POLÍTICA
El polémico clan Calle, al que pertenece el presidente de la Cámara, maneja el poder en Córdoba. Controlan hidroeléctrica de Urrá
Andrés Calle, presidente de la Cámara, controlaría la Central Hidroeléctrica Urrá, una discreta entidad del Gobierno que está envuelta en polémica por haber retirado al presidente sin justa causa. Su hermano lleva una vida de lujos junto con su esposa.
La familia Calle, proveniente de Montelíbano, es una de las más poderosas del departamento de Córdoba. Desde la campaña le apostaron al hoy presidente Petro, lo que hizo que Andrés, presidente de la Cámara, se convirtiera en uno de los principales impulsores de la agenda gubernamental en el Congreso.
El poder de la familia empezó con Gabriel Calle Demoya, padre de Andrés y de Gabriel Enrique, polémico por su relación con políticos corruptos como Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile, y quien aspiró a la Gobernación de Córdoba en las pasadas elecciones regionales.
Recientemente vuelven al ojo del huracán por las revelaciones de Sneyder Pinilla, exsubdirector de la UNGRD, quien asegura haberle entregado personalmente 1.000 millones al presidente de la Cámara.
En los últimos meses, en la hidroeléctrica, que cuenta con cientos de puestos de trabajo y un millonario presupuesto para contratación e inversión, se ha desatado una batalla campal por el poder que terminó en un revolcón interno, con cambio de estatutos incluido.
SEMANA conoció los detalles del pleito y las conexiones con el clan del presidente de la Cámara, quien queda cada vez más expuesto por el poder que le otorga el Gobierno Petro.
Todo empezó el 8 de febrero de 2024, cuando se terminó unilateralmente el contrato de Rafael Amaya del Vecchio, quien era presidente de la hidroeléctrica desde diciembre de 2022, luego de trabajar más de 20 años en la entidad. Este medio conoció que si bien llegó con el nuevo Gobierno, el funcionario, que siempre ha sido técnico, no se ajustó a la supuesta presión del clan Calle.
La instrucción de retirarlo habría venido del Gobierno y fue ejecutada por la junta directiva, donde la participación mayoritaria la tiene la Casa de Nariño. Frente a la situación, que consideró injusta, Amaya instauró una tutela para ser reintegrado, dada la falta de fundamento de su salida.
La junta decidió que, en ausencia de Amaya, se encargara de la presidencia a Eduardo Díaz Pérez, un funcionario con antigüedad dentro de Urrá, pero las decisiones debían pasar por Ángel Delgado Domínguez, segundo suplente. Este es oriundo de Montelíbano y viejo amigo de la familia Calle, dado que estudió en el mismo colegio de los hermanos y compartió espacios laborales con Gabriel.
El 21 de febrero fue admitida y el 4 de abril fue resuelta a favor de Amaya, solicitándole a la junta directiva, incluyendo a Fernanda Valdés, viceministra técnica de Hacienda; Erasmo Zuleta, gobernador de Córdoba; y Jesús David Contreras, alcalde de Tierralta, reintegrar a Amaya al cargo en los tres días hábiles siguientes a la notificación. La junta determinó que debía hacer exámenes de ingreso y pruebas psicotécnicas, entre otros requisitos que debía cumplir. Pasaron los días y la hidroeléctrica no acató el fallo, por lo que se abrió un incidente de desacato. Fue ahí cuando ordenaron la realización de todos los estudios.
El 26 de abril, 52 días después del fallo, Amaya recibió el contrato firmado, luego de todas las trabas para impedir que ingresara inmediatamente. A los pocos días volvió al cargo, pero se encontró con un cambio de estatutos que le quitaba todo el poder.
SEMANA obtuvo las actas de la asamblea, con fecha del 22 de marzo y con presencia del Gobierno, presentada por Delgado Domínguez, cercano a los Calle. Esta cambia las funciones y el poder del presidente, dándole más control del mismo a la junta directiva. En primer lugar, agregaron un parágrafo para cuando se retire y se ordene su “reintegro”. “La junta directiva podrá determinar que no ejerza la representación legal de la sociedad, la cual será adelantada por las personas designadas por la junta directiva”, dice el documento.
