NACIÓN
Epa Colombia responde si volvería a lanzar plata desde un helicóptero: “Lo haría, pero con Francia Márquez”
La reina de las queratinas rompe su silencio. Habla de su vida, sus procesos judiciales, su religión y sus deseos de ser mamá. Sale en defensa de la vicepresidenta: “Me parece que la han atacado mucho porque viene de abajo. Y es verdad”.
Epa Colombia se precia de haber crecido en un barrio humilde. Cuenta que en ese estrato, a las mujeres no les enseñan a emprender y que por eso es admirable lo que ha logrado. Y en ese contexto defiende a Francia Márquez de la ola de críticas que ha recibido desde que ostenta el cargo de vicepresidenta de la Nación.
“Me parece una mujer muy humilde, muy sencilla, me parece que la ha atacado la élite colombiana. No, mentiras (risas). Me parece que la han atacado mucho porque viene de abajo. Y es verdad. ¿A las personas que vienen de abajo por qué las atacan tanto? Como a mí, que vengo de abajo”, sostiene.
La influencer agrega:
“Si ella es vicepresidenta, ¿por qué no puede utilizar las cosas del Estado para transportarse? Duque llevó a todos sus hijos a Panaca, no sé, ¿entonces por qué ella no se va a poder transportar, me entiende? Claro que lo puede hacer. Solo que estamos en un país donde somos racistas, donde no aceptan que se superó y que es una mujer inteligente”.
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Epa cuenta que se solidariza con el dolor que ha narrado la vicepresidenta, que a su vez ha contado que llega a su casa llorando tras las jornadas de matoneo que ha vivido. “Dios le permitió estar allí con un propósito. O sea, superbién”, puntualiza.
La reina de las queratinas recuerda también su propia polémica con un helicóptero cuando, para hacer un video para promocionar sus productos, tiró 20 millones de pesos en efectivo desde los aires.
“La embarré. Debí entregarlos a una fundación. En medio de mis locuras, tú sabes que soy una mujer loca y con una personalidad muy arrebatada, los tiré desde el helicóptero porque tenía que hacer un video. En ese momento, en 2020 y 2021, había los concursos de que me pagas el cupo a mí, yo te sigo y les doy queratinas a las seguidoras. Entonces, la idea era que el video quedara bien chévere desde un helicóptero”, sostiene.
Ante la pregunta de si lo volvería a hacer contestó, entre risas: “Lo haría, pero con Francia Márquez... mentiras”.
Lea la entrevista completa:
VICKY DÁVILA: ¿Por qué decidió dar esta entrevista? Antes no quería…
Epa Colombia (E. C.): Amiga, ¿cómo estás? Linda. Ay no, es que venía de mil cosas y no estaba preparada para salir. Tenía que restaurarme, sanar, cambiar, transformarme y decir: le puedo dar la entrevista a Vicky, ya face to face.
V. D.: Sí (risas). Cuando dice que tenía que restaurarse, ¿a qué se refiere? ¿Qué ha pasado en su vida estos años?
E. C.: Amiga, cambiar, mejorar, sanar de todo lo que venía. Tú sabes que venía de un barrio donde no hay educación, donde no te enseñan a emprender, donde no te enseñan cómo salir adelante. Venía de un estrato muy bajo donde no tenía buenas amistades. Entonces, salir y superarme fue algo difícil, ¿me entiendes? No estaba preparada para esta entrevista, pero hoy te puedo decir que estoy lista. Venía de miles de procesos y no quería sentirme más atacada, sino darle solución, salir del problema y decirte: Vicky, ¿cómo estás?
V. D.: Nadie se acuerda de su verdadero nombre. Usted se quedó Epa Colombia.
E. C.: Sí, me dicen Epa Colombia y me encanta que me digan así.
V. D.: Y así se quedó después de aquel videíto, ¿se acuerda?
E. C.: Sí, de 2016.
V. D.: ¿Cómo era ese video?
E. C.: ¡Eh, eh, Epa, la arepa, ayayayay!
V. D.: Vamos a tener que hablar cosas muy serias. En primer lugar, ¿qué pasó con el proceso por los daños que usted causó en TransMilenio?
E. C.: Bueno, amiga, como sabes, me dieron 22 años de cárcel. Hubo varias audiencias, acepté cargos, me la rebajaron a diez, luego vieron que no tenía ningún antecedente en el colegio, pleito o problema. Entonces me la bajaron a ocho. En la última audiencia, Dios me dijo que se iba a manifestar. Entonces me dieron tres años y ocho meses.
Pero TransMilenio decidió apelar porque no le parecía correcto. Dijo que yo debería estar en la cárcel para mostrarlo como un ejemplo, es decir, vamos a darle un escarmiento. No fui a la cárcel y desde ahí dije: voy a salir adelante. El caso está en la Corte Suprema. En este momento estoy trabajando. Eso fue en 2019 y ya estamos en 2023. ¿Qué hice en todo este tiempo? Cambiar y mejorar.
