Entrevista
El gerente de la campaña Duque, Luigi Echeverry, habla en SEMANA con dolor y dureza de Zuluaga: “La ilusión del poder es una droga”
Luigi Echeverri se refirió al escándalo que sacude al Centro Democrático por cuenta del entramado de Odebrecht.
En medio del escándalo por los audios publicados por SEMANA en los que Óscar Iván Zuluaga confiesa que sabía del pago de Odebrecht a su publicista, hubo un dato que llamó la atención. En el comunicado en el que Centro Democrático hizo pública la renuncia del ex candidato al partido, también pidió que se investigara la campaña de 2018 y la que llevó a Gustavo Petro a la presidencia.
La inclusión de la campaña de Duque generó una aireada reacción de su gerente, el empresario Luigi Echeverry quien le pidió a su colectividad rectificar ese llamado, cosa que finalmente sucedió. En dialogo con SEMANA, Echeverry habló de cómo se han vivido al interior de las toldas del uribismo estas revelaciones.
“Me da mucha tristeza. No soy quién para juzgar. Todos, en algún momento, podemos tener problemas. Conocí a un gran economista, a un hombre bueno, correcto, se equivocó y hay que responder. Para mí la ilusión del poder es una droga. Es difícil manejar eso”, dijo.
Agregó que siente decepción, pero no solo de Zuluaga, sino de todo el sistema del país. “¿Cómo no me voy a sentir decepcionado si esta elección presidencial se perdió por W? Aquí no hubo candidatos. Me siento decepcionado por la dirección gremial. Aunque los veo reaccionando un poco, no hay unidad. Es un mea culpa. Nos ha faltado mucho. Ojalá recapacitemos”, afirmó.
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Agregó que en el país hay una grave ausencia de la oposición. “No encuentro quién. No hay un líder único. Tampoco debe ser un líder único porque ni Superman ni Batman existen. Eso es en las películas. Debe haber una mayoría nacional que se identifique con unas ideas”.
El empresario Luigi Echeverri explota contra el Gobierno en SEMANA: “No creo que Gustavo Petro pueda corregir su rumbo”
SEMANA: Esta semana causó extrañeza que el Centro Democrático, en un comunicado, le pidiera a la justicia investigar las campañas presidenciales, incluida la de 2018, es decir, la de Iván Duque, que usted gerenció. ¿Qué pasó ahí?
LUIGI ECHEVERRI: Lo único que pedí fue que rectificaran esa información, y lo hicieron. Lo demás, el por qué y el cómo, me tienen sin cuidado. Necesito que la gente sepa que se manejó una campaña cristalina, transparente, y así lo dijo la justicia. Tuve que llevar la documentación a que la escrutaran en muchas ocasiones. Desde ese punto de vista tengo tranquilidad. Lo que no puedo permitir es que se diga que en esa campaña hay que explicar más cosas de las que ya se explicaron. Y menos que lo venga a decir el partido que dio el aval. Ellos entendieron que se equivocaron y rectificaron, lo cual me parece correcto.
SEMANA: ¿Fue un error humano? ¿Supo quién redactó ese comunicado?
L.E.: Allá tienen a una persona, que es la representante legal, que debe hacer la curaduría de qué sale o no. Le pedí que rectificaran, y lo hicieron.
SEMANA: Óscar Iván Zuluaga tendrá que responderle a la justicia por Odebrecht. ¿Qué pasará con Juan Manuel Santos, quien también estuvo salpicado por ese escándalo?
L.E.: Eso lo preguntamos los ciudadanos. Escribí un artículo recientemente en el que digo: ‘Aquí pasa de todo y aquí no pasa nada’. Eso ocurre.
SEMANA: ¿Cómo ve el gobierno de Gustavo Petro?
L.E.: Con ese tipo de ideología, inconsecuencias y aseveraciones, como las que hace, no se puede llegar a ninguna parte. La política va en reversa desde el mismo Estado y desde la dirección del Estado cuando el mundo avanza hacia el futuro. Todo lo que han dicho en materia energética es completamente contradictorio y absurdo. Claro, ese discurso le llega a una persona que no tenga la capacidad de interpretar eso y dice: ‘Ese señor Petro tiene razón, no debemos sacar más petróleo, no podemos hacer fracking’. Eso es populismo y no le conviene al trabajador ni a la economía nacional.
