Política
Gustavo Petro quiere que Laura Sarabia vuelva al Palacio, a pesar de los escándalos. Los detalles de un regreso que sería una tormenta
La exfuncionaria estaría considerando esa posibilidad. La semana pasada fue llamada por la Fiscalía.
Laura Sarabia sigue siendo una de las personas en las que más confía Gustavo Petro. Cuando el escándalo en su contra estalló, el presidente nunca le dio la espalda. Se ve claramente en los chats que le escribía a Armando Benedetti, en medio de la convulsionada pelea que sostenían ambos, y que publicó SEMANA.
Y también en la forma como la defendió mientras el país se le venía encima. “Sé lo que ha pasado alrededor de quien me acompañaba casi en todos estos eventos y que en cierta forma era mi mano derecha desde el punto de vista administrativo de mi gestión cotidiana. No han parado ni siquiera a pensar qué podría pensar una joven mujer recién parida, dicen en mi tierra, con su primer niño en su primera experiencia maternal, cuando le sucede un hecho en su vida doméstica que la hace sentir en la zozobra”, dijo conmovido.
La diferencia de trato entre Benedetti y Sarabia era evidente, y así lo dejó claro, incluso en el momento en que anunció la salida de ambos. “Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada (Sarabia) y el embajador de Venezuela (Benedetti) se retiran del Gobierno”, aseguró en un evento público.
Sin embargo, pocos podrían haber anticipado que la salida de Sarabia no significaba que la exfuncionaria se apartara del trabajo propio de las tormentas del poder. Quienes la conocen en Palacio aseguran que ha permanecido muy cercana al mandatario, a tal punto que ella organizó la reunión entre los abogados de Nicolás Petro y el presidente, cuando el hijo del mandatario permanecía detenido en el búnker.
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Su rol era tan fundamental en la Casa de Nariño que el presidente le ha pedido que vuelva. Ella analiza por estos días si acepta o no esa propuesta, pues sabe que su regreso generaría un gran escándalo.
Justo la semana pasada, la exfuncionaria fue citada a declarar por la Fiscalía en la investigación que adelanta la entidad por el caso de su exniñera Marelbys Meza. La decisión de regresar al poder tiene implicaciones importantes para el proceso penal que podría abrirse en su contra en el marco de este escándalo.
En Colombia, en principio, todo investigado puede estar en libertad mientras las investigaciones avanzan. Pero hay tres excepciones en las que la Fiscalía puede pedir la detención de una persona, aun cuando no exista una condena en su contra. La primera es que sea un peligro para la sociedad, cosa que Sarabia no representa. La segunda, que pueda existir riesgo de fuga, lo cual tampoco aplica, pues la exfuncionaria siempre ha estado presta a colaborar con la justicia. Y la tercera, que pueda alterar las pruebas del proceso, en lo cual se suelen evaluar esas posiciones de poder cuando existen subalternos que deben testificar.
Por ahora, Sarabia ha tenido una actitud de apertura frente a las investigaciones que se adelantan. De hecho, así respondió al llamado a la Fiscalía. “En respuesta a una petición que hice a la Fiscalía será escuchada después de 3 meses mi versión. Ha sido una historia lamentable. Al igual que en la Procuraduría, presentaremos las pruebas que respaldan nuestro pedido de que se reconozca mi inocencia”, aseguró Sarabia.
En respuesta a una petición que hice a la @FiscaliaCol será escuchada después de 3 meses mi versión. Ha sido una historia lamentable. Al igual que en la @PGN_COL, presentaremos las pruebas que respaldan nuestro pedido de que se reconozca mi inocencia.
— Laura Sarabia (@laurisarabia) August 19, 2023
La Fiscalía había enviado un comunicado que decía lo siguiente:
“1. La entidad adelanta una investigación metodológica con relación al presunto uso ilegal del polígrafo con la señora Marelbys Mesa, quien ejerció funciones de niñera para la exfuncionaria de la Presidencia de la República, Laura Camila Sarabia Torres.
2. En el desarrollo del proceso se ha recolectado evidencia física, material probatorio, se han realizado interrogatorios y recibido testimonios.
3. En consecuencia, fiscales a cargo de la investigación han dispuesto citar a interrogatorio de indiciado a Laura Camila Sarabia Torres.
