POLÍTICA
El machismo en el petrismo: mujeres denuncian que en el Pacto Histórico no sancionan los maltratos, acosos y abusos. Los hombres llevan las de ganar
El presidente Petro decepcionó a los colectivos que defienden los derechos de las mujeres. Los comités de ética de los partidos no funcionan, las políticas deben conseguir padrinos para aspirar a puestos de poder y la violencia es pan de cada día.
“El cambio es con las mujeres”, prometió el entonces candidato Gustavo Petro en la campaña. A pesar de utilizar simbología del feminismo, posar como defensor de la equidad de oportunidades y paridad en términos de participación política, desde su posesión como presidente se ha visto poco de lo que planteó en su programa de gobierno en ese sentido.
En la campaña abanderó la lucha junto con su hija Sofía Petro, quien aseguró que le ayudaba a entender el feminismo, dado que su padre se estancó en una izquierda en la que la conversación no giraba en torno a la inclusión de las mujeres.
Petro ganó con los apoyos de muchos grupos de mujeres, pero parece haberse olvidado de ellas desde el momento en el que llegó a la Casa de Nariño. Como mandatario ha defendido a hombres acusados de todo tipo de maltratos, violó la ley de paridad y en la coalición que lo llevó al poder engavetan denuncias contra políticos que cometen estos abusos.
SEMANA habló con mujeres progresistas que han vivido o presenciado discriminación, segregación y diversas violencias de hombres en el Pacto Histórico. Explican el control que ellos pretenden tener sobre las mujeres en cargos de poder y cuestionan al presidente Petro por callar ante la situación que deben enfrentar.
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Diana Otavo, ejecutiva nacional del Polo Democrático, asegura que un sector de la izquierda no comprende que el feminismo es una “profundización de la lucha de los derechos humanos”.
Además, agrega que para los hombres más poderosos de estos partidos las mujeres solo sirven como sus auxiliares. Poco a poco se han venido otorgando espacios, pero con previa autorización de “padrinos”.
Según Otavo, activista por los derechos de las mujeres, Jaime Dussán, presidente de Colpensiones, es uno de los promotores de este tipo de obstáculos para las líderes del Polo, el partido más fuerte del Pacto Histórico.
“Un sector lo lideran hombres que creen en el padrinazgo como la forma en la que las mujeres podemos acceder al poder. En ello está el que lidera Dussán, que cree profundamente en eso”, dice.
Ella menciona también el caso de Álvaro Argote, quien en marzo de 2021 fue denunciado por acoso laboral y sexual por subalternas de la misma colectividad. Salió de la presidencia del Polo Democrático, pero tuvo el poder necesario para que su hija, la representante Támara Argote, fuera incluida en la lista cerrada de la Cámara por Bogotá del Pacto Histórico.
“Argote puso a la hija, y su compadre, Dussán, puso a la suya al Concejo. Es un intercambio de favores, la que tenga padrino, hija o esposa de alguien es la mujer que merece estar. Es una forma de dominación. Todavía definen cuál es la mujer que puede acceder al poder y cuál no”, indica Otavo, agregando que una mujer que no tenga este tipo de figura es considerada “soberbia”. Y manifiesta que ese padrinazgo puede usarse para violentar sexualmente a las mujeres.
Otavo expone que muchos de los hombres que, como el mismo presidente, tienen un discurso de defensa a la mujer son abusivos en privado. “Pueden tener discursos muy en pro de los derechos humanos, haber hecho de su vida pública acciones reivindicativas, pero cuando tú ves hacia su casa es un hombre que puede tener denuncias por violencia de género, acceso carnal violento, maltrato intrafamiliar o violencia económica. Hay una disonancia entre la vida pública y su relación interpersonal. Algunos dicen: ‘Bueno, le pego a mi esposa, pero eso es en mi casa’”.
Uno de los casos más representativos es el de Hollman Morris, escudero del presidente y subgerente de RTVC. A pesar de las múltiples denuncias por violencias contra las mujeres, se mantiene en su cargo con la bendición de Petro. “Es un proceso doloroso”, añade Otavo, en referencia a la falta de sanción a Morris.