V. D.: Así es. En su caso no ha habido una última palabra.
E. C.: La tienen Dios y la Corte Suprema, pero Dios va a hacer milagros y no va a permitir que nada malo pase.
V. D.: En todo caso, usted ha vivido momentos difíciles en todos estos años.
E. C.: A mí me quitaron las redes sociales durante un año y medio. Entré en una depresión muy fuerte. Dije: “¿cómo voy a salir a hablar?”. Pero no. Pensé “voy a emprender, voy a salir adelante”. Había viajado a Rusia, a Brasil y tenía un contacto. Dije: “bueno, voy a emprender con queratinas”. Ya me había aplicado ese producto en Rusia y me pareció instantáneo. Las queratinas en Colombia eran “vaya y plánchese ocho días en la casa y vuelva para retirarla”. No. La mía era instantánea. Mi mamá me prestó el dinero para emprender.
V. D.: ¿Cuánto le prestó?
E. C.: Al principio fueron 2 millones de pesos, pero no alcanzó porque me compré como 30 o 50 porcioncitas. Pero después mi mamá tenía ahorrados 20 millones de pesos y me los prestó. Compré 500 o 1.000 porciones, y las vendí en las redes sociales, en las peluquerías. Ya las personas me conocían como Epa Colombia. Algunas me decían: “Ah, no te compro porque dañas TransMilenio”. Les decía: “Sí, dañé TransMilenio, pero conoce este maravilloso producto”. Yo misma aplicaba las queratinas y planchaba. Al principio regalé muchas queratinas para darme a conocer.
Los días 13 de cada mes tenía que firmar un libro en la Fiscalía. Después de un año, les dije: “Denme la oportunidad de tener las redes sociales porque necesito la libre expresión para vender mis productos”. Y me dijeron: “Bueno, el fiscal, cuando vea su comportamiento y su compromiso, se las devuelve”. Y me las devolvió. Apenas salí a las redes sociales, ya no vendía ni tres ni cinco, sino 100, 200 queratinas. Ahí empecé a darle y formé mi empresa. Fui aprendiendo empíricamente para ser hoy una empresaria exitosa, reconocida y bien.
V. D.: ¿Epa Colombia hoy es una mujer millonaria?
E. C.: Ehhh… no.
V. D.: ¿Rica?
E. C.: Rica en salud, felicidad y en tranquilidad. Pero en cuanto al dinero, no. Soy una mujer que tiene para sus gastos. Pero que sea millonaria y tenga plata, no. Pues mis queratinas sí me han dejado ganancias. El 10 % se lo doy a Dios, y el otro 10 % es para ayudar a mi familia. No vengo acá a presumirte ni a aparentar absolutamente nada. Soy una mujer que, gracias a Dios, vive muy bien.
V. D.: Todas esas cosas que usted ha hecho, como repartir dinero desde un helicóptero, han sido muy polémicas. ¿Eso fue verdad o mentira?
E. C.: Sí, fue verdad.
V. D.: Comprenderá entonces que eso ha creado un mito alrededor suyo.
E. C.: Sí, como una controversia.
V. D.: Claro. Primero se dijo que cómo era posible que usted tuviera tanta plata como para regalarla. ¿De dónde sacó ese dinero?
E. C.: No era tanta plata. Digamos que eran 3 o 5 millones de pesos. Tú a un vendedor ambulante le das 100.000 pesos, lo del día, o 50.000 pesos, entonces se ve muchísimo. Entonces, las personas dicen: mmm, ya tiene una gran cantidad de plata. Pero la locura que hice fue la del helicóptero
V. D.: Sí, me acuerdo.
E. C.: Tiré 20 millones de pesos desde el helicóptero y fui muy juzgada y muy criticada.
V. D.: ¿De eso se arrepiente?
E. C.: Claro, me arrepiento, estuvo mal.
V. D.: ¿La embarró?
E. C.: Sí, la embarré. Debí entregarlos a una fundación. En medio de mis locuras, tú sabes que soy una mujer loca y con una personalidad muy arrebatada, los tiré desde el helicóptero porque tenía que hacer un video. En ese momento, en 2020 y 2021, había los concursos de que me pagas el cupo a mí, yo te sigo y les doy queratinas a las seguidoras. Entonces, la idea era que el video quedara bien chévere desde un helicóptero.
V. D.: ¿Y cuánto pagó por el helicóptero?
E. C.: Por media hora, como 2 millones de pesos.
V. D.: Si le tocara hacer eso hoy, ¿no lo haría?
E. C.: Lo haría, pero con Francia Márquez (risas).
V. D.: ¿Cómo así que con Francia Márquez?
E. C.: Mentiras (risas).
V. D.: Sigamos con las preguntas incómodas que usted debe responder hoy en esta entrevista. Se ha llegado a decir que Epa Colombia lava dinero…
E. C.: No. Hasta el momento ninguna entidad ha confirmado que lavo dinero. Las entidades han ido a mis empresas a investigarme, como la Dian. Han hecho inspección de lavados de activos y, hasta el momento, no han encontrado nada ni lo van a encontrar. Todo es legal. No hay nada mejor en la vida que ser legal y darle al César lo que es del César.
Nunca en la vida van a encontrar algo porque no soy una mujer ilegal. ¿Crees que un pobre no puede salir adelante? ¿Que una mujer emprendedora no se puede superar?
