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Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, rompe su silencio y, en entrevista exclusiva con SEMANA, habla de su vida, Petro, la JEP y las Farc: “Nunca me he planteado conocer a mi padre”

Veinte años después de su conmovedor nacimiento en la selva, en medio del secuestro de su mamá a manos de las Farc, Emmanuel Rojas habló con SEMANA y contó la historia secreta de su vida.

Redacción Semana
7 de diciembre de 2024
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| Foto: Montaje Semana

En abril de 2006, Colombia se estremeció al conocer que la entonces secuestrada Clara Rojas, compañera de cautiverio de Ingrid Betancourt, tuvo un hijo en medio de su secuestro, en la selva, bajo la crueldad de las Farc. El hoy fallecido periodista Jorge Enrique Botero, en su libro Últimas noticias de la guerra, hizo la revelación que le dio la vuelta al mundo.

Emmanuel nació el 16 de abril de 2004, en el Guaviare, en las condiciones más adversas. Los guerrilleros entregaron el bebé al campesino Crisanto Gómez, quien luego lo llevó a una sede del ICBF en San José del Guaviare. El pequeño llegó enfermo y con un brazo fracturado. El niño solo se pudo reencontrar con su madre, en Bogotá, el 13 de enero de 2008, cuando Clara Rojas fue liberada por las Farc. Para ese momento, Emmanuel ya caminaba.

Hoy, 20 años después de su nacimiento, Emmanuel, nombre bíblico que significa ‘Dios con nosotros’, habló con SEMANA, en compañía de su mamá, y contó detalles secretos de su vida.

Emmanuel y su madre, Clara Rojas. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: Emmanuel, ¿qué ha ocurrido con usted en estos 20 años, luego de que el país se conmovió con su nacimiento en medio del secuestro de su mamá por parte de las Farc?

EMMANUEL ROJAS (E.R.): Hoy soy un estudiante de Derecho y estos últimos 20 años han sido más que un viaje: de la escuela a la primaria, luego a la universidad, algo progresivo y espero que siga siendo así. Derecho ha sido una carrera chévere, muy interesante, con demasiada información. Agradezco tener a una mamá como la mía porque es abogada y docente, y en varias materias me ha guiado y asesorado. Me ha ayudado a priorizar muchísimo mis temas.

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SEMANA: Clara, ¿qué sentimiento le genera ver a su hijo respondiendo esta entrevista con SEMANA?

CLARA ROJAS (C.R.): Me siento profundamente emocionada y sorprendida al ver cómo él va creciendo de diversas maneras, y, mire, ya en esta faceta, que de por sí es desafiante para cualquier adulto, sentarse a darles una entrevista a periodistas de SEMANA. Imagínese para él, siendo tan joven. Me sorprende positivamente.

SEMANA: Emmanuel, su nacimiento conmovió a millones de personas y no solo en Colombia, sino en el mundo.

E.R.: Sí, soy consciente de ello. En ocasiones, cuando la gente reconoce a mi madre, sea en la calle o en algún evento, me puedo dar cuenta de que la historia de mi madre y la mía han sido de suma importancia.

Emmanuel Rojas, el hijo de Clara Rojas.
Emmanuel Rojas, el hijo de Clara Rojas. | Foto: SEMANA

SEMANA: Clara, usted ha sido muy hermética a la hora de hablar de Emmanuel. Cuando el niño nació, fue trasladado a San José del Guaviare y fue noticia mundial. Usted permanecía secuestrada. ¿Qué noticias le llegaban al campamento sobre su bebé?

C.R.: Para ser sincera, estando secuestrada, nunca fui consciente de eso, justamente por el grado de aislamiento, incomunicación y la falta de noticias en que nos mantuvieron. La mayor parte de las veces sentí una angustia infinita, casi indescriptible, por no saber sobre el paradero de mi entonces bebé y cómo podría estar. Pero, gracias a Dios, al ser liberada, vine a enterarme de las oraciones de miles de compatriotas por nuestra liberación, por nuestro encuentro y por la salud de él. Que sea esta la oportunidad para seguirles dando gracias a todos por sus múltiples oraciones. Es un sentimiento magnífico el haber contado con ese apoyo y cariño, que en su momento despertó la sensibilidad de tantos.

