NACIÓN
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, volvió a salirle al ruedo a Petro; lo mandó a tomar clases de derecho y dijo que a Iván Velásquez no le pasará nada, aunque resultara culpable
El mandatario habló con SEMANA sobre el proceso en contra del ministro de Defensa.
VICKY DÁVILA (V. D.): presidente, ¿cómo está viendo el punto al que han llegado las relaciones con Colombia a propósito de las investigaciones anunciadas por la justicia de su país contra el ministro de Defensa, Iván Velásquez?
Alejandro Giammattei (A. G.): le podría decir que no solo es contra el Ministerio. Es una investigación que se está haciendo en contra de exfuncionarios tanto de la Fiscalía como de la Cicig (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala) por acciones y hechos que, según el Ministerio Público de Guatemala, podrían considerarse delitos.
Lamento muchísimo porque yo soy el jefe del Ejecutivo. No tengo nada que ver con el poder judicial. En Guatemala existe la independencia de poderes y el presidente (Petro) se ha ido en mi contra, sin entenderlo, poniendo en riesgo relaciones que han sido muy fuertes por más de 200 años.
Nosotros no vamos a poner en peligro las relaciones con Colombia. El pueblo colombiano es nuestro aliado, lo ha sido siempre. Fue de los primeros países con los que firmamos relaciones diplomáticas. Aquí lo más conveniente es que se entienda que el poder judicial no depende de la Presidencia. A diferencia de Colombia, donde el presidente puede dictar órdenes para que dejen libres a personas señaladas de ser narcotraficantes o guerrilleros, en nuestro país son los tribunales.
El presidente no tiene la culpa de las investigaciones que se hagan ni contra funcionarios del Gobierno, ni internacionales, ni contra el propio presidente. Somos respetuosos de la independencia de poderes. Eso nos caracteriza como país en la solidez que tenemos. Hay independencia de poderes, en eso radica la base de la democracia.
V. D.: el presidente Petro dijo que nunca aceptará una orden de captura contra el ministro Velásquez. Dice que si persiste la persecución, sencillamente no quiere saber nada de Guatemala.
A. G.: si no quiere saber nada de Guatemala, que no hable de Guatemala. Porque si está hablando de Guatemala, significa que quiere saber de Guatemala. Lo que considero es que hay una pequeña equivocación.
V. D.: ¿cuál?
A. G.: el señor Iván Velásquez, por las funciones que desempeñó en Guatemala, no puede ser objeto de un procesamiento. Él tiene una amnistía total por los hechos o los actos que cometió como funcionario de la Cicig, eso fue parte del convenio entre Naciones Unidas y Guatemala, desgraciadamente. Por lo tanto, el señor Petro está equivocado cuando dice que hay una persecución penal. Eso es muy diferente a un procesamiento. Valdría la pena que alguien le diera una clase sobre derecho procesal porque es muy diferente una investigación a un procesamiento. En caso de que la investigación fuera efectiva, el caso se cierra contra el señor Velásquez porque él goza de una inmunidad otorgada por un acuerdo entre el Gobierno de Guatemala y Naciones Unidas. Puedo estar o no de acuerdo, pero hay que respetar ese tratado. Es decir, el señor Velásquez puede estar tranquilo. O sea, una persecución penal contra él no puede haber.
Hay mucha inversión de colombianos en Guatemala que él mismo (Petro) está poniendo en riesgo. Está generando dudas sobre la capacidad del Gobierno en interferencia judicial, cosa que nosotros no tenemos nada que ver. Esto es algo que no debe perjudicar las relaciones con Colombia. Para nosotros, es uno de los pueblos más hermanos de Latinoamérica, con quien tenemos y hemos tenido excelentes relaciones. Hay mucha inversión colombiana en Guatemala, así como hay inversión guatemalteca en Colombia. Lo único que hace es desestabilizar esas inversiones que traen beneficios a ambos pueblos.
Lo mejor sería trasladarles a los cancilleres la misión que puedan desescalar esto y que la justicia haga su trabajo. Nosotros no vamos a interferir en la justicia de ninguna manera. No pueden acusarnos irresponsablemente. Absolutamente no me motiva nada. En segundo lugar, no puedo hacer nada porque los tribunales son totalmente independientes y así han actuado con total independencia y vamos a seguir así.
V. D.: presidente, ¿eso quiere decir que jamás llegaría una orden de captura contra el ministro de Defensa de Colombia, así lo encontraran responsable?
