Política
Una cosa es lo que el presidente Gustavo Petro anuncia por Twitter, y otra la realidad: esta es la larga lista de promesas incumplidas
Petro es tal vez el líder político colombiano que mejor maneja la fórmula para generar impacto, con un lenguaje atrevido, acuña contenidos de un gran calibre emocional que mueven a sus seguidores.
El presidente Gustavo Petro ganó las elecciones con una de las metas más ambiciosas que haya un jefe de Estado: cambiar el país. Contrario a Álvaro Uribe, que se la jugó por la seguridad democrática, o Juan Manuel Santos, que buscó como su legado el proceso paz con las Farc, Petro busca cambiarlo todo.
Petro es tal vez el líder político colombiano que mejor maneja la fórmula para generar impacto, con un lenguaje atrevido, acuña contenidos de un gran calibre emocional que mueven a sus seguidores. Conoce la ruta para mover sentimientos y emociones, una estrategia que se ha magnificado con su llegada a la Casa de Nariño y el uso que hace de su cuenta de Twitter
El presidente Gustavo Petro se las ha arreglado para convertirse en el gran protagonista de la agenda nacional. Prácticamente, no hay día en el que no acapare los titulares, no ha terminado de lanzar un anuncio al aire cuando ya tiene otros dos bajo la manga. Si bien es destacable que lance propuestas para el país, genera que inquietud qué tanto de estos anuncios y promesas se convierten realmente en realidad.
SEMANA revisó todos los trinos puestos por Petro tras haber sido elegido, el 19 de junio de 2022, para determinar qué propuestas ha lanzado desde ese momento y en cuántas de estas hay cumplimiento. Y los hallazgos son inquietantes.
Lo más leído
A pesar de que cada entidad del Gobierno tiene sus propios programas a escala local, Petro suele agitar la galería a partir de propuestas rimbombantes desde su Twitter, muchas de las cuales ni llegan a convertirse en realidad.
De acuerdo con el análisis, desde que obtuvo su triunfo en las urnas, el mandatario ha lanzado en su Twitter 35 anuncios, sobre los cuales vuelve a hablar una y otra vez. Sobre los cuales es insistente.
Sin embargo, más de la mitad, es decir, el 54 por ciento de estos anuncios, según pudo constatar SEMANA, aún no se han hecho realidad o no cuentan con instrumentos concretos para su realización. El 17 por ciento están proceso, como el caso de las reformas pensional y de salud, y apenas un 29 por ciento se ha concretado.
Esto coincide con un informe elaborado por la Fundación Paz y Reconciliación, que señaló que solo en sus primeros 100 días de Gobierno, el presidente lanzó en total 665 anuncios (en discursos, en redes sociales y en medios), de los cuales apenas el 23 % estaban acompañados de algún instrumento jurídico o de política pública que permitiera su implementación.
Un ejemplo de ello se dio el 22 de junio del año pasado, apenas tres días después de la segunda vuelta, cuando el mandatario solicitó desde su cuenta de Twitter “a los alcaldes y gobernadores del país alistar lotes con títulos saneados para construir las sedes universitarias y colegios universidades que sustentarán la infraestructura de una sociedad del conocimiento”.
A día de hoy, un año después, la única concreción en este sentido ha sido el inicio de la construcción de la Universidad del Catatumbo, en Norte de Santander.
Contrario a lo que ocurría en otros gobiernos, en los que primero salía el decreto y luego el anuncio, la administración de Gustavo Petro se ha caracterizado por lanzar primero la idea, agitar la galería y luego sí analizar si existe alguna viabilidad.
Así ocurrió, por ejemplo, cuando, a mediados de agosto, en un evento con jóvenes, el jefe de Estado anunció que su gobierno iba a condonar las deudas del Icetex para “todos los muchachos”. Sin embargo, horas después tuvo que salir el ministro de Educación, Alejandro Gaviria, a explicar que, por ahora, esto es “imposible”, pues cuesta más de 9 billones de pesos.
En el Plan de Desarrollo aprobado hace algunas semanas, se incluyó una disposición que da piso a la condonación de algunos de estos créditos, pero el tema aún está en el papel y no cubre a la totalidad de los deudores.
