POLÍTICA
El escritor William Ospina sobre la Paz Total: “se volvió costumbre dialogar con criminales; hay que crearle oportunidades más bien a la ciudadanía pacífica con la que nunca se dialoga”
En diálogo con SEMANA, el escritor y hoy candidato a la Gobernación del Tolima, dijo que no está en contra de los diálogos con los alzados en armas, pero dijo que debe priorizarse la ciudadanía a la que nunca se escucha.
El afamado escritor y hoy candidato a la Gobernación del Tolima, William Ospina, habló con SEMANA. Contó qué lo llevó a lanzarse a la política y expresó cuáles son sus principales propuestas de campaña.
Además, se refirió al gobierno del presidente Gustavo Petro, a quien no acompañó en la campaña presidencial.
“No apoyé el gobierno de Gustavo Petro en su campaña, pero durante todo el tiempo en el que estuvimos en ella apoyando a Rodolfo Hernández más de una vez, yo consideré que eran dos opciones de cambio: me parecía que tanto la opción de Petro como la de Hernández representaban el hastío de la comunidad con las viejas marrullas de la política. Me dije, vamos a ver si Petro puede abrirle caminos a algunos cambios en Colombia. Lo miraba con cierto escepticismo porque me parece que es muy difícil cambiar a Colombia si uno no enfrenta la corrupción y la politiquería. Me parece que él, tratando de recibir apoyos y de obtener las reformas que necesita, ha hecho muchas concesiones a un Congreso que no creo que esté muy interesado en esos cambios”, dijo.
Además, reconoció “que tengo una manera distinta de ver la búsqueda de la paz. Aquí hay que crearle oportunidades más bien a la ciudadanía pacífica con la que nunca se dialoga. Aquí se volvió una costumbre dialogar con los criminales, delincuentes e insurgentes. Está bien que se dialogue, pero ese no puede ser el fundamento de una política de paz. Debe ser el de una economía legal que verdaderamente le permita a la gente estar por fuera de los circuitos de la delincuencia y violencia. Eso no se hace. A los que tienen un arma en la mano, les conceden audiencia; pero el que quiere cantar y canta en los semáforos y quien quiere sostener a su familia, están desamparados”.
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“Yo quería participar por un movimiento ciudadano de firmas porque, por supuesto, me interesa representar una iniciativa de la ciudadanía, pero aquí todo requiere un montón de recursos, conseguir firmas requiere un montón de plata y nosotros somos pobres. Yo no pertenezco a ninguna empresa política y a ninguna electoral, de esas que tienen fortunas para invertir en los proyectos. También cuando uno se inscribe por firmas tiene que comprar unas pólizas que valen plata. Entonces, llega uno debiendo mucha plata. Distintos movimientos políticos desinteresadamente se acercaron a ofrecerme un aval y yo acepté solo uno. Como yo apoyé en las elecciones pasadas a Rodolfo Hernández en su campaña anticorrupción a la presidencia, me pareció que lo más correcto y transparente era que yo aceptara solo el aval de este partido, con la claridad que ellos me hicieron desde el comienzo y es que no me pondrían ninguna condición, que respetarían mi autonomía. Agradezco mucho la confianza”, dijo.
Adelantó que en su campaña reinará la austeridad. “No tengo idea en este momento, pero quisiera que fuera austera, muy lejos de los topes que reconocen las instituciones electorales y recurrir a un voluntariado que sea presentado en las cuentas, saber quién aportó y cuánto. Tienen que ser aportes mínimos. A mí lo que me parece hermoso es que de verdad se abra la ocasión de que sea la gente y su entusiasmo la que muestre otra manera de hacer política”, expresó.
Y añadió: “Me parece que atenta contra la democracia, que hacerse elegir para un cargo público cueste fortunas. Eso, me parece, lesiona el sentido de la voluntad ciudadana. El exceso de publicidad me molesta porque me parece que la convocatoria debe ser distinta. Quisiera hacer un ejercicio de voluntariado, de que los gastos sean mínimos, que haya una gran austeridad porque eso significa independencia a la hora de gobernar. Hay que luchar contra la corrupción, el despilfarro y un esfuerzo por volver al Estado eficiente. No es posible que la gente tenga que ir de ventanilla en ventanilla, de trámite en trámite y papeleo en papeleo. Hay que lograr que las oficinas públicas estén para facilitarle la vida a los ciudadanos y no para entorpecerla”.
Dijo que hay muchas tareas por hacer. “No son tantos los recursos, las necesidades son muchas. Se trata de escuchar qué es lo que la gente necesita y establecer un orden de prioridades. El Tolima ha tenido épocas de gran liderazgo desde los tiempos de la Colonia, cuando se hizo la expedición botánica, en la época de la economía del tabaco de Ambalema, cuando se construyó la zona cafetera y se tendió el cableado aéreo para bajar la cosecha cafetera hasta el Magdalena, y hoy el Tolima no responde a ese liderazgo”.