V. D.: Por supuesto que una mujer pobre sí puede superarse.
E.P.: Entonces, en Colombia, si no da la ‘dea’…
V. D.: ¿Cuál es la ‘dea’?
E. C.: La ‘dea’, la de abajo. Entonces, tú lavas activos. ¿Una mujer no puede emprender, no se puede superar y tener una estrategia de marketing para lograrlo? Las personas a tu alrededor dicen que eres lavadora, que lavas dinero. No, amiga, supérate, sal adelante. Sé que emprender es muy difícil en Colombia.
V. D.: Mucho, emprender en el país es muy difícil.
E. C.: Es muy difícil, pero Dios me ha dado la oportunidad de tener un maravilloso producto, darme a conocer y decir “amiga, lo logré”.
El 90 % de las colombianas se aplica este maravilloso producto porque es muy bueno, aunque algunas digan “su producto es muy malo, me tumbó el cabello, no da”. No, amiga, es que tú vienes con miles de procesos con la decoloración, con miles de tintes, ¿me entiendes? Si no sabes manejar mis productos, ve a mis establecimientos porque diariamente y los fines de semana atiendo entre 40 y 50 chicas.
V. D.: De usted también han dicho incluso que se alió con la mafia rusa. ¿Qué les dice a esas personas?
E. C.: No. Están locas. ¿Por qué dicen eso? Con ninguna mafia, aquí no hay nadie atrás, acá detrás está Dios, un buen equipo de trabajo y mi familia.
V. D.: Le voy a mencionar a una persona: Yenny Saldarriaga. Usted sabe que dio una entrevista para SEMANA, fue su contadora y dijo muchas cosas que dejaron muchas dudas sobre usted y su empresa.
E. C.: Sí, claro que sí. Todo lo que ella dijo es mentira. Fue una firma que contraté de Medellín para que llevara la contabilidad de mi empresa. No quedé conforme con el trabajo que ella estaba haciendo. No sé de números, Vicky, pero como contadora debió decirme “organízate bien”. Hasta el dinero en efectivo se justificó, el año pasado se le pagó a la Dian. Gracias a ella, aprendí a no confiar en cualquiera. La empresa no se le puede entregar a cualquiera. No cualquiera obra bien. De nada sirve tener un título y robar a las personas, prefiero no tenerlo, porque no tengo un título, pero no robo a nadie.
V. D.: ¿Pero ella la robo?
E. C.: Sí, desfalcó a mi empresa, 2.200 millones de pesos. Supuestamente ella pagaba la seguridad social de mis empleados, pero no era así. Son personas que crean una fachada, empresas y por ahí se roban el dinero. ¿Cómo roban? Dicen: necesitamos buscar una empresa que instale cámaras y ella misma crea una empresa para ese fin. Y me dice: se las van a instalar y vale 50 millones de pesos. Y van y contratan a una persona en el centro, que cuesta 8 millones de pesos, y ahí se roban 42 millones de pesos.
Le di mi empresa a una persona que no debí dejársela. Me dejé guiar por una persona que en ese momento me manejaba y me decía que era contadora de Farina, y Farina le comentaba las publicaciones.
No sabía que entre Farina y Yenny Saldarriaga hacían espiritualidad, es decir manejaban la magia blanca. No creo en nada de eso, solamente creo en Dios. No creo ni en la negra ni en la blanca, eso no existe, solamente creo en Dios. Ella me hizo mal una declaración de renta, no importa, la Dian me dijo “vuelve a organizarla”. Eso fue lo que hice realmente.
V. D.: ¿En este momento hay algún pleito con la señora Saldarriaga?
E. C.: Sí, claro, la tengo demandada, pero mis demandas no son escuchadas. Tú me demandas y mañana sale la demanda contra Epa Colombia, sea por cualquier razón: que le quemó el cabello, que me trató mal, que es una mala jefe. Pero las mías nunca salen. He demandado a mis managers, a la Barbie, a Yenny Saldarriaga y nunca han salido esas demandas. ¿Por qué? La contadora dice que se hicieron muchas cosas malas. ¿Dónde están las pruebas? Uno tiene que tenerlas. En cambio, yo sí tengo pruebas para demostrar que ella me robó 2.200 millones de pesos.
V. D.: ¿A cuánto asciende el patrimonio de su empresa?
E. C.: No sé, Vicky.
V. D.: ¿Cuánto vende al mes?
E. C.: No sé. Por ahí, ¿qué?... ¿100?
V. D.: ¿100 millones de pesos?
E. C.: Sí.
V. D.: La contadora decía que usted vendía mucho más. Que eran miles de millones de pesos.
E. C.: Miles de millones para mí ya son 100 millones de pesos.
V. D.: Eso vende en todo su negocio durante un mes, más o menos.
E. C.: En días buenos, 200 o 300. En días normales, unos 100.
V. D.: ¿Y cuánto le queda de ganancia?
E. C.: Como el 20 % porque toca pagarle a la Dian. Tú sabes que ahí se va todo.
V. D.: La he visto con unas ollas inmensas. Ahora, ¿usted misma produce las queratinas?
E. C.: No. Hay un químico especializado para eso.
V. D.: Y usted tiene ya su fórmula secreta.
E. C.: Claro que sí. Por eso soy la única que garantiza un pelo 100 % liso. ¿Dime qué otra marca reconocida lo garantiza? Dime.
