POLÍTICA
Roy Barreras: “Creo que el manejo político de la coalición no ha sido el adecuado”
El presidente del Congreso, Roy Barreras, advierte que las reformas del presidente Gustavo Petro podrían fracasar en el Legislativo. Dice que hubo demoras en su presentación.
SEMANA: ¿se anticipó el divorcio entre el Ejecutivo y el Legislativo? La Casa de Nariño pidió las renuncias de los viceministros, al parecer, como presión.
ROY BARRERAS (R. B.): yo no creo que haya ningún divorcio entre el Ejecutivo y el Legislativo en un gobierno tan joven. A nadie le conviene, ni a la democracia ni tampoco a la sociedad colombiana, que requiere que haya una solución a esa tensión para tener reformas moderadas, sensatas, viables, que mejoren la salud de los colombianos. En eso todo el mundo está de acuerdo. La tensión se refiere a un punto específico: la diferencia ideológica entre la estatización total del sistema o el sistema mixto de aseguramiento. En eso ha habido inflexibilidad de la propuesta de la ministra Corcho, pero para eso está el debate en el Congreso, ahí se va a resolver, sin duda, de la mejor manera posible. Eso es lo que esperamos.
SEMANA: ¿cuál es el balance de los proyectos del Gobierno Petro en el Congreso?
R. B.: desde el 20 de julio del año pasado le he venido insistiendo a los ministros que, para hacer realidad las propuestas progresistas del presidente Gustavo Petro, se tienen que presentar las reformas. Dichas reformas son el cambio. No son los likes ni los anuncios, sino las reformas convertidas en leyes. Desafortunadamente, se demoraron en radicarlas. Una de ellas, incluso, aún no ha sido presentada: la reforma al sistema nacional ambiental, indispensable para la transición energética y el cambio climático. Las otras fueron radicadas hace apenas unas semanas. Por eso, el balance es que ninguna de las iniciativas prioritarias (salud, laboral, pensional, cambio climático o seguridad vial) ha tenido siquiera un primer debate. Estamos a nueve semanas de terminar la legislatura. Insisto en mi llamado a los ministros: radiquen sus proyectos. Ellos, además, deben estar presentes, garantizando su aprobación en el Congreso.
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SEMANA: ¿le preocupa que no alcancen los tiempos?
R. B.: me preocupa mucho. El presidente Petro es la reencarnación de una ilusión popular justa, un reclamo que implica el cierre de la brecha social. Nadie puede negar que es justo que tres millones de adultos mayores tengan un mínimo vital pensional o que los jóvenes accedan a una educación universitaria gratuita. Ese sueño no se puede frustrar. Cumplirles a los colombianos es aprobar las reformas. Si no le meten el pie al acelerador, las reformas se mueren por cronograma o quedan en un limbo el próximo semestre, dada la época electoral y cuando habrá más dificultades para lograr el quórum necesario.
SEMANA: ¿por qué se demoró la radicación de las reformas?
R. B.: no sé, se demoraron mucho. Además, se cometió un error: pensar que las leyes se hacen en las calles o en conversaciones largas que no llevan a consensos, como ocurrió con la reforma a la salud. Las discusiones interminables por fuera del Congreso no tienen ningún efecto, así no se avanza en la ley.
SEMANA: ¿se quejó en la Casa de Nariño?
R. B.: en público y en privado les he pedido a los ministros y lo hago nuevamente a través de SEMANA: ayuden al presidente a hacer realidad sus propuestas de cambio.
SEMANA: ¿el presidente Petro qué le ha dicho?
R. B.: él comparte la misma preocupación. Cualquier presidente con un mandato joven, él lleva apenas ocho meses, quiere que sus reformas salgan adelante. El manejo político de la coalición no ha sido el adecuado en la medida en que los partidos de gobierno no se sienten en el Gobierno. Lo he dicho con franqueza: los partidos de gobierno gobiernan y deben asumir responsabilidades con la administración. Cuando no están reflejados en los gabinetes, no se sienten responsables.
SEMANA: ¿y por qué ese manejo no ha sido el adecuado?
R. B.: gobernar es construir consensos y mayorías. Un Gobierno, en cualquier democracia, debe construir mayorías y garantizar que sean estables. ¿Cómo? Haciendo que los partidos en el Gobierno se sientan responsables. Esa receta democrática ha sido descartada por algunos ministros con la tesis estigmatizante de que no se le puede entregar el gobierno a los partidos. ¿Cuál ha sido la conclusión? Hoy más del 78 % de los cargos de representación ejecutiva en las regiones sigue en manos de los funcionarios de la anterior administración. Es decir, los partidos de la nueva coalición no se sienten de gobierno y, en cambio, la oposición, curiosamente, sigue teniendo la mayoría de la representación en las regiones.
