Bogotá
En las entrañas de María Paz: este es uno de los barrios más peligrosos de Bogotá. Así viven sus habitantes en medio del terror.
SEMANA se adentró en uno de los barrios más peligrosos de Bogotá y en un recorrido de madrugada, logró evidenciar que la criminalidad impera en el lugar.
María Paz, en la localidad de Kennedy, al sur de Bogotá, es catalogado, por las propias autoridades, como uno de los barrios más peligrosos de la capital del país, en donde imperan los homicidios, los hurtos, las extorsiones, el tráfico de estupefacientes, la prostitución, y demás.
El solo hecho de escuchar el nombre de María Paz o la calle 38 sur, se trata de palabras tenebrosas incluso para los habitantes de otros puntos de Kennedy o Bosa, quienes, sin tapujo alguno, se atreven a advertir que “no cualquiera entra ahí”.
No es para menos, ese polígono ubicado en María Paz se convirtió desde hace meses en la zona de injerencia del Tren de Aragua, esa banda delincuencial trasnacional responsable de homicidios atroces y cuerpos desmembrados y abandonados en bolsas de basura en diferentes puntos la ciudad.
Allí, alias ‘Alfredito’ instaló su centro de operación, recibiendo órdenes directas desde Venezuela, para torturar y asesinar a por lo menos 40 rivales del sector de la Virgen, en Patio Bonito. La sevicia con la que cometía sus crímenes era divulgada en videos a través de redes sociales para sembrar terror y zozobra entre la comunidad.
Lo más leído
En este lugar casi que ni hay ley. De hecho, meses atrás el comandante y varios policías adscritos al CAI Caldas tuvieron que ser detenidos por las autoridades tras ponerse al servicio de los delincuentes de El Tren de Aragua que supuestamente decían perseguir.
En la olla
SEMANA llegó hasta este punto de Kennedy y en un recorrido de madrugada y durante las primeras horas del día, logró entrar al corazón de la olla más sangrienta de la ciudad. Eran las 4:30 de la madrugada, cuando los residentes y vendedores de la zona lanzaron una cruda advertencia: “por la 38, a esta hora, es un atracadero, de ahí, muy seguramente, ni salen vivos”.
Se trata de la calle 38 sur, que se convirtió en un corredor completamente oscuro lleno de habitantes de calle, carreteros, expendio de drogas, armas, y prostitución. En ese punto, la iluminación es prácticamente nula, convirtiéndose en el escondite perfecto para los delincuentes.
Estando sobre la Avenida Ciudad de Cali, esta revista fue testigo de la tenebrosa realidad que se vive a diario en esta zona de Bogotá: un sujeto que se escondía entre los pasadizos salió de la nada y con una patada casi que acrobática tumbó a un joven que se movilizaba en su bicicleta y una vez en el piso, le desenfundó un arma de fuego en la cabeza y le robó su medio de transporte. En cuestión de segundos, el delincuente se escabulló entre la oscuridad.
El recorrido debía continuar. Al ingresar por la calle 33 sur, una pareja de habitantes de calle, yacida sobre el piso, consumiendo bazuco, y con la mirada fijada en cada una de las personas que transitan por el lugar, como si estuvieran vigilando el acceso, fue lo primero que se pudo observar.
Cuadras más arriba, todo tipo de olores se empiezan a percibir. En medio de la oscuridad, las grandes carretas de reciclaje, los habitantes de calle, los puntos de venta de cachivaches y los dealers, comienzan a aparecer. Las vías son estrechas, embarradas, sin iluminación e inundadas de basura.
“Aquí hay pasillos, calles, dentro de María Paz que son peligrosísimas, zonas vedadas en donde manda el Tren de Aragua, y no cualquiera puede entrar. El que ingresa, corre el riesgo de no salir”, le afirmó uno de los habitantes a SEMANA.
“En este barrio toca estar con los ojos encima, si lo roban, nadie se mete a defenderlo. Aquí no hay ley, atracan, extorsionan, matan y nadie puede decir nada”, agregó otro habitante.
El reloj ya marcaba más de las 6:00 de la mañana y con la luz del día se logra observar con claridad la cantidad de armas cortopunzantes que abundan en María Paz: cuchillos, machetes, navajas y demás. El porro, el pegante, la pipa de bazuco y las jeringas, quizás con heroína, son el desayuno para muchos de los habitantes que sin temor alguno consumen vicio no solo al frente de sus pequeños hijos, sino también delante de los dos únicos patrulleros de la Policía que se ven haciendo una ronda en el lugar.
El Cartuchito
Allí abundan los puntos de venta de cachivaches, en donde se encuentra de todo: celulares dañados, muy seguramente robados, cargadores, cables rotos, cubiertos, radios, lavamanos, ropa y zapatos usados, entro otros muchos productos, que van desde los 1.000 o los 2.000 pesos en adelante.
Sobre este corredor vial también predomina la prostitución. A mujeres de todas las edades se les observa en las puertas de recónditas residencias y bares ofreciendo sus servicios sexuales a precios realmente bajos, sin importar quién sea el cliente.
“Desde que cerraron el Bronx, todos se vinieron para acá. Se incrementó la delincuencia, la venta de droga. Este sector es un verdadero cartucho”, dijo un habitante.
Aquí, al igual que en otros puntos de María Paz, el común denominador es la venta y consumo de estupefacientes. Entrar al cartuchito es tener decenas de ojos encima que observan milimétricamente cada uno de los pasos que dan quienes a primera vista pasan como ‘extraños’. El que entre, sin conocer la zona, corre un verdadero peligro.
Habla el secretario
El secretario de Seguridad, Óscar Gómez Heredia, aseguró a SEMANA que lo que ocurre en María Paz y El Amparo en Kennedy, se convirtió en una prioridad para la Alcaldía de Bogotá y por eso desde el inicio de este 2023 se creó el comando especializado de Corabastos y en conjunto con la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía se han ejecutado varios golpes a las bandas delincuenciales en esta zona de la ciudad.
Sin embargo, el funcionario reconoció que no se trata de una tarea fácil e indicó que efectivamente aún hay presencia de grupos delincuenciales que se disputan las rentas ilícitas en María Paz. “Hay algunos integrantes de ‘El Tren de Aragua’, ‘Los Camilo’, ‘Los Satanás’ que siguen ahí, por eso cuando la Policía o la Fiscalía hace las capturas, no se habla de desarticulación de estas bandas, sino de afectaciones, pero llegará el momento en que estas bandas tiendan a desaparecer”, dijo.
Gómez confirmó que el microtráfico es una de las mayores afectaciones en María Paz. “El combustible de estas estructuras criminales es el tráfico local de estupefacientes y la extorsión. Y lamentablemente en este sector hay un caldo de cultivo por la presencia de muchas personas que fueron desplazadas de otros sectores y se agruparon ahí en María Paz, también hay muchos migrantes, lo que termina afectando la convivencia y terminan siendo instrumentalizados, entonces a pesar de que la Policía y la Fiscalía afectan a esas estructuras, sigue habiendo presencia criminal”, sostuvo.
El secretario dejó claro que las autoridades tienen completamente identificadas a cada una de las bandas y desde el Distrito se seguirá atacando todas las rentas ilícitas para que regrese la tranquilidad a María Paz. No obstante, por ahora, los habitantes observan todo lo contrario.