V. D.: No, no sé.
E. C.: Es que no hay otra.
V. D.: Hay otra historia de la cual tenemos que hablar. Acuérdese del empleado que dice que usted lo secuestró.
E. C.: Pues nunca se ha secuestrado a nadie.
V. D.: Eso también lo dice la contadora.
E. C.: Sí, es que ella traía al abogado, el de recursos humanos. Entonces le dije: “Hazme el favor y me pasas los token, porque esa plata es mía”. Inmediatamente dijeron que yo los estaba amedrentando. ¿Dónde está el video en el que se evidencie que los secuestré? El video fue extraído de las cámaras que se llevaron, porque se robaron toda la información de mi empresa. Ese video lo publicaron aquí en SEMANA. ¿En qué momento viste que yo lo cogí o lo encerré? No se ve, Vicky. Solo se observa que paso, le hablo, salgo y me voy. Solo que mis escoltas lo estaban saludando y dijo que ahí lo estaban amedrentando. ¿Dónde está el audio, Vicky? No había absolutamente nada. Se mostró un video que no era real.
V. D.: O sea que nunca hubo un secuestro.
E. C.: Nunca. Supuestamente Carlos Toro era abogado. No lo es. Es una persona que extorsiona a las demás. Se aprovecha del buen nombre o de la ingenuidad o la falta de conocimiento o el profesionalismo de una persona. Llega a otras empresas a decir que es mi abogado y no lo es. Tiene una tarjeta falsa y engaña a las personas. Carlos Toro, el que te mandó el video, ¿me entiendes?
V. D.: Él no me lo dio y no puedo revelar mi fuente. Pero hay una denuncia por un supuesto secuestro en su contra.
E. C.: Sí, claro que sí. Y la Fiscalía me llamó y les conté la versión. Y me dijeron: “No, Epita, es que te quieren sacar plata, vete para tu casa, sigue vendiendo queratinas que eres un ejemplo de superación”. Yo les dije: “Muchísimas gracias”. Al que obra bien, le va bien. Tú me hiciste una entrevista hace seis años.
V. D.: Sí, me acuerdo.
E. C.: ¿Hoy en día cómo me ves?
V. D.: Muy bien.
E. C.: Gracias a Dios. Soy una mujer profesional, una mujer bonita, con mucha personalidad, una mujer muy berraca. ¿Ves?
V. D.: Pero antes también era bonita.
E. C.: Sí, pero ahora soy más bonita.
V. D.: ¿Se hizo algo?
E. C.: Cuatro cirugías.
V. D.: ¿Cuáles?
E. C.: La nariz.
V. D.: Se la perfiló.
E. C.: Sí. La nariz, la mentoplastia, los senos y el abdomen.
V. D.: ¿Y se siente mejor así?
E. C.: Me siento más linda.
V. D.: ¿Y se va a hacer algo más?
E. C.: Nada más. Así está bien.
V. D.: Porque la gente empieza a hacerse cirugías y luego se quiere hacer más cosas.
E. C.: Después termina uno como Yina.
V. D.: ¿Por qué tiene esa pelea con Yina?
E. C.: No, mentiras, Yina me cae muy bien. Ella me tira, yo le tiro, pero por joder. Tú le preguntas y dice: “Ay, Epita está loca”. Yo digo: “Yina también está loca”. Pero es un ser humano maravilloso. Uno no es quién para juzgar a nadie. Cada persona lleva la vida como quiera. Me parece una mujer muy berraca. Ella verá si toma o consume, ella verá, es la vida de ella y no soy quién para opinar.
V. D.: ¿Usted dejó atrás ese pasado de drogas?
E. C.: Sí, le dije a Dios que no quería consumir más drogas y que no quería estar en discotecas ni nada de eso. Dios me ayudó a salir de todo eso.
V. D.: Todo lo que hay alrededor suyo se vuelve noticia. Por ejemplo, su separación con su anterior pareja. ¿Qué fue lo que pasó ahí?
E. C.: Terminamos hace dos años. Se acabó el amor.
V.D. ¿De su parte o de parte de ella?
E. C.: De parte mía o de parte de las dos, aunque no puedo hablar por ella. Caímos en la monotonía. Ella estaba cumpliendo su sueño de ser futbolista.
V. D.: La monotonía, como la canción de Shakira.
E. C.: Ella estaba cumpliendo su sueño de ser futbolista y yo mi sueño de ser empresaria, teníamos rumbos totalmente distintos. Ella decidió seguir en su rumbo y yo en el mío, pero agradecida con ella.
V. D.: Usted ha contado en sus redes que hubo una separación legal.
E. C.: Sí, claro.
V. D.: ¿Qué pasó ahí?
E. C.: Ella me demandó. Los abogados me dijeron que cumpliera con lo que tenía que darle y accedí a eso; claro, por agradecimiento, por lo vivido, por lo compartido.