Uno de los episodios que más le ha costado a Petro con sus seguidores se dio el 3 de diciembre, en medio de un discurso en Pasto, Nariño, durante una reunión con miembros de juntas de acción comunal, a quienes les anunció que iba a pedir la liberación de miembros de la primera línea, bajo la figura de voceros de paz. Y se atrevió a dar una fecha: dijo que la liberación se daría “antes de Navidad”.
Sin embargo, luego se supo que esta idea no había sido discutida con la Rama Judicial y no tenía mayor piso jurídico, lo que ha provocado que los jueces nieguen una y otra vez la solicitud del Gobierno de liberar a estos jóvenes.
También quedó en el aire la idea de construir un tren entre Buenaventura y Barranquilla. El tema, si bien ha sido tocado por la ANI, aún está en el papel. No hay contratista.
En cuanto a lo que está en proceso, pero con dudas, está el acuerdo al que llegaron el Gobierno y Fedegán para que los ganaderos le vendan tres millones de hectáreas al Estado, que serán entregadas a campesinos, es considerado como el verdadero ‘pacto histórico’ en estos meses que lleva el Gobierno.
Este acuerdo, no obstante, implica que el Estado se tendrá que meter la mano al bolsillo. Petro reconoce que su principal reto es conseguir al menos 60 billones de pesos y, hasta el momento, no está clara la fuente de financiación. Adicionalmente, la cifra que se ha negociado con Fedegán ha sido bastante pequeña.
El proceso de compra de predios a los ganaderos va a tardar bastante tiempo. Incluso, la exministra de Agricultura, Cecilia López, ha dicho que podría ir más allá de esta administración..
Uno de los argumentos para justificar el poco cumplimiento en algunos ámbitos es que el Congreso no le aprueba las leyes con celeridad. Si bien esto es cierto, hay dos elementos que son responsabilidad del Gobierno.
El primero es que el propio presidente Petro fue el encargado de romper su coalición en abril de este año. Y el segundo, es que el Gobierno tiene sus propias herramientas de política pública, por ejemplo, para llevar a cabo la política de tierras. Esto no depende de una reforma legislativa, sino de usar los instrumentos que ya existen en la ley. También, aun sin reforma a la salud, el Estado podría avanzar en sanear las deudas que tiene con estas entidades para que estas a su vez se pongan al día con los hospitales.
En cuanto a lo que sí se ha cumplido, destacan temas como el subsidio de Renta Ciudadana, la reapertura de la frontera con Venezuela, la gratuidad en las escuelas de Policía y la entrega del subsidio de renta ciudadana a madres cabeza de hogar.
“Cuando Petro anuncia que va a construir un tren de Buenaventura a Barranquilla, luego dice que va a condonar créditos del ICETEX y después propone universidad gratuita para todos los estratos, da la impresión de que está avanzando en el cambio, usted le pregunta a cualquier persona y le dicen que el Gobierno ha hecho mucho, pero en realidad en nada de esto se ha avanzado, esconde deficiencia en las ejecutorias con promesas de ejecutorias”, apuntó el politólogo de la Universidad Nacional Rodrigo Sánchez.
Temas olvidados
El presidente Petro se ufana de ser un mandatario cercano al pueblo y de interpretar sus necesidades. Sin embargo, por lo menos en lo que indica su cuenta de Twitter, los temas de los que habla el jefe de Estado son distintos a los que más le preocupan al ciudadano, según las encuestas de opinión.
Por ejemplo, de acuerdo con la más reciente medición de Invamer, los asuntos que más le preocupan al ciudadano hoy son costo de vida, seguridad, empleo y corrupción.
En contraste, los temas de los que más lanza anuncios Petro están relacionados con la ‘paz total’ y en tramitar sus reformas laboral y de la salud. Pero han quedado en el olvido sectores como la cultura, que ni siquiera tiene ministro en propiedad, y la lucha contra la corrupción, más allá de criticar noticias en las que funcionarios se ven inmersos en casos de corrupción, el mandatario en sus redes sociales no ha hecho ningún anuncio sobre cómo combatir este flagelo.
¿Es culpa del Gobierno por prometer por encima de sus capacidades, o de las fuerzas que lo frenan y contienen? Es hora de pasar de los anuncios a las realidades. Al Petro le quedan tres años para cumplir, pero cuanto antes, mejor.