Segundo, hicieron que la junta directiva sea la que establezca una terna para elegir jefe de control interno, cuando era una firma de selección de talento humano la que proponía los nombres. En la segunda acta, hacen que la representación judicial y extrajudicial esté sujeta al secretario general, que en este caso es cercano a los Calle.
Además, el límite de cuantía de los contratos que el presidente puede suscribir autónomamente pasó de 2.000 salarios mínimos a 200: “Se deberá contar con la autorización previa y expresa de la junta directiva”. Y en un parágrafo delega varias funciones más al primer y segundo suplente: “Estos asuntos serán adelantados únicamente por estos, salvo que la asamblea general de accionistas disponga lo contrario”. El mismo Delgado llevó estas actas a una notaría, donde dejó en firme los cambios que hizo.
Varias fichas cercanas a ellos están vinculadas laboralmente en Urrá, como Jairo González, Eduardo Altamiranda y Érika Salom, que es familiar de la esposa de Gabriel. Por otro lado, el representante a la Cámara tiene varias fichas en la Agencia Nacional de Hidrocarburos, como Esteban Uparela, un abogado que formó parte de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL).
A pesar de haber perdido la Gobernación de Córdoba, el poder de la familia sigue vivo a través de la Alcaldía de Montelíbano y la del municipio de Planeta Rica, que quedó en manos de Ramón Calle Cadavid, primo de Andrés y Gabriel.
¿Vida de lujos?
Gabriel Calle es ahora diputado de Córdoba, donde dice que gana un sueldo de cerca de 30 millones. Pero llama la atención la cuenta de Instagram de su esposa, Melissa Barrios Salom, en la que se ve una vida de lujos, viajes internacionales, joyas y prendas de vestir exclusivas. En las fotos, ella muestra que la vida les cambió si se compara con las imágenes de la pareja en 2014. Ahora, la esposa del diputado ostenta un reloj Cartier y una camioneta Jeep Grand Cherokee en sus redes sociales.
Hace tres semanas, la pareja estaba de paseo por Europa, haciendo parada en países como Francia e Italia. Pero lo más llamativo del viaje fueron las fotos en un hotel de esquiadores en Saint-Moritz, en Suiza, donde la pareja estuvo con su hija mayor. Y de luna de miel, justo después de ser gerente de la campaña presidencial de Petro en Córdoba, donde organizó todas las manifestaciones públicas, se fue a un exclusivo tour por los Emiratos Árabes, en el que alquilaron un yate para brindar con champaña mientras contemplaban el atardecer.
En su diario vivir, se le puede ver a Barrios con prendas de marcas exclusivas como Marc Jacobs y ropa deportiva de la prestigiosa casa Alo, que no se consigue en Colombia. Antes de ser diputado, Calle Aguas fue secretario de despacho en el Ministerio del Interior por unos cuantos meses, con un sueldo cercano a los 13 millones de pesos.
SEMANA consultó a los hermanos Calle y solo Gabriel respondió, asegurando que su familia no tiene el control de la hidroeléctrica. Sin embargo, aceptó conocer a personas que han trabajado ahí desde el inicio del Gobierno Petro, como el exsecretario general y una familiar de su esposa, entre otros. Negó las supuestas presiones al presidente de Urrá y aseguró que su retiro fue una decisión “autónoma”, proveniente de la Presidencia.
Y dijo que no cree que en su vida haya lujos, como muestran las redes de su esposa: “Tenemos empresas familiares. Mi padre se ha dedicado al comercio de combustible desde hace más de 34 años”. Manifestó que ha ganado bien en todos los cargos que ha ocupado: “Tengo una casa en Montelíbano que construí hace más de siete años. Me he desempeñado en el alquiler de maquinaria amarilla. La he arrendado. No hay ningunos lujos”. Y frente al reloj de su esposa, dijo que solo se lo midió, a pesar de que sale en fotos con él puesto por fuera del almacén.
Finalmente, el diputado acusa a Musa Besaile por los ataques en su contra, a pesar de que en campaña aceptó el apoyo de su esposa, Milena Flórez: “¿Cómo justifica un tipo que está preso comprar una finca de 35.000 millones de pesos? Eso sí es un lujo”, aseguró Calle.