Un ejemplo reciente de este tipo de maltrato político a la mujer en el Pacto Histórico fue la elección del reemplazo de Alexánder López en la presidencia del Polo Democrático. Después de varios meses de lucha, se acordó una colegiada, conformada por tres mujeres y tres hombres.
“Los hombres elegidos son Alejandro Ocampo, Alberto Benavides y Alirio Uribe. El grupo de Dussán esperaba, por el inmenso poder que tiene, quedarse con la secretaría general y la presidencia. Es positivo que las mujeres del Ejecutivo hemos dado una lucha muy fuerte para que se respeten los estatutos, que piden paridad en lugares de poder”, dice Otavo.
Ella cuenta que Ocampo, quien representa el sector de Dussán, no estuvo de acuerdo con la presidencia colegiada y mucho menos con que se le entregó la representación legal a una mujer.
“Ocampo no quedó con la representación legal y se molestó. Marylen Serna se quedó con ella, una mujer del Cric. Después de llegar a un acuerdo, dijo que no estaba de acuerdo y quería volver a negociar, porque no se sentían representados por ella. Fue una reunión tensa, fue un tono de invalidarle la presidencia. La corrección. Una compañera decía algo, pero él interrumpía”, denuncia Otavo.
Así engavetan las denuncias
En la izquierda, según las evidencias, la ropa sucia se lava en casa. Las denuncias poco trascienden ante la opinión pública, y los comités de ética no resuelven los casos de maltrato, acoso o abuso contra mujeres, por lo que los presuntos victimarios terminan sin repercusiones en su contra.
SEMANA conoció que la Colombia Humana, partido del presidente Petro, cuenta con mecanismos internos precarios que no permiten procesar la gran cantidad de denuncias que reciben por violencia política, acoso y abuso sexual contra mujeres.
En un video interno, Carmen Anachury Díaz, secretaria general del partido, asegura que antes de una asamblea nacional se deben empezar a revisar los casos allegados.
“El Consejo Nacional de Ética tiene una tarea muy fuerte. No solo fuerte en términos de lo que ello implica, sino también muy dispendiosa. Son muchísimos los casos sustentados alrededor de violencias basadas en género, violencia política y otras más delicadas que tipifican delitos”, señala la líder del partido a inicios del año.
Sin embargo, es clara la inacción de la junta nacional de coordinación, según denuncia Alexandra Vásquez, representante a la Cámara por Cundinamarca.
“Hay mucha protección al violentador. Estamos en un sistema 100 por ciento patriarcal. Consideran que la ropa sucia se lava en casa, pero tampoco se toman acciones para visibilizar estos temas. Muchos están formulando propuestas contra las violencias basadas en género, pero todo se queda ahí”, afirma.
La congresista también asevera que muchas mujeres se restringen de denunciar por esta misma inacción.
Vásquez denuncia que ella misma ha sido “agredida y violentada” por militantes de la colectividad, que, como las de otras mujeres, sin importar su posición, han sido menospreciadas. Se ha cansado de pedirles a su partido y al Pacto Histórico que tomen acciones.
Uno de los ataques que denuncia viene de un tuitero que se hace llamar Dragón Negro, quien dice ser militante del partido y ataca a las mujeres que critican a Hollman Morris. Lo siguen congresistas como Robert Daza, Alejandro Toro, Alirio Uribe, Isabel Zuleta y Gustavo Bolívar, ahora director del Departamento de Prosperidad Social.
“Cuando él empezó a hacer esos ataques, le solicité al partido que revisara lo que estaba pasando. La respuesta fue que estaban investigando y que iban a hablar con él, pero siguió atacando, incluso a través de otros perfiles. A mí me atacó. Es bastante despectivo, muy amenazante y genera angustia y preocupación ver cómo amenaza de manera directa a mujeres progresistas”, indica.
Y ha vivido otras violencias, como hombres que pretendían controlarla por haberle colaborado en su proceso político.