SEMANA: ¿cómo ve el escenario de la reforma a la salud?
R. B.: como lo ven los colombianos. Hubo múltiples reuniones entre los ministros Alejandro Gaviria, José Antonio Ocampo, Cecilia López, Carolina Corcho, y fracasó el consenso. Se dijo que el texto final no había recogido las observaciones de origen demoliberal. Luego, se repite la historia con los partidos aliados. Hubo innumerables reuniones y han dicho que el texto sigue siendo el original, que no recoge los acuerdos. Eso tiene estancada la reforma.
SEMANA: ¿qué plazo máximo tiene ese proyecto?
R. B.: la única manera de que la reforma pase este semestre es que se apruebe el 24 o 25 de abril para que avance en la plenaria. En la última semana de mayo llegaría a la Comisión Séptima del Senado y seguidamente a la plenaria. Detrás viene la reforma laboral, con dos semanas de atraso, y, si no se avanza en la de salud, es probable que el cronograma no alcance para la laboral. Por eso, he dicho que quizás se necesite convocar a extras en junio.
SEMANA: la ministra Corcho no quiere ceder e insiste en no cambiar el texto de su polémica reforma.
R. B.: me parece complejo que las reformas sociales y la gobernabilidad misma se vean sacrificadas por un solo tema y la posición radical de una cartera ministerial. Eso está entorpeciendo la aprobación de todas las reformas. Parece que algunos sectores radicales, dogmáticos, prefieren que se hundan las reformas para salir a convocar a la gente a las calles. Eso solo significaría caos y la frustración del reclamo popular. Sin reformas no hay un cambio social verdadero y duradero.
SEMANA: ¿qué opina de la estrategia de La U y el Partido Conservador de incluir 133 modificaciones a la reforma a la salud?
R. B.: hay dos visiones opuestas: un sistema ciento por ciento estatizado o uno mixto. Este último preserva la experiencia de 30 años, que hoy protege a los colombianos. Soy un demócrata liberal y las instituciones públicas y privadas deben ser escuchadas. El sistema de salud pasó de tener apenas el 27 por ciento de cobertura antes de la Constitución de 1991 al 98 por ciento de protección de la población con un sistema mixto, que incluye a las EPS. Por supuesto, hubo abusos de las EPS, la mayoría de ellas liquidadas por abusadoras o corruptas, y sobreviven las buenas, que tienen también un exceso de poder. Por eso, estamos de acuerdo con que se elimine la integración vertical y la posición dominante. Pero no significa desaparecer el aseguramiento y entregarle todo a la Adres, que no tiene experiencia para el manejo de mil millones de facturas. Habría un colapso.
SEMANA: el ministro del Interior, Alfonso Prada, dijo que los tiempos para la aprobación de las reformas va viento en popa.
R. B.: viento en popa con amenazas de tormenta. Más allá del optimismo, hay que ser pragmáticos. A partir de la segunda semana de abril, solo tenemos siete semanas.
SEMANA: ¿cómo está su relación con Corcho después del encuentro que sostuvieron?
SEMANA: el expresidente César Gaviria y el Partido Liberal están distanciados del Gobierno…
R. B.: soy respetuoso de las decisiones de cada colectividad, pero envié un mensaje al Pacto Histórico. Tenemos la responsabilidad de construir alianzas. Descalificar a los partidos aliados es abrir grietas que hacen imposible la gobernabilidad.
SEMANA: si no se aprueban las reformas, ¿habrá un estallido social?
R. B.: no creo. Es una salida caótica que no resuelve las necesidades sociales de los más pobres y que empobrece al resto del país.
SEMANA: ¿está de acuerdo con un referendo que lleve a una constituyente?
SEMANA: ¿cómo ve el papel de Álvaro Uribe como opositor?
R. B.: Uribe ha cambiado para bien ligeramente, y digo ligeramente porque hay posturas que siguen siendo opuestas a las del presidente, pero ha habido menos pugnacidad, lo que yo celebro.
SEMANA: ¿cómo sigue su salud?
R. B.: ese problema es de mis médicos. El mío es sacar adelante las reformas. El tratamiento aún no termina, hemos cumplido las dos primeras fases. Estoy en las últimas seis semanas de efectos de la quimioterapia. El 23 de mayo tengo una evaluación para decidir si es necesaria una cirugía.
SEMANA: ¿renunciará al Congreso en julio, como lo había dicho?
R. B.: esa es una decisión médica y depende de mi chequeo del 23 de mayo. Si debo someterme a una cirugía, que es grande y requiere meses de incapacidad, debo retirarme de la Presidencia del Senado para que asuma el primer vicepresidente, Miguel Ángel Pinto, y no podría terminar el ejercicio de la legislatura. Conclusión: el 23 de mayo los médicos definen si sigo o no en el Senado.