SEMANA: Del discurso de Petro, ¿qué le preocupa?
L.E.: Todo. Van a acabar con los ahorros de la gente porque están bregando a hacer un daño pensional y a aprobarlo como sea en el Congreso. Que les pase o no es un tema de negociaciones políticas clientelistas que Dios me libre. Tienen un objetivo y lo quieren cumplir a rajatabla, y resulta que la mitad del país votó por ellos; la otra mitad no está de acuerdo. Han herido de muerte al sistema pensional. Lo mismo pasó con la salud. Ni qué decir de una reforma tributaria que era innecesaria. Los números son claros: en 2021, a pesar de que querían dar un golpe de Estado y prendieron al país, la economía creció 10,7 %, más que ningún otro país del mundo. Colombia se entregó con un 12,6 % de crecimiento a junio del año pasado. Eso quiere decir que veníamos supremamente bien y hoy los números advierten que tenemos un crecimiento negativo.
SEMANA: ¿Le preocupa lo que pase en Colombia si Petro no corrige el rumbo?
L.E.: No creo que pueda corregirlo. Él mismo lo dice. Hay que partir de la base de que él es un revolucionario y, si no nos gusta lo que dice, habrá un terrorismo moderno. Así se lo dijo a Vicky Dávila. Es como una revancha. Además, esa locura de la paz total, que viene desde Santos, es impunidad total. A los buenos nos dejan en condiciones de inferioridad frente a los malos.
SEMANA: ¿No cree en la paz total?
L.E.: Nunca he creído en eso. Desde que Caín levantó una mandíbula de un burro y se cargó a Abel, no ha habido paz porque los humanos somos muy difíciles. Y cuando se mezcla la política, la religión o temas ideológicos, es peor. Aquí lo que hay que buscar es una convivencia que sea la mejor posible bajo los parámetros de la ley. El problema es que Juan Manuel Santos, para ganar el Premio Nobel de Paz, nos hizo creer que todo lo que era ilegal lo podíamos convertir en legal. Y nos equivocamos. Han abusado del ideal de la paz y eso solo se logra con cultura, cuando los pueblos estén educados y se respeten los unos a otros.
SEMANA: Es decir, ¿no cree que se pueda llegar a un acuerdo entre el Gobierno y el ELN?
L.E.: Es que no hay un acuerdo con un terrorista o con un delincuente. Es una falacia de los políticos de que pueden hacer negociaciones. Usted no puede negociar nada con una persona que le tiene puesta una nueve milímetros en la sien. ¿Cuál es el negocio? Quien se debe someter a la ley es el delincuente y después la justicia verá qué hacer con él. Pero no es el político quien puede estar por encima del sentido de la justicia, de las leyes y de la Constitución, diciéndole: ‘Olvidemos todo lo que usted hizo’.
SEMANA: Pero ningún grupo armado le apostará a la paz sin nada a cambio…
L.E.: El monopolio de las armas y de la justicia es del Estado. Por eso, toda la vida ha existido la coercibilidad del derecho: quien no quiere atender la ley por las buenas, la atiende por las malas.
SEMANA: ¿No está de acuerdo con ninguna negociación con grupos armados ilegales?
SEMANA: ¿Le preocupa que la inseguridad en varias regiones del país termine por espantar al sector empresarial?
L.E.: Ya se espantó. Lo que pasa es que hay unos empresarios que se pueden ir y otros que no. El problema grave es que cuando usted se va lo dividen por la tasa de cambio si tiene algo para llevar al exterior. Entonces, usted queda valiendo 4.000 veces menos de lo que valía acá. Eso es muy duro porque el país pierde capital humano y talento. El empresario tiene pánico y tiene derecho a tenerlo. Haga las cuentas sobre cómo estaban las cosas el año pasado y cómo están en este. Además, mire en cuánto están los insumos, el costo de vida.