“En el momento que asumes el cargo, estos hombres son los primeros que te violentan por salirte del paradigma que se esperaba, que es una mujer hacendosa, que hiciera caso. La que no chistara. Cuando tú empiezas a ser autónoma, ahí los machos progres denigran, destruyen e invisibilizan. Yo me desmarqué”, confiesa la congresista.
La ejecutiva nacional del Polo Democrático, en conversación con este medio, también expresa que denunció tanto el acoso de Argote como los comentarios misóginos de Germán Navas Talero contra mujeres en la política. En ninguno de los casos ha visto avances en el proceso por parte del Comité de Ética de la colectividad.
“El Consejo Nacional Electoral no le ha puesto cuidado a los comités de ética. Interpuse una queja contra Navas Talero porque una persona que forma parte del Ejecutivo no puede sentirse en la libertad de insultar a mujeres que hacen política. ¿Ha pasado algo? No pasó nada. Yo denuncié a Argote por denuncias de presunto abuso a empleadas del Polo. Se le pidió la renuncia a la presidencia y hago la denuncia. El comité estuvo frenado mucho tiempo porque Dussán era el secretario general”, cuenta, años después de denunciar.
Petro no cumple
Petro comenzó con un gabinete paritario que cumplía su promesa de campaña y, además, el Decreto 455 de 2020, impulsado por el Gobierno Duque, que exige que el 50 por ciento de los cargos de nivel directorio sean ocupados por mujeres.
Sin embargo, la paridad se rompió con los remezones ministeriales. En el primero, en el que salieron los ministros de Educación, Cultura y Deporte, se mantuvo en paridad. Sin embargo, en el segundo movimiento, el presidente reemplazó a dos mujeres por hombres con la llegada de Mauricio Lizcano al Ministerio de las TIC y Guillermo Alfonso Jaramillo al Ministerio de Salud. Luego Andrés Camacho entró por Irene Vélez en el Ministerio de Minas.
Hoy en día, en el gabinete hay 11 hombres, que ocupan el 57 por ciento de las posiciones, y tan solo 8 mujeres. En nivel decisorio dentro de las mismas entidades del Gobierno existe un panorama aún más desalentador.
Juana Afanador, líder feminista que ha encabezado la crítica al presidente Petro desde esa facción, salió del Polo Democrático por exclusión política: “Sufrimos muchos ataques. Muchos compañeros me dijeron que le bajara al feminismo, que no hablara tanto de género”.
Por esta razón, afirma que el mandatario colombiano es machista: “Tiene unas ideas y una concepción del mundo completamente machistas. Cada vez que intenta hablar de asuntos de mujeres la embarra. No ha entendido las luchas”.
Sin embargo, otras mujeres que se identifican con este movimiento, como la congresista Jennifer Pedraza, reconocen algunos avances.
“El primero es la creación del Sistema Nacional de Cuidados. Es importante para reducir la sobrecarga sobre los hombros de las mujeres, así como la creación del Ministerio de la Igualdad”, indica.
Pero la congresista también resalta que está decepcionada del Gobierno: “Especialmente en términos de la revictimización de las mujeres que han venido denunciando hechos de violencia, como en el caso de Hollman Morris y Víctor de Currea. Los ha decidido proteger, así sea difundiendo información falsa. Nunca se ha puesto del lado de las víctimas. Nos gustaría un Gobierno que nos creyera”.
El presidente defiende a quienes son denunciados por violencia contra las mujeres. Por ejemplo, Luis Francisco Cante, exmilitante del M-19 y exdirector de la regional andina de Migración Colombia, acusado de acosar a funcionarias. SEMANA conoció que sigue trabajando en la entidad y que la denunciante vive momentos difíciles por el ambiente de trabajo.
Mientras que el Gobierno olvida algunas de las promesas que les hizo a las mujeres, los partidos políticos se convirtieron en lugares en donde las excluyen de escenarios de participación, engavetan las denuncias y se guarda silencio ante la injusticia.