La diligencia se realizará el próximo miércoles 23 de agosto en las instalaciones de la Fiscalía General de la Nación.
4. Para la diligencia judicial, la indiciada Laura Camila Sarabia deberá presentarse con su abogado defensor.
5. La Fiscalía reitera que es garante de los derechos de todos los colombianos y sus actuaciones siempre están sujetas a las normas legales vigentes”.
La alta funcionaria salió de su cargo el pasado mes de junio, en medio del escándalo que produjo la revelación de SEMANA sobre lo que vivió Meza, tras un robo que se vivió en su apartamento. La mujer fue etiquetada por la seguridad de Palacio como miembro del peligroso Clan del Golfo, para lograr que un juez en Chocó autorizara chuzar su teléfono y seguir sus movimientos. También fue sometida a una prueba de polígrafo en un edificio contiguo a la Casa de Nariño.
El caso que investiga la Fiscalía es por la prueba de polígrafo en un sótano de un edificio de la Presidencia a la que habría sido sometida la exniñera de Sarabia, Marelbys Meza. La mujer reveló lo sucedido en SEMANA.
“Yo sentía que me iban a dejar ahí, que no iba a volver a salir (...). Me hicieron el polígrafo y me dijeron: ‘Usted se puede burlar de ese aparato, pero de nosotros no. Esta noche no va a su casa, de aquí va presa, y le vamos a hacer un allanamiento a todos sus hermanos y a usted’”, aseguró Meza en su momento a Vicky Dávila, directora de SEMANA.
El caso tomó una magnitud enorme. Y en el marco de las investigaciones, uno de los oficiales involucrados en el interrogatorio de Marelbys Meza, el coronel Óscar Dávila, se suicidó. “Se alcanzó a insinuar que de alguna manera el coronel habría sido asesinado. Se insinuó incluso que se trataba de hechos que podían provenir del alto Gobierno. La misma Fiscalía pues ha detectado la verdad, ha expuesto la verdad. El coronel se suicidó por presiones que en los últimos instantes de su vida tuvo, que no logró controlar lamentablemente”, sostuvo Petro, tras conocerse la confirmación de Medicina Legal de que nadie había intervenido en su deceso.
La investigación de las chuzadas apenas comienza y la llegada de Laura a esa posición de nuevo seguramente desatará una tormenta.
Así se convirtió Laura Sarabia en la persona más cercana al presidente Gustavo Petro
Días después de dar a luz a Alejandro Parra, su primer hijo, Laura Sarabia recibió una llamada telefónica. Al otro lado, Gustavo Petro la saludó y mostró su alegría por el nacimiento. Ocurrió en junio de 2022. “Felicitaciones”, le dijo, emocionado.
Verónica Alcocer, la primera dama, también pasó al teléfono y tuvo el mismo gesto. Por esa época, Laura, una joven de 28 años, profesional en relaciones internacionales y estudios políticos de la Universidad Militar Nueva Granada, se había convertido en pieza clave de la campaña de Petro a la Presidencia.
Fue la mujer que organizó la agenda del candidato y se encargó, junto con el hoy embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, de darle forma a la campaña del líder del Pacto Histórico. Al final de la llamada, Petro, quien viajó de vacaciones a Italia horas después, pasó de nuevo al teléfono y le lanzó la propuesta: “Quiero que me acompañes como jefe de gabinete”. Laura, quien estaba recién salida de la clínica, quedó de una pieza. Sin embargo, sin asomo de duda, respondió que estaba a su disposición.
Se trató de una de las primeras designaciones del nuevo presidente. Ocho días después, en medio de su dieta, Laura ya estaba al frente de las llamadas, las órdenes del mandatario electo y el empalme con el saliente gobierno de Iván Duque.
En realidad, ella entendió en poco tiempo el ritmo de Petro, un hombre enigmático, leído, que cita autores, que habla de todos los temas, pero que, en ocasiones, es disperso y poco metódico y ordenado a la hora de dirigir y hacer política. Laura llegó a la campaña porque Benedetti, con quien ella trabajó durante varios años en el Congreso, la llevó con él. Poco a poco, ella se fue ganando su propio espacio.