   Así fue el encuentro de Emmanuel con Clara Rojas después de su liberación. El niño ya caminaba. En las imágenes aparece Clara González de Rojas, la madre de la exsecuestrada.
Así fue el encuentro de Emmanuel con Clara Rojas después de su liberación. El niño ya caminaba. En las imágenes aparece Clara González de Rojas, la madre de la exsecuestrada. | Foto: ARCHIVO PARTICULAR

SEMANA: Emmanuel, ¿tiene algún recuerdo vivo de esos días en la selva?

E.R.: Era tan pequeño que no tengo recuerdos de ello ni de las inclemencias que pude haber padecido.

SEMANA: Usted fue trasladado a un hogar de paso.

E.R.: Uy, sí, mis primeros recuerdos se remontan justamente a Fana (la Fundación para la Asistencia de Niños Abandonados), donde estuve tras salir de la selva. Es un hogar de acogida que recibe a varios niños. Recuerdo un campo de baloncesto, la hora del recreo, éramos muchos niños que jugábamos y coincidíamos en el desayuno y cuando veíamos películas. Es un hogar de adopción en Suba, en Bogotá. Yo me divertía, había una piscina de pelotas, incluso estuve allí la última noche antes de decirle adiós a ese sitio.

SEMANA: Clara, allí ocurrió el anhelado encuentro con su hijo.

C.R.: Cuando fui liberada, fue en ese sitio donde nos reencontramos. Fue un momento lindo. Me liberaron en Caracas, gracias al Gobierno del expresidente Álvaro Uribe, que logró un acuerdo con el entonces presidente Chávez. Estuvieron en contacto con mi mamá (hoy fallecida) y conmigo a través de la entonces directora del ICBF, Elvira Forero, quien estuvo en Bogotá muy pendiente de Emmanuel junto con todo su equipo. En Caracas, recuerdo a un par de jóvenes asesores del entonces comisionado de paz, el doctor Restrepo, quienes actuaron como enlaces con mi hermano Iván y estuvieron con nosotros.

SEMANA: En ese hogar de niños abandonados, en Bogotá, ¿qué ocurrió?

C.R.: Primero llegamos al aeropuerto de Catam, donde nos recibieron, y de ahí nos trasladamos a recoger a Emmanuel. En Fana nos ubicaron en una sala especial dedicada a los niños que se encuentran con sus familias. Recuerdo la imagen de la Virgen, estábamos tan emocionados por ver a Emmanuel que nos arrodillamos a llorar de la emoción con mi mamá y mis cuatro hermanos. Fue una escena linda. Cuando llegué, me dijeron que el niño estaba almorzando y pedí que lo dejaran terminar. Y de repente lo vi entrar caminando. Ya era un niño que caminaba y no el bebé que yo había visto la última vez en la selva. Venía caminando, tenía tres años y medio y me dio un abrazo fuerte. Fue muy emocionante.

Clara Rojas junto a su hijo Emmanuel y Álvaro Uribe Vélez. | Foto: Presidencia

SEMANA: ¿Era diferente al bebé que vio la luz en algún lugar del Guaviare?

C.R.: Había crecido. Una cosa era de bebé en la selva. En ese momento había crecido y cambiado físicamente, caminaba y se manejaba solo. A mí me habían dicho que estaba grande, y a él también lo habían preparado para nuestro reencuentro. Al niño, a raíz de mi liberación y gracias a la comunicación telefónica con la directora del ICBF, le permitieron ver las imágenes en televisión de lo que estaba pasando. De esa manera él pudo ver a su mamá, a su abuelita y a su familia cuando descendimos del avión (en la liberación), al igual que todo el país. También le habían hecho un álbum, que aún conservo, en el que se identificaban las fotos de su mamá y su abuelita con el objetivo de que para él fuera digerible en el momento de encontrarnos. Todo esto lo relato en mi libro Cautiva.

SEMANA: Emmanuel, usted estaba ahí en el hogar en Suba cuando vio por televisión las imágenes del regreso a la libertad de su mamá. ¿Cómo fue?

E.R.: En ese sitio me mandaron a llamar y me dejaron ver la televisión. Mi mamá se veía saliendo del aeropuerto de Caracas. A mí me decían: “Emmanuel, ella, la que ves en el televisor, es tu madre”. Cuando la vi por primera vez, me pareció una mujer muy bonita (risas). Recuerdo que le di un abrazo. Después hablamos y ella me preguntó: “¿Emmanuel, tú sabes quién soy yo?”. Yo solo le di el abrazo. Luego regresamos a Fana, porque mi madre decidió pasar mi cumpleaños con los compañeros y amigos, y hubo una piñata. En las novenas de Navidad, también compartimos con ellos.