V. D.: ¿Cuántos años vivieron juntas?
E. C.: Seis años.
V. D.: ¿Qué tuvo que darle a su ex en la separación?
E. C.: 800 millones de pesos en efectivo, una propiedad, otra propiedad, un carro y dos motos. A mí me parece superbién porque hay personas que duran cinco o diez años y las dejan con dos chinos y no les toca nada. Ni siquiera la cuota de la mensualidad de los hijos.
V. D.: En ese momento usted decía que quería ser mamá, pero se separó. Ahora tiene una nueva pareja y otra vez ha dicho que quiere tener hijos.
E. C.: Siempre he querido ser mamá, solo que con ella no se pudo. Ahora estoy de nuevo enamorada, estoy muy feliz. Es una persona que me apoya, que está conmigo. La respeto, la admiro y quiero durar muchos años con ella.
V. D.: ¿Cómo van a buscar el hijo?
E. C.: Muchas personas preguntan: ¿cómo puede quedar embarazada una lesbiana? ¿Tiene que penetrarla un hombre? No es necesario. Tú buscas un banco de donantes, como estadounidense o caucasio, lo compras. La pareja tuya se aplica una inyección, sacamos los óvulos, el esperma, en el laboratorio hacen algo…
V. D.: Es como ‘in vitro’.
E. C.: Sí, y luego para adentro y ya. Es un proceso bien bonito
V. D.: ¿Y ya empezó?
E. C.: Sí, llevo cinco meses en este proceso y muy pronto quiero ser mamá.
V. D.: ¿La embarazada va a ser usted o su pareja?
E. C.: Voy a ser yo.
V. D.: ¿Y si ya está embarazada?
E. C.: ¿En este momento?
V. D.: Sí.
E. C.: No, es un proceso.
V. D.: ¿En qué parte del proceso va?
E. C.: En el que a Caro le están cogiendo los óvulos con las inyecciones y luego los sacamos, y luego se va al laboratorio.
V. D.: ¿Pero se lo van a implantar a usted?
E. C.: Sí, claro.
V. D.: ¿Qué expectativa tiene con ser mamá?
E. C.: Va a ser una de las mejores etapas de mi vida. Siempre había querido ser mamá. Pero quise primero tener un techo y mis cosas materiales para brindarle una buena vida.
V. D.: ¿Quiere niño o niña?
E. C.: Una niña mona, con los ojos de Caro.
V.D. ¿Se acuerda del día en que se reunió con el expresidente Álvaro Uribe?
E. C.: Sí.
V. D.: Después la vi llorando, ¿por qué?
E. C.: Siempre lloro porque soy muy sentimental.
V. D.: ¿Estaba llorando porque le cascaron después de la reunión con Uribe?
E. C.: Uy, claro, amiga, me dieron durísimo. Bajé como 300.000 seguidores. Estaba en ese momento como en 3.200.000 seguidores y bajé a 2.900.000. No me gustó. Igual necesitaba esa reunión porque muchas entidades me estaban aporreando. Él fue el que me buscó.
V. D.: ¿La ayudó?
E. C.: No me ayudó. Nos tomamos la fotico y ya dijeron: “Ahí está con el papá de los pollitos”. Ah, mentiras. Nos ve Petrico y nos ataca. No, mentiras, Petrico; la buena, mi papá; el cambio. Uribe me dijo que yo era una mujer muy emprendedora, muy berraca, que me admiraba un montonsísimo y listo. Es que a mí me mantenían cerrando las peluquerías e investigándome. Venía de una persecución por haber dañado TransMilenio. Merecía una segunda oportunidad. Entonces él dijo: “Están molestando mucho a esa muchacha”. Entonces me reuní con él, y mira, todo muy tranquilo.
V. D.: ¿La dejaron de molestar?
E. C.: Me dejaron de molestar.
V. D.: O sea, ¿sí le ayudó?
E. C.: Pues con la foto, con el video y “venga nos comemos esta empanadita, mi hermano”.
V. D.: O sea, ¿solo bastó esa foto para que la dejaran en paz?
E. C.: Solo bastó esa foto. Él no habló por mí ni intercedió, no.
V. D.: ¿Por qué cree que le cascaron tan duro en ese momento?
E. C.: Porque han hablado muy mal de Uribe y no sé por qué. Es un señor muy respetuoso, es un buen señor.
V. D.: Ahí es donde le digo que la vi llorando y pidiendo perdón por reunirse con Uribe.
E. C.: Sí, amiga, es que me dieron superdurísimo.
V. D.: ¿Qué le decían?
E. C.: Me decían “se me cayó un ídolo”. En todo caso, Uribe es una persona sencilla, muy humilde.
V. D.: O sea que, al final, usted le terminó agradeciendo a Uribe.
E. C.: Sí, claro. Pero estoy agradecida con Petro ahora. Él me cae muy bien.
V. D.: ¿Votó por él?
E. C.: No alcancé a votar, amiga, pero hay que darle la oportunidad a ver qué hace este año. Queremos un cambio. El cambio lo vamos a ver con Petro.