SEMANA: ¿Cómo ve la relación entre el Congreso y el Gobierno?
L.E.: Terrible. A mí me parece que el Congreso se desvirtuó completamente. Los partidos perdieron las jerarquías y la ética y se volvieron unos feudos de pocas personas que son las que dan los avales.
SEMANA: ¿Incluido el Centro Democrático?
L.E.: En todas partes se permea la maldad porque es la condición humana la que no sirve. Los partidos solitos no son malos. Son quienes los operan. También hay gente buena en las colectividades. Miren la crisis del Pacto Histórico: hay gente que de buena fe se metió a eso porque le creyó a Petro y se están dando cuenta de que es puro populismo balurdo. ¿Vamos a decir que el Centro Democrático es la única excepción? No señor. Se acaba de demostrar que hubo problemas con Óscar Iván Zuluaga, quien cometió equivocaciones y debe responder.
SEMANA: ¿Qué pasó con Zuluaga?
L.E.: Me da mucha tristeza. No soy quién para juzgar. Todos, en algún momento, podemos tener problemas. Conocí a un gran economista, a un hombre bueno, correcto, se equivocó y hay que responder. Para mí la ilusión del poder es una droga. Es difícil manejar eso.
SEMANA: ¿Se siente decepcionado de Zuluaga?
L.E.: Me siento decepcionado de todo el sistema del país. ¿Cómo no me voy a sentir decepcionado si esta elección presidencial se perdió por W? Aquí no hubo candidatos. Me siento decepcionado por la dirección gremial. Aunque los veo reaccionando un poco, no hay unidad. Es un mea culpa. Nos ha faltado mucho. Ojalá recapacitemos.
SEMANA: A su juicio, ¿quién lidera la oposición contra Petro?
L.E.: No encuentro quién. No hay un líder único. Tampoco debe ser un líder único porque ni Superman ni Batman existen. Eso es en las películas. Debe haber una mayoría nacional que se identifique con unas ideas.
SEMANA: Pero Uribe fue el opositor de Santos durante ocho años…
L.E.: Pero porque Santos se le volteó y Uribe estaba en el Congreso. Eso es distinto. Había una oposición institucionalizada.
SEMANA: ¿Le gusta el papel de Germán Vargas Lleras o de María Fernanda Cabal?
L.E.: No. Creo que lo hacen solo por intereses personales. No me refiero a ellos como personas, lo digo por muchos políticos que lo hacen con intereses personales. ¿Vargas Lleras no fue el copiloto del acuerdo de paz con las Farc en el gobierno Santos? Es que voltean los argumentos con facilidad.
SEMANA: ¿Cómo ve la oposición de Uribe a Petro?
L.E.: Uribe está metido en un problema judicial, el más injusto del mundo. Lo he visto criticando abiertamente las reformas.
SEMANA: Usted les dijo a los empresarios que están a tiempo de defender la democracia. ¿A qué se refiere?
L.E.: Quienes deben poner las condiciones son los que ponen la plata y quienes la ponen son los que producen. Los Estados se quiebran porque los políticos piensan que el Estado tiene flotadores, y resulta que la lancha es el sector privado y los políticos simplemente son los lancheros que manejan un ratico y que los pueden cambiar por otro. Pero se creen dueños de la lancha. El empleado público es un empleado, empezando por el presidente, y no es dueño de nada.
SEMANA: De los ministros de Petro, ¿destaca al menos a uno?
L.E.: A ninguno. Lo que les he oído no tiene sentido de ninguna naturaleza.
SEMANA: ¿Le gusta el papel de la vicepresidenta Francia Márquez?
SEMANA: ¿Cómo así?
L.E.: No soy piloto de helicópteros, no sé manejar, no puedo decirle: ‘Camine, vamos a montar y manejo el aparato yo’. Ahí es donde nos equivocamos en el país. ¿Por qué para escoger a la gente de la Selección Colombia buscamos a los mejores jugadores del mundo, pero no lo hacemos para elegir a quienes manejan el país?