SEMANA: Emmanuel, ¿qué historia ha conocido usted de su nacimiento?

E.R.: Es la que le han contado a todos. Está el libro de mi madre, Cautiva, que narra muy bien, y de forma exacta, lo sucedido con ella y conmigo. Lo leí hace bastante, pero lo que más me llamó la atención fue el final. Tiene un cierre esperanzador sobre lo ocurrido.

SEMANA: Cuando leía esas páginas, siendo un adolescente, ¿en qué pensaba?

E.R.: Fue importante para mi vida. Fue un momento retrospectivo y bonito, ver esa perspectiva de mi nacimiento a través de los ojos de mi madre. Todo ese libro me impactó.

Clara Rojas junto a su madre y su hijo, Emmanuel. | Foto: Alfonso Reina

SEMANA: Clara, ¿usted le pidió a su hijo que leyera el libro?

C.R.: Emmanuel estaba en noveno grado en su colegio y allí les dejaron la tarea de escoger un texto para leer. Él seleccionó el de su mamá. Me llamaron del colegio y me emocioné, porque él no solo estaba leyendo su historia, sino reflexionando acerca de su situación. Ese día le dije que había valido la pena escribir el libro, porque fue pensado para él.

SEMANA: Cuando las personas saben que usted es Emmanuel, ¿qué le suelen decir?

E.R.: Algo como: “Vaya, tú eres Emmanuel”. Las personas respetan. Hasta ahora, he sido un poco reservado frente al tema, pero algunos de mis amigos me han reconocido antes de que yo les diga. Me dicen: “Ah, eres Emmanuel”. Me han tratado con respeto y consideración.

SEMANA: De todo lo que le ha comentado su mamá, ¿qué ha sido lo que más lo ha impactado?

E.R.: Lo que representó mi nacimiento para las personas. Sé que varias rezaron por nosotros y lo tengo muy presente. Estoy totalmente agradecido.

SEMANA: Cuando usted nació, Emmanuel, tenía un brazo fracturado dadas las complicaciones del parto en la selva. Hoy en día, ¿cómo está su salud?

E.R.: Estoy bien, afortunadamente, me encuentro en óptimas condiciones. Sobre las dificultades en el brazo, pues, bueno, es algo que ni me doy cuenta, porque utilizo normalmente mi brazo derecho.

SEMANA: ¿Ha vuelto a tener noticias de la familia que lo cuidó los primeros meses? ¿De Crisanto Gómez, el campesino que, en su momento, fue señalado de ser un miliciano de las Farc?

E.R.: En realidad, no he tenido ninguna noticia.

SEMANA: ¿Guarda algún sentimiento por esas personas?

E.R.: Era prácticamente un bebé, por lo que no tengo sentimientos sobre ellos.

A sus 20 años, Emmanuel, hijo de Clara Rojas, estudia derecho en la universidad. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: ¿Ha tenido algún acercamiento con su familia paterna? ¿Ha conocido primos, tíos por los lados de su papá?

E.R.: No he tenido ningún acercamiento con ellos.

SEMANA: Ese es un tema difícil. Usted ha sido consciente de la especulación en torno a su padre.

E.R.: Las personas tienen la libertad de expresarse, no me incumbe lo que escriban o lo que digan, no tengo sentimientos al respecto.

SEMANA: ¿Le hubiera gustado conocer a su padre?

E.R.: Estoy felizmente viviendo con mi madre, por lo que nunca me he planteado la idea de conocer a mi padre y tampoco lo veo necesario.

SEMANA: ¿Cómo se lo imagina?

E.R.: Tampoco me he detenido a pensar cómo sería él.

SEMANA: Clara, ¿qué recuerdos tiene del padre de Emmanuel?

E.R.: Decidí hace mucho no hacer ningún comentario sobre ello.

SEMANA: ¿Cómo logró mantener la privacidad de Emmanuel por tantos años?

