA: ¿Usted cree que el presidente necesitaba sacar a la gente a las calles para aprobar sus reformas? Lo pregunto porque uno mira, por ejemplo, la de la salud en la Cámara y está avanzando…
P. H.: Está avanzando en la Cámara, pero no sé hasta qué punto avance en Senado. Esas reformas no son tan populares, yo no sé hasta dónde le va a alcanzar la mermelada para obtener las mayorías para aprobar la laboral, la pensional, la de educación. Ahora anunció, además, que meterá una reforma de servicios públicos.
SEMANA: Petro anunció avances en la ‘paz total’ y dijo que con el ELN se está llegando a un punto de no retorno. ¿Le cree?
P. H.: Yo creo que nadie le cree. Es muy chistoso, él dice que la ‘paz total’ avanza, que se llegó a un punto de no retorno, pero a su vez nosotros escuchamos a los cabecillas del ELN afirmar que ellos están sentados con este gobierno porque jamás pidieron el tema de desmovilización y desarme. Ahí la duda que le surge a uno es qué se está negociando. Cuando uno ve que lo del cese bilateral es una mentira y que el ELN, por el contrario, ha arreciado su actuar criminal, uno pregunta de qué paz está hablando Gustavo Petro. La evidencia demuestra que hoy se está dando un debilitamiento sistemático de la fuerza pública y un fortalecimiento a las estructuras criminales.