ENTREVISTA
Encargada de contrato de 170 ollas comunitarias en La Guajira por $20.400 millones con la UNGRD dice que la plata nunca le llegó
Su fundación quedó en el ojo del huracán luego de que fuera señalada de supuestamente haber recibido los dineros. El problema de fondo sigue sin resolverse. “Aquí lo que hay es hambre”, dijo.
Inés Quintana de Gómez, representante legal de la Asociación de Madres Trabajadora (Asomadoras), habló en exclusiva para SEMANA después del escándalo con la UNGRD en el que ha terminado involucrada su fundación, ya que estaba contratada por la entidad para encargarse de 170 ollas comunitarias en toda La Guajira en un contrato por 20.400 millones de pesos.
Dice que no es cierto, como se ha sugerido en algunas versiones, que se habría robado la plata, sino que nunca llegó por parte de la UNGRD. Señala que en estos momentos la entidad está haciendo interventorías para verificar qué sucedió con su caso.
SEMANA: ¿Cómo logró obtener el millonario convenio con la UNGRD para las 170 ollas comunitarias?
Inés Quintana (I. Q.): He llevado procesos con el ICBF desde hace muchos años. Se habló de un programa de alimentación, de cero hambre aquí en La Guajira, me acerqué y dije que quería hacer parte. Desde la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD) me aceptaron en octubre. En noviembre presenté los documentos y me dijeron que cumplía. Ahí me dieron un plazo porque uno tiene que hacer concertaciones con las autoridades indígenas. Nos pidieron 100 usuarios. En el contrato decía también que teníamos que tener la cocina y lo que faltaba se iba arreglando. Tuvimos que hacer las 170 concertaciones. En el mes de diciembre no las pudimos hacer porque aquí la familia siempre se reúne por las costumbres y en enero se hace el Festival del Hueso, en el que sacan los restos de los familiares y los llevan para el cementerio que ellos crean conveniente. Después de eso hicimos las 170 concertaciones: 70 en Uribia, como lo decía el contrato, 2 en Albania, en Fonseca, Administración y Maicao 40, Manaure 30 y Riohacha 20. Después de eso, sin un peso, tuvimos que llevar los refrigerios, pagando transporte, es que esto es lejos, desde Uribia a comunidades de la Alta Guajira. Después teníamos que entregar el menaje para empezar las ollas. Nunca tuvimos acompañamiento después de eso con nadie. Yo invito a que visiten una por una de las rancherías donde están ubicadas las ollas, que cada una tiene 100 personas, hay desde niños de meses hasta adultos, adultos mayores. Dimos mesas y los menajes que nos exigieron para el cumplimiento.
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SEMANA: ¿En qué mes pudo entregar comida?
I. Q.: Marzo, luego suspendimos cuando supe que no la iban a pagar. A mí me pueden investigar y yo no he recibido un peso de Gestión del Riesgo.
SEMANA: ¿Nunca le giraron los recursos?
I. Q.: No señor, ni un peso.
SEMANA: ¿Con quién hablaba sobre el convenio con la UNGRD?
I. Q.: El supervisor era el señor Diego Cardona, de Gestión del Riesgo de Bogotá. Él venía, nos decía lo que había que hacer, los formatos, la documentación, incluso nos cambiaron el formato. Entregamos la comida, los perecederos, durante ese mes a la autoridad para que ellos mismos la compraran en su ranchería, porque es según las costumbres de nosotros.
SEMANA: ¿Ese mes de dónde sacó los recursos para comprar la comida?
I. Q.: Tengo amigos que me colaboraron, como he trabajado con el ICBF y he quedado bien. Hicimos maravillas, pero cumplimos. Cada 15 días en ese mes entregamos los perecederos, lo que se podía dañar, la fruta, verdura, entregamos agua potable para los jugos.
La prensa ha hecho un escándalo de que yo prácticamente me he cogido la plata. A mí no me ha girado un peso Gestión del Riesgo. A mí por haber pasado las concertaciones y el menaje me habrían tenido que haber girado algo. Ahora hay una interventoría en mi oficina mirando y verificando cómo son las cosas.
SEMANA: ¿Esa interventoría de dónde es?
I. Q.: De la Gestión del Riesgo.
SEMANA: ¿Qué funcionario está haciendo la interventoría?
I. Q.: Ahí sí me corcha. Él está con mi coordinador Armando Palma y con mi equipo. Cada municipio tiene su coordinador.
SEMANA: ¿En qué municipio está ubicada usted?
I. Q.: Uribia. Aquí queda mi oficina.
SEMANA: No en Albania…
SEMANA: ¿Ha tenido alguna relación o contacto con la alcaldesa de Albania, Nera Eloísa Robles?