C.R.: La realidad es que me lo propuse. Gracias a Dios, que me dio la fuerza de asumir plenamente la responsabilidad como madre, desde el día uno. Me pregunté: ¿qué quiero para mi pequeño hijo? Me respondí: una niñez especial y tranquila, en la medida de lo posible, sin tantos altibajos. Aunque, por supuesto, surgen cosas como se le presentan a diario a las familias, surgen eventos que están fuera de nuestro control. Tuve en mente el referente de mi madre y mi padre, quienes fueron casi como magos, nos brindaron a mí y a mis hermanos una niñez y juventud memorables, por lo cual les sigo agradeciendo a ellos y a mis abuelitos, a pesar de que ya están desde hace años en el cielo.

Emmanuel asegura que no recuerda nada de su vida en la selva durante su cautiverio por las Farc. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: Pero la prensa siempre está ahí.

C.R.: Por supuesto que consideré la exposición mediática de la que fui objeto y entendí que era para el servicio del país, para intentar solucionar un problema, como visibilizar el drama y la tragedia del secuestro, algo de lo que en aquella época nadie hablaba. Visibilizar ese problema fue un desafío para todos, para los medios, las familias, las personas que fuimos directamente afectadas y también para la sociedad en su conjunto. No consideré la exposición mediática como algo para mí y menos para mi hijo. Siempre fui consciente de que había linderos entre lo público y lo privado; por ello, nunca publiqué fotos personales de mi hijo en las redes sociales.

SEMANA: ¿Y cómo controlaba que nadie publicara fotos, en estos tiempos de redes?

C.R.: Cuando asistía a eventos con amigos y familiares, les pedía que nos dejaran por fuera de las fotografías. En los colegios a los que asistió, nunca autoricé fotos de mi hijo, salvo las institucionales. Cuando muchas veces me preguntaron por mi hijo en las entrevistas, les dije que esa no era la órbita de la entrevista. Eso, al parecer, ha funcionado y es un principio que seguiré manteniendo, pues me parece sano. Es difícil aprender a mantener un equilibrio, pues tampoco se trata de aislarlo. De hecho, estando aún pequeño, recuerdo que estábamos con mi madre mirando unas revistas en las que habíamos salido ella y yo, y Emmanuel me preguntó: “¿Mamá, y yo por qué no aparezco?”. Entonces, le pregunté si quería salir, y entendí que él también era parte de la situación, tampoco podía invisibilizarlo de una realidad ni mucho menos esconderlo.

Clara Rojas y su hijo, Emmanuel, en diálogo con SEMANA.
Clara Rojas y su hijo, Emmanuel, en diálogo con SEMANA. | Foto: SEMANA

SEMANA: Emmanuel, ¿qué pensaba de que su mamá mantuviera su vida bajo una absoluta privacidad?

E.R.: Le confieso que no lo notaba mucho, sinceramente. Estaba feliz como estaba; no era algo que notara.

SEMANA: Su mamá vivió un secuestro infernal a manos de las Farc. ¿Qué piensa de ese grupo criminal?

E.R.: Comparto la opinión de mi madre, de perdonar pero no olvidar.

SEMANA: Los excomandantes de las Farc están sentados hoy en el Congreso. ¿Qué les quiere decir? Usted es un símbolo de la tragedia del secuestro.

E.R.: No creo necesario enviarles un mensaje y no me siento un símbolo. Solo quiero decir que soy uno de tantos ejemplos de jóvenes en Colombia que les ha tocado sufrir, afrontar y superar una situación compleja.

SEMANA: ¿Qué piensa del secuestro?

E.R.: Es un crimen de lesa humanidad. Privar a una persona de su libertad, con todo lo que eso implica, es cruel.

SEMANA: ¿Qué piensa de la apuesta por una “paz total” del Gobierno Petro?

E.R.: Cualquier búsqueda de la paz es un buen objetivo, queremos la paz. Pero el Gobierno actual, a mi parecer, ha querido abarcar demasiado obviando partes y acciones importantes.

Clara Rojas y su hijo, Emmanuel.
Clara Rojas y su hijo, Emmanuel. | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿Qué opinión tiene sobre la JEP?

E.R.: Hay buenos objetivos, pero han faltado resultados y acciones.

SEMANA: A su mamá, víctima del secuestro, las Farc no la han reparado.

E.R.: Por eso, insisto: la JEP tiene buenos objetivos, pero sus resultados hablan por sí solos.