V. D.: ¿Qué piensa de todo lo que está pasando con la ‘paz total’?
E. C.: Es que yo casi no me meto en eso, amiga.
V. D.: ¿Quedó curada?
E. C.: Quedé curadita, cuidado.
V. D.: ¿Pero es petrista?
E. C.: Ni petrista ni uribista.
V. D.: Es como Fajardo.
E. C.: No. Ni a la derecha, ni a la izquierda, ni nada.
V. D.: ¿En el espectro político dónde se ubica?
E. C.: ¿Cómo así?
V. D.: O sea, si no es de derecha o de izquierda, ¿es de centro?
E. C.: Yo no tengo nada de política, amiga.
V. D.: ¿O le da miedo meterse en ese tema?
E. C.: No, a mí no me da miedo, sino que respeto. ¿Qué tal yo venir aquí a decir que Petro es lo peor? Uno tiene que respetar. Esperemos a ver qué hace.
V. D.: ¿Pero lo que ha hecho le ha gustado?
E. C.: Hasta el momento, sí.
V. D.: ¿La reforma laboral la ha visto?
E. C.: No, no la quiero ver… ¡Ay! Vicky, ya.
V. D.: Se lo pregunto porque usted tiene una empresa.
E. C.: Sí, claro, tengo una empresa.
V. D.: ¿Y tiene a todos sus empleados formalizados?
E. C.: Sí, claro.
V. D.: ¿Todos son formales?
E. C.: Todo está legal, Vicky. A mí me gustaría que fueras a mi empresa y dijeras: esta mujer es muy berraca. Todo está muy legal, no he tenido demandas laborales ni nada de eso porque soy buena jefe. Soy una mujer muy correcta.
V. D.: Tiene una cadena con un dije inmenso en el pecho. ¿Qué dice?
E. C.: Keratina.
V. D.: Muestre lo veo. ¿Es de oro?
E. C.: Sí, es de oro.
V. D.: ¿Y esos brillantes qué son?
E. C.: No sé, como diamantes.
V. D.: ¿Diamantes?
E. C.: Sí, muy lindos.
V. D.: ¿Se da gustos?
E. C.: Me doy gustos como vestir bien, comer bien…
V. D.: ¿Le gustan los carros?
E. C.: Sí, me encantan.
V. D.: ¿Qué carros tiene?
E. C.: Un Mercedes, una Land Rover y otra convertible.
V. D.: ¿Y puede salir de Bogotá en el convertible?
E. C.: Sí, claro, pero justo cuando salimos de Bogotá.
V. D.: ¿Qué pasó con los escoltas?
E. C.: Sí, por ahí tengo un muchacho que me cuida. Siempre he tenido uno o dos.
V. D.: ¿Cómo fue ese cambio de tener que andar escoltada por seguridad?
E. C.: Tú sabes que cuando uno sale adelante, a las personas les da envidia. Entonces uno se tiene que cuidar. He sido muy prudente.
V. D.: ¿Qué pasó con la investigación por el episodio en el que su papá resultó herido?
E. C.: Todavía no ha pasado nada. No han dicho qué pasó.
V. D.: ¿Y ustedes saben qué pasó?
E. C.: Pues estaba comprando una casa y el señor dijo que tenía que ser en efectivo. Le dije a mi papá que no, y mi papá se llevó una plata de más, como unos 20 millones de pesos. La idea del ataque a mi papá era que se produjera antes de llegar a la Notaría. Mi papá, no sé, se pinchó y se tuvo que desviar de camino y no alcanzaron a quitarle la maleta. Yo fui y firmé y mi papá me dijo “Váyase”. Cuando iba por el camino, en la rotonda por la Boyacá, le dijeron a mi mamá que el bolso, que el bolso y nada… mi mamá entregó el bolso y eso. Entonces iban a matar al escolta, él reaccionó y le pegó un tiro al pie y el otro se murió. Pero eran del barrio donde yo vivía antes. Eran como una familia de ahí.
V. D.: O sea, ¿fue un atraco?
E. C.: Sí. A mi papá le alcanzaron a pegar un tiro en la mano. Gracias a Dios no le pasó nada grave. Él es mi vida, tú sabes, la Gerardo es mi vida.
V. D.: ¿Por qué le dice la Gerardo?
E. C.: Porque ella es chistosita, no es porque sea gay, sino porque mi papá es chistoso, es lindo, es querido y gordito. Mi papá me crio desde muy pequeña, mi mamá también, pero mi papá era el que me daba absolutamente todo, me dejaba hacer de todo.
V. D.: ¿Por qué decidió tatuarse?
E. C.: Es que acá tenía uno, entonces me lo quería borrar porque no se veía bonito, entonces me hice este (muestra el brazo).
V. D.: ¿Ha pensado en irse de Colombia?
E. C.: No, amiga, a mí me encanta vivir acá. Me siento muy feliz.
V. D.: ¿Qué pasó con los vecinos de El Salitre, los del ‘penthouse’, donde usted vive?
E. C.: Es que yo hacía bulla con la consola y entonces ellos me atacaban. Ponía las canciones y empezaba a mezclar, me decían que le bajara y no le podía bajar porque necesito la música alta para mezclar y a cada ratico me llamaban. La multa es de 800.000 pesos.
V. D.: ¿Cuántas multas le alcanzaron a poner?
E. C.: No, no me han puesto multas. Ellos pensaban que iba a ser una vieja bien cansona y bien arrebatada, pero ahora dicen “ve, la Epa es bien tranquilita, una mujer bien sencillita”. Me he portado bien, Vicky, es que soy bien.