A. G.: hay un tratado. Ahora, si fuera culpable, pues simple y sencillamente él goza de inmunidad. No podemos hacer nada. El señor Petro está actuando con otros fines y tal vez con el hígado en la mano, más que con la razón. Lo invitaría a que bajemos el tono porque realmente hay que bajarlo.
Yo invoco a esa diplomacia que nos ha caracterizado, de respeto a la no injerencia.
V. D.: el presidente Petro ha dicho: “Los cuerdos no llevamos las sociedades al matadero”, refiriéndose claramente a usted. ¿Cómo le cayeron esas palabras?
A. G.: fíjese que hay un viejo refrán que dice que a palabras infructíferas oídos peripatéticos.
V. D.: usted dio a entender que él estaba actuando como un “guerrillero”...
A. G.: yo lo que digo es que el señor Petro tal vez tiene experiencia en otros campos, pero no en la política. Porque de tenerla, no hubiera cometido el craso error de juzgar a un Gobierno que no es el responsable de los tribunales de justicia. Sencillamente se está equivocando sobre a quién debe dirigirse o en la forma en la que debe dirigirse. Lo invito a que sea más político y que se base en el conocimiento de los poderes del Estado. Ni la Corte Suprema se mete con el Ejecutivo, ni el Ejecutivo le da órdenes a la Corte Suprema o al Ministerio Público, son poderes totalmente independientes. Lo invito a que asuma posiciones políticas y no actuando como actuaba antes.
V. D.: usted ha llamado a su embajador a consultas, lo mismo que el presidente Petro. En su caso, ¿para qué lo hizo? ¿Qué espera?
A. G.: lo vuelvo a repetir: las relaciones diplomáticas se basan en dos principios, uno es la reciprocidad y el otro es el respeto. Nosotros estamos siendo recíprocos con una medida que él tomó. Esperamos que los dos cancilleres se reúnan en la cumbre del Celac en Argentina para tratar de calmar la situación y volver a la estabilidad. Estas relaciones son muy francas, abiertas, como siempre han sido, en el marco del respeto absoluto a la no intervención.
V. D.: aquí en Colombia se conoció que el fiscal que ha hecho el anuncio sobre el ministro Velásquez no tiene visa a Estados Unidos y tiene cuestionamientos en ese país. ¿Usted tiene alguna opinión con respecto a ello?
A. G.: discúlpeme, pero él no es trabajador del Ejecutivo, es totalmente independiente. Esa es una pregunta que se le debe hacer a la fiscal general de la nación, no al presidente de la República. No estoy enterado de quién tiene visa y quién no, y qué significa tener o no, eso para mí es intrascendente. Lo único que le digo es que creemos que los diferendos entre países se deben resolver por la vía diplomática. Si no, llegan a casos tan extremos como Ucrania y Rusia, por ejemplo. Cosas que se deberían haber resuelto en la mesa. No puede venir el presidente de Colombia, con todo el respeto que me merece, y echarme la culpa de algo que no tengo nada que ver.
V. D.: ¿alguna opinión con respecto al pronunciamiento de un funcionario de Estados Unidos defendiendo al ministro de Defensa colombiano?
A. G.: creo que cada oveja busca su pareja. Dejémoslo ahí, no me merece ningún comentario. Pero le voy a decir algo.
V. D.: adelante...
A. G.: alguien está partiendo de una cosa equivocada al pretender decir que el Gobierno de Guatemala tiene algo que ver con el sistema judicial. Ahí hay una equivocación crasa de las personas que parten de una premisa equivocada.
V. D.: ¿en qué concepto tiene al hoy ministro de Defensa de Colombia?
A. G.: no acostumbro a hacer juicios de valor. Se los dejo a quien los tiene que hacer. No soy quién para hacer juicios de valor. No puedo caer en el error de otras personas, eso lleva a prejuicios que son desgraciadamente fuente de origen de muchas de estas controversias.
V. D.: envíele un mensaje al presidente Gustavo Petro.
A. G.: le mando muchos saludos, muchas bendiciones, que Dios lo acompañe en su gestión y no se olvide de las buenas relaciones diplomáticas existentes e históricas entre Colombia y Guatemala. No vale la pena ponerlas en jaque por un asunto que ni es de incumbencia de él ni mía, si es que no existe injerencia de poderes en ambos países.