Clara Rojas junto a su hijo Emmanuel poco después de su reencuentro. | Foto: Alfonso Reina

SEMANA: Clara, Emmanuel es víctima de su secuestro. ¿El Estado debería repararlo también?

C.R.: Ambos fuimos víctimas del secuestro. En el mundo ideal, él no ha debido nacer en las complicaciones de la selva ni haber sido separado de su madre. Las extintas Farc no han debido secuestrar, o han podido habernos entregado a la Cruz Roja y esta historia hubiese sido más corta. Pero, en fin, nació en la selva y, gracias a Dios y al esfuerzo de tantas personas, logramos sobrevivir, que en suma es lo más importante. Ideal, claro, que fuéramos indemnizados. Vamos a ver qué determina la JEP.

SEMANA: Emmanuel, ¿qué piensa de los niños que han estado en las Farc o ahora en las disidencias de esa organización criminal?

E.R.: Siento pena de que hayan tenido que estar en esa situación. Son niños que han tenido que afrontar la violencia y, más aún, adentrarse en ese estilo de vida. Es triste que los hayan metido ahí desde tan pequeños, debería haber un castigo más contundente.

SEMANA: ¿Cómo ve al Gobierno Petro?

E.R.: Ha perdido gran parte de la aprobación del pueblo y no transmite seguridad ni confianza. Además, no logro ver que pueda garantizar un futuro mejor.

SEMANA: ¿Y qué piensa de los congresistas?

E.R.: Sin comentarios.

SEMANA: Su madre perdonó a las Farc, pero no olvida. ¿Usted perdona a quienes secuestraron a su mamá?

SEMANA: ¿Le gustaría que su mamá retornara a la política?

E.R.: No. Uno como familia, cuando ve todo lo que resulta de la política, o lo que puede resultar, se siente más seguro cuando se está lejos de eso.

SEMANA: Emmanuel, ¿a usted le gusta la política?

E.R.: Es un campo sumamente interesante, ayudar a los intereses del pueblo, pero no me gusta.

 Emmanuel Rojas le dijo a SEMANA que comparte la posición de su mamá, Clara Rojas, de perdonar pero no olvidar.
Emmanuel Rojas le dijo a SEMANA que comparte la posición de su mamá, Clara Rojas, de perdonar pero no olvidar. | Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: ¿Cree que su mamá superó las secuelas del secuestro?

E.R.: Nunca he visto que tenga secuelas al respecto, siempre la veo como una mujer en el presente, que se esfuerza y da todo de sí en cada cosa.

SEMANA: ¿Siente que ya perdonó todo?

E.R.: Perdonar es lo mejor que uno puede hacer, hay que perdonar en todo caso y hay que dar un paso en el camino correcto.

SEMANA: Clara, no debe ser fácil superar la tragedia de un secuestro, debe dejar una marca indeleble.

C.R.: Depende de cada uno. En mi caso, me propuse superarlo y le pedí a Dios y a la Virgen, con todas mis fuerzas y oraciones, superarlo y casi que trascenderlo de manera constructiva. De hecho, aprendí a ser resiliente de manera intuitiva. Le doy gracias a Dios por ello, por haberme dado la fuerza y la lucidez para afrontar la libertad de nuevo. Ha sido un largo proceso de desarrollo personal y particularmente emocional, a decir verdad, he trabajado bastante. Cuando miro en retrospectiva, me asombro con el presente que vivo.

Clara Rojas y Emmanuel en diálogo con SEMANA.
Clara Rojas y Emmanuel en diálogo con SEMANA. | Foto: SEMANA

SEMANA: Emmanuel, ahora, con 20 años, ¿qué piensa de su mamá?

E.R.: Es una mujer de disciplina y de mucho esfuerzo. Ha pasado por cosas horribles, pero cada vez que la veo siempre veo a alguien lleno de energía. Mi admiración total hacia ella. Mi madre es trabajadora, es un modelo, desprende energía en todo, en cada cosa que hace. Ha sido genial tenerla como madre. Es una persona que está ahí para ayudarme, guiarme y asesorarme en ciertas cosas. ¡Y para disciplinarme!

SEMANA: ¿Es consciente de que es un milagro de Dios?

E.R.: ¡Le doy gracias a Dios por su ayuda! Estoy agradecido por mi nacimiento y lo que esto pudo representar para mi madre.

SEMANA: Su caso es una muestra de que aun, en medio de la más dura adversidad, triunfa la vida.