V. D.: ¿Siguió practicando?
E. C.: No, no volví a practicar.
V. D.: Para que no la detesten en la unidad.
E. C.: Después me llevan en la mala y no, no quiero tener enemigos.
V. D.: ¿Tiene muchas propiedades?
E. C.: No, como dos o tres.
V. D.: ¿Qué tiene proyectado en el futuro?
E. C.: Expandirme con mis queratinas, que este producto sea legal, conseguir el manual de prácticas para legalizarme bien en otros países y ser la reina internacional de las queratinas para vender mucho. Hasta ahora, estamos con los abogados en el proceso de registrarnos en cada país.
V. D.: ¿En cuáles?
E. C.: Empezamos con Chile, Panamá, Ecuador… Hace poquito ya me aprobaron aquí en Colombia, que es un proceso como de un año.
V. D.: ¿Y en los otros países ya le dieron los permisos?
E. C.: Sí, me han aprobado. El abogado me dice que Panamá está abriendo el mercado de recepción. En Latinoamérica estamos avanzando.
V. D.: ¿Va a empezar a viajar entonces por toda América Latina?
E. C.: Sí, que Dios me permita.
V. D.: ¿Tiene visa a Estados Unidos?
E. C.: No.
V. D.: ¿Y la va a pedir?
E. C.: Sí, pero sucede que mi cita está para 2024 o 2025, entonces hay que esperar.
V. D.: ¿Y quiere abrir mercado en Estados Unidos?
E. C.: Sí, claro, sería genial.
V. D.: Hábleme de Francia Márquez, a quien mencionó hace un rato. ¿Le gusta?
E. C.: Sí.
V. D.: ¿Por qué?
E. C.: Me parece una mujer muy humilde, muy sencilla, me parece que la ha atacado la élite colombiana. No, mentiras (risas). Me parece que la han atacado mucho porque viene de abajo. Y es verdad. ¿A las personas que vienen de abajo por qué las atacan tanto? Como a mí, que vengo de abajo. Si ella es vicepresidenta, ¿por qué no puede utilizar las cosas del Estado para transportarse? Duque llevó a todos sus hijos a Panaca, no sé, ¿entonces por qué ella no se va a poder transportar, me entiende?
Claro que lo puede hacer. Solo que estamos en un país donde somos racistas, donde no aceptan que se superó y que es una mujer inteligente.
V. D.: ¿Siente que en Colombia hay racismo?
E. C.: Sí, claro, hay muchísimo racismo.
V.D: ¿Por qué lo dice?
E. C.: No sé, porque la gente es racista.
V. D.: ¿A Francia Márquez la atacan por su color de piel?
E. C.: Sí hay racismo, amiga.
V. D.: Con Francia Márquez ha sido muy doloroso y nos contaba en entrevista con SEMANA que a veces llora cuando vuelve a su casa por esos episodios de racismo.
E. C.: Claro, sí, pero Dios le permitió estar allí con un propósito. O sea, superbién.
V. D.: ¿Qué ha piensa usted del aborto?
E. C.: No, amiga, pues que eso no está bien.
V. D.: ¿No está de acuerdo?
E. C.: Pues respeto a las personas que dicen que se legalizó. Pero no estoy de acuerdo. Respeto también a quienes dicen “si no tienen una vida digna para ofrecerle a su bebé es mejor abortar”, pero siento que no. Para eso uno debe cuidarse, ¿no? Pero pues estoy en contra del aborto.
V. D.: ¿Qué les dice a las mujeres que están pensando en abortar?
E. C.: Que no aborten. Están los medios cuando uno busca de Dios, porque Dios nunca desampara. Es una vida que uno puede traer a la vida de uno, ¿me entiende? Esa persona puede ser una bendición más adelante. Que no aborten, amigas, no aborte, amiga, di no al aborto (risas)... Yo no abortaría, Vicky, ¿por qué negarle la vida a un ser humano?
V. D.: ¿Sentiría que está matando a un bebé?
E. C.: Sí, yo siento que sí.
V. D.: Usted es lesbiana. ¿Cómo está viendo lo que está pasando en Colombia con la comunidad LGBTI?
E. C.: Pues está muy discriminada, muy atacada, soy de ellos, los defiendo un montonsísimo. Creo que Dios es amor y quien nos puede juzgar es Dios, no el ser humano, ¿me entiende? No el hombre.
V. D.: ¿Usted se ha sentido atacada por ser lesbiana? ¿Por haberlo dicho públicamente?
E. C.: No, al contrario, me he sentido apoyada por las personas que han estado a mi alrededor.
V. D.: ¿Nunca la han discriminado por eso?
E. C.: No, nunca me he sentido discriminada.
V. D.: ¿Le coquetean mucho?
E. C.: No.
V. D.: Diga la verdad.
E. C.: No, a mí casi no me molestan porque soy seria. No ando jodiendo con una y con otra. Soy muy respetuosa con la pareja que estoy.