I. Q.: Ni la conozco. Aquí en La Guajira se sabe quién tiene ollas y quién trabaja bien. Eso se va regando.
SEMANA: ¿Conoce o ha tenido relación con la senadora Martha Peralta, del Pacto Histórico?
I. Q.: Ella es guajira, pero solo la conozco en las fotos o cuando la veo en la televisión.
SEMANA: ¿Cuántos recursos tuvo que invertir ese mes de marzo?
I. Q.: No sé porque eso lo manejo con mi contador. Yo debo todo. Todo se paró, las ollas, yo no quise seguir porque no me daban garantías de nada.
SEMANA: ¿Quedó debiendo ese dinero?
I. Q.: Lo debo.
SEMANA: ¿Tiene un estimado de cuánto dinero es?
I. Q.: No nos hemos sentado. Estas cosas no nos han dejado nada tiempo de pensar. Yo misma pedí que fueran a verificar a las comunidades y miraran. Tenemos evidencia de que lo hicimos con lo mínimo en las 170 concertaciones y 170 del menaje que nosotros dimos.
SEMANA: ¿Dónde cree que terminó esa plata?
I. Q.: No le puedo decir porque a mí no me lo han girado. Eso tiene que estar en Gestión del Riesgo. Tengo entendido que a ningún operador de aquí de Uribia le han girado.
SEMANA: ¿Los demás operadores le han dicho lo mismo?
I. Q.: He hablado con otros y también se han quejado. Nosotros tenemos que pagar nómina, que es la manipuladora, ayudante de cocina y la dinamizadora, que es la que se encarga de coger todos los días las firmas del que va a comer, porque eso es de lunes a lunes, y la foto, nos la van mandando a nosotros cada coordinador. La dinamizadora tiene que mandarle a la coordinadora todos los días la evidencia.
SEMANA: ¿Por qué decidió dar su testimonio?
I. Q.: Cuando uno hace las cosas bien anda con la frente en alto.
SEMANA: ¿Cómo están repartidas las ollas comunitarias que usted tiene a cargo?
I. Q.: 70 en Uribia, 40 en Maicao, 20 en Manaure, 20 en Riohacha, en el sur, que viene siendo Barranca, Fonseca, hay 20. Las 170 son en La Guajira. Se hizo la consulta a todos con la aprobación y la firma de la autoridad.
SEMANA: ¿Por cuánto tiempo era el convenio con la UNGRD?
I. Q.: 3 meses de alimentación de lunes a lunes los almuerzos.
SEMANA: ¿Cuál es el valor exacto del convenio?
I. Q.: 20.400 millones de pesos.
SEMANA: ¿Cuántos empleados tiene?
I. Q.: Son por cada comunidad 3 trabajadores, que vienen siendo manipuladora, ayudante de manipulación de alimentos, la dinamizadora, que es la que todos los días toma las evidencias de las entregas de los alimentos y la firma del beneficiario. Es decir, 510 trabajadores en total.
SEMANA: ¿Cómo hizo para comprar la comida que entregó en marzo?
I. Q.: No me he sentado con el contador, pero una parte fue acreditada, otra comprada, aportamos algo, tenemos deposito en Uribia. La entrega de las proteínas se la dejamos a las mismas autoridades para que ellos, con la misma comunidad, compraran su proteína en el monte.
SEMANA: ¿Cómo la transportaron?
I. Q.: Nosotros la transportamos desde aquí, se les llevaba el agua, los alimentos, por medio de transporte de acá (Uribia).
SEMANA: ¿En qué municipios están las ollas?
I. Q.: Son: Uribia 70, Maicao 40, Manaure 20, Riohacha 20, y lo que uno dice el sur de La Guajira que viene siendo Albania, Hatonuevo, Barranca, Fonseca, San Juan, Administración son 20. Por todo son 170.
SEMANA: ¿Por qué es necesario concertar con “las autoridades”?
I. Q.: Uno tiene que hacer una concertación. No es voy a entregar y ya, uno tiene que llegar a un acuerdo con ellos, socializar cómo es el programa, ellos tienen que entregar… cada olla tiene su autoridad.
SEMANA: ¿Es una autoridad indígena?
I. Q.: Sí. Tenemos muy poquitas ariguna (persona no indígena en wayuu) casi todas son indígenas. Son poquitas, como unas 10 que vienen siendo con personas de barrio. Cada municipio tiene su coordinador.
SEMANA: ¿Hay más operadores en La Guajira? ¿Cuántos?
I. Q.: Claro, no solamente somos Asomadoras. Hay muchos. Yo el nombre de ellos no retengo, este programa no es de ahora, es de hace rato. Aquí lo que hay es hambre.