E.R.: Sí, en los casos más adversos, algo bueno puede salir.

SEMANA: ¿Ha vuelto alguna vez a una selva?

E.R.: Aún no he tenido la oportunidad, pero disfruto mucho la naturaleza. He visitado lugares exóticos en La Guajira y en los Llanos Orientales. Me falta conocer muchos lugares de Colombia.

SEMANA: ¿Y Clara?

C.R.: He preferido otros destinos, pero sí he visitado manglares y ciénagas. Estuve en el parque Mallorquín, en Barranquilla, y caminar por su interior, dada la vegetación circundante y el clima, resulta una experiencia muy cercana a la de las selvas tropicales.

SEMANA: Emmanuel, ¿ha pensado escribir un libro?

E.R.: En ocasiones he pensado escribir sobre mí, pero eso será más adelante, espero experimentar muchas cosas antes de intentar plasmarlas en las páginas de un libro.

Clara Rojas González
Clara Rojas González también habló de lo que ha sido la vida con su hijo. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO / SEMANA

SEMANA: Clara, ¿qué ha sido lo más difícil en la crianza de Emmanuel?

C.R.: No es una respuesta fácil. En ciertas ocasiones me he sentido sola, en especial después de la muerte de mi madre. En algunos momentos, he sentido que no me puedo ni enfermar, justamente por la necesidad de sacar adelante a mi hijo. Pero tampoco he dejado que esa sensación me agobie. Sin duda, Emmanuel ha sido más que un aliciente, es un empuje, es una fuerza para enfrentar las vicisitudes que depara la vida.

SEMANA: ¿Se imagina su vida sin que Emmanuel esté a su lado?

C.R.: En algún momento él tomará su propio camino. Como madre, mi mayor interés es que mi hijo complete sus estudios universitarios y sea independiente, que aprenda a valerse por sí mismo. Por supuesto, no me refiero solo al aspecto físico, como caminar o correr, pues eso lo aprendió muy pronto, o en lo económico, también me refiero a la consolidación de su carácter. Así me enseñaron mis padres y, ciertamente, resultó su mejor legado. Para ellos, el desafío fue formar a su hija para la vida, la menor después de cuatro hombres. Para mí, el desafío ha sido educar para la vida a mi unigénito, de manera que he intentado transmitirle ese legado y, bueno, ya tengo la tarea bastante adelantada. Por supuesto, con el paso de los años ya he mencionado que las relaciones se van transformando y seguramente mantendremos la relación familiar de manera diferente.

SEMANA: Emmanuel, ¿ha leído más libros sobre el secuestro?

E.R.: Prefiero otro tipo de lecturas.

SEMANA: Clara, ¿está sola? ¿Ha pensado en rehacer su vida?

C.R.: Vivo con mi hijo, no estoy ni me siento sola. Rehice mi vida desde el momento en que recobré mi libertad hace más de 16 años. Lo que pasa es que rehice mi vida a mi manera, como dice la canción, con los que tenía más cerca, que eran mi madre y mi hijo. Me siento feliz por ello y en esto va la vida. No temo al día en que mi hijo decida independizarse, tampoco le tengo miedo a la soledad, vivir sin pareja también es una opción. Y me ha funcionado para afrontar la vida que, como usted sabe, no me la barajaron fácil.

SEMANA: ¿Cómo han sido sus Navidades?

E.R.: Son momentos memorables, para pasarlos en familia y recordar lo que tenemos. La mayoría de las veces las paso con mi madre, pero también tengo momentos en los que hablo con algunos amigos para organizar algún encuentro.

C.R.: Desde que nos volvimos a reencontrar, en enero de 2008, hemos pasado todas las Navidades con Emmanuel. La mayoría de las veces en familia y, cuando hemos estado en el exterior, en casas de amigos. Han sido Navidades lindas, sin excepción. En estos últimos dos años, la hemos pasado en la casa de uno de mis hermanos y ha resultado superagradable, tranquilos, de manera sencilla. No nos hemos preocupado por el tema de los regalos, sí nos hemos ocupado por preparar una comida especial y por reunirnos en torno a la mesa. ¡Y damos gracias por ello, por momentos lindos de recordar!

SEMANA: Emmanuel, ¿en esta Navidad qué le pide al Niño Dios?

E.R.: Éxitos, el próximo año los necesitaré.