V. D.: ¿Qué le gusta hacer los fines de semana?
E. C.: Dormir, viajar en el carro, dar vueltas, me encanta ayudar. Por cierto, hice un proyecto bien lindo en la cárcel para que, cuando salieran, las mujeres se certificaran en una academia. Les iba a dar una clase de cómo aprender a aplicar keratina, creando segundas oportunidades. A una le monté peluquería, otra está trabajando conmigo y a otra le di el supercombo. Estoy haciendo algo bien bonito para decirle: “Amiga, emprende, sal adelante, tú también lo vas a lograr, tú puedes montar tu propia peluquería y trabajar allá afuera”. Empecé en El Buen Pastor y de 1.790 internas, voy con 380 en dos meses. Voy bien, amiga, esas mujeres se sienten felices.
V. D.: ¿Qué hay que hacer para sacar adelante un negocio? Lo más difícil es ser exitoso.
E. C.: Constancia todos los días. Hay días en que no vendo, pero uno tiene que ser constante, empujar su negocio, mirar qué estrategia de marketing crea, cómo expandirse para crecer. Hay personas que no venden una semana y entonces dicen “ya no sigo con esto”. En cambio, yo digo “Dios, ayúdame”. Miro qué regalo y cómo hago para darme a conocer.
V. D.: Ahora tiene amigas y amigos de la farándula y el ‘jet set’.
E. C.: ¿Qué es eso?
V. D.: Pues que ahora la veo relacionada con artistas, actrices y famosos…
E. C.: Ah, de pronto un videíto, pero ya una amistad como tal no. Solo el saludito porque estamos en el mundo de entretenimiento
V. D.: ¿Pero Andrea Valdiri no andaba con usted?
E. C.: Sí, por un tiempo fuimos amigas. Ya no. Pero la respeto y la admiro.
V. D.: Por ahí también la vi también con Lina Tejeiro.
E. C.: Sí, pues nos saludamos y ya. Pero que digamos que ella va a mi casa o yo a la de ella, y andar todos los días, no.
V. D.: ¿Cuál es su sueño ahora?
E. C.: Ver cumplir los sueños de otras personas, ya cumplí mis sueños, gracias a Dios. Quiero poder cumplir el sueño de las personas que están a mi alrededor, de las que trabajan conmigo. Ver cómo se superan, consiguen su apartamento, su carrito.
V. D.: ¿Y qué ha pasado con los papás?
E. C.: Mi papá está muy bien; mi mamá, agradecida porque les pude dar un techo. Tú sabes que es el sueño de todo el mundo que el papá y la mamá tengan donde vivir. Los amo muchísimo, porque ellos siguen juntos, mi papá es muy respetuoso, mi mamá también.
V. D.: ¿Atrás quedaron esos videos locos que usted hacía?
E. C.: Sí, ya ahorita vivo es del emprendimiento y hago otra clase de videos ayudando.
V. D.: ¿Eso de subirse a los buses y hacer un mundo de locuras, eso ya no?
E. C.: No. Eso ya se quemó, era antes.
V. D.: La veo superelegante.
E. C.: Sí.
V. D.: Le cambiaron el clóset.
E. C.: Sí, me he ido puliendo.
V. D.: Maquillaje y todo.
E. C.: Sí, bien bonita.
V. D.: ¿Se maquilla o la maquillan?
E. C.: A veces me maquillo y a veces me maquillan.
V. D.: ¿Qué pasó con la Esú?
E. C.: Nada, no sé, ella no me volvió a hablar ni tampoco le volví a escribir. Realmente no sé porque me dejó hablar, porque era muy buena amiga, ella también, pero no sé, me dejó de hablar.
V. D.: ¿Se pone triste cuando habla de esas personas que han sido sus amigas y que ya no lo son?
E. C.: No. Cada persona, en su vida, cumple su ciclo y ya.
V. D.: ¿Cocina?
E. C.: Sí, cocino.
V. D.: ¿Le gusta el traguito?
E. C.: No, ya no tomo. Por ahí me tomo unas tres cervecitas. Hasta ahí. Me acuesto a dormir. Enloquecerme o prender equipo y todo eso, no.
V. D.: O sea, se volvió sana.
E. C.: Sí, tampoco santa. Pero sí he cambiado muchas cosas de mi vida y quiero cambiar, ser mejor persona, ser un testimonio de vida que diga “Epa cambió, yo también puedo cambiar, Epa se superó, yo también me quiero superar”. Ya eso se acabó, son etapas que quemé en mi vida y no quiero volver a repetir
V. D.: ¿Quiere casarse?
E. C.: Sí, puede que este año o el otro me case.
V. D.: ¿Y cómo se imagina ese día?
E. C.: Pues algo bonito.
V. D.: ¿Vestida de novia?
E. C.: Sí, claro, vestida de blanco, bella, radiante.
V. D.: ¿Qué le quiere decir a la gente?
E. C.: Que muchas gracias por seguirme. Tengo una promoción increíble la próxima semana. Voy a sacar una queratina de 35.000 pesos.
Muchas gracias, Vicky, por invitarme a tu programa. Te admiro un montonsísimo. Eres la mejor.
V. D.: (Risas) Epa, gracias por acompañarnos, vamos a ver si uso su queratina…
E. C.: El bótox para hidratar el pelo, queratina no porque tienes decoloración.
V. D.: Después le cuento. Si sale mal, también le digo…