Un mes después de aterrizar en la candidatura, la joven bogotana manejó la logística de la campaña, mientras el exsenador barranquillero definió las estrategias, calculó las alianzas, acercó al líder progresista con la prensa y estuvo al tanto del cumplimiento de la agenda del entonces candidato presidencial.
En medio de la campaña, Laura estaba embarazada, pero ello no fue impedimento. La barriga fue creciendo poco a poco, mientras la recta final se acercaba. El entonces candidato decidió aumentar sus recorridos por todo el país, de cara a la segunda vuelta presidencial, con el fin de conquistar el electorado que descuidaba Rodolfo Hernández. Laura, pese a su condición, acompañó siempre a Petro.
Por fortuna, fue una gestación normal que sorteó con buena alimentación y una cita mensual de chequeo con el especialista. Sin embargo, dos meses antes de la segunda vuelta, no pudo subirse a un avión. Por eso, coordinó por teléfono cada uno de los movimientos del candidato, que punteaba en las encuestas. Y casi nada –según cuentan quienes trabajaron a su lado– se le pasaba por alto. Sabía de las reuniones de Petro, sus alianzas, sus estrategias. Hablaba en confianza con su anillo más cercano, que entendió que su prudencia era una de sus mayores virtudes y hasta conoció los mayores secretos de la campaña.
En el equipo de la campaña presidencial comprendieron su estado de embarazo. El hoy mandatario se volvió protector. Y, aunque tenía los ojos del país encima y la presión de un Rodolfo Hernández que le respiraba en el cuello, no dejaba de preguntarle cómo avanzaba la gestación. En ocasiones, a Petro no le gustaba ver a Laura, especialista en marketing político y estrategias de campaña de la Universidad Externado, subida en las tarimas por el riesgo que eso implicaba. Los demás compañeros no le permitían que corriera ni cargara elementos pesados.
El bebé se convirtió luego en un protagonista entrañable de la Casa de Nariño. Andrés Parra, el esposo de Laura, abogado de la Universidad Javeriana con especialización en Derecho Constitucional del Externado, e igual de joven a ella (él tiene 33 años), comprendió que no podía cortarle las alas a su esposa y optaron por distribuir el tiempo. Los primeros días de posesionada –recuerda Parra– no fueron fáciles. Alejandro no pasaba los tres meses y la madre debía lactarlo. Lo hacía con la ayuda de extractores en las mañanas antes de salir. Laura tenía un extractor en su casa, otro en la oficina y uno más en el carro.
El alimento se preservaba en neveras portátiles. En ocasiones, Andrés la sorprendía con Alejandro en la Casa de Nariño. Ella se escapaba de sus extensas jornadas con el presidente para alimentar al pequeño. Era la única forma de desempeñar su papel de madre y profesional.
En los viajes de Estado fuera de Colombia, Laura no tuvo otra alternativa que desplazarse sola porque los recorridos son extenuantes para un bebé. Andrés estuvo al frente de todo, mientras su esposa regresaba.
“Laura vive muy conectada conmigo y el bebé, hacemos videollamadas, vive muy pendiente de los dos”, le contó Andrés en su momento a SEMANA. El bebé se robaba las miradas de los ministros y del presidente Petro. A las cuatro de la mañana de un día cualquiera, antes de que sonara el despertador, Laura estaba al frente de su bicicleta elíptica haciendo cardio y levantando pesas, una herencia militar de sus padres, Octavio Sarabia y María del Rosario Torres. El primero es un suboficial retirado de la Fuerza Aérea y la segunda es una funcionaria que lleva más de 15 años en el Ministerio de Defensa.
Cuando era la jefa de gabinete, Laura se destaca por su buen manejo del tiempo y su organización al límite. Tenía varias agendas y dos celulares, el oficial y el personal. Respondía mensajes las 24 horas y se escribía todo el día con el presidente. Petro admiraba esa capacidad de gestión. En los consejos de ministros escribía todo lo planteado. Y todo el mundo le pasaba al teléfono. Gustavo Petro le delegaba muchísimos temas y se veía tranquilo con su trabajo.
Seguramente todo eso le ha hecho falta, y por eso volvió a abrirle las puertas a Laura de Palacio de Nariño. La decisión de volver tiene para ella muchos pros, pero, sobre todo contras.