Ernesto Samper dice que la OEA no tiene ninguna autoridad moral para opinar sobre elecciones en Venezuela y le recuerdan el Proceso 8000

El expresidente Ernesto Samper jugó un papel protagónico en las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela porque fue invitado por el régimen de Nicolás Maduro como veedor internacional. Aun así, el exmandatario de Colombia pidió esta semana al Consejo Nacional Electoral revelar las actas de los escrutinios y bañar de transparencia al proceso democrático ante los ojos del mundo.

Este miércoles, la Organización de Estados Americanos (OEA) arrinconó a Nicolás Maduro, le dijo que no se podían reconocer los “dudosos” resultados electorales y pidió mostrar las actas de las elecciones.

“Sin otorgar el detalle de las mesas procesadas, sin publicar las actas y brindando únicamente los porcentajes agregados de votación que habrían recibido las principales fuerzas políticas. El CNE falsamente calificó estos datos como ‘irreversibles’. Las cifras publicadas en el canal oficial revelaron, además, errores aritméticos”, resaltó la organización en un comunicado.

Ernesto Samper estalló en cólera contra la OEA por su comunicado de prensa.

“La OEA y su secretario, Luis Almagro, no tienen ninguna autoridad moral para opinar sobre el proceso electoral en Venezuela después de haber patrocinado la fallida invasión del país, desde la frontera con Colombia y promovida por el expresidente Iván Duque, en febrero de 2019, y el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia en diciembre del mismo año”, opinó Samper.

A juicio del expresidente, la crisis en Venezuela la pueden y deben resolver los mismos venezolanos acordando publicar todas las actas electorales por parte del CNE.

Además, “coincidir en un ganador de las pasadas elecciones, investigar los ataques telemáticos al sistema electoral e iniciar un gobierno nacional con participación de todas las fuerzas políticas y sociales que se ocupen de la reactivación económica, la eliminación de todas las sanciones internacionales, el reequilibrio de poderes, el retorno de los migrantes y la aplicación de formas de justicia transicional para conseguir la paz política entre amigos y enemigos”, añadió.

Lo paradójico es que, además de la OEA, el Centro Carter, que estuvo presente en los comicios del 28 de julio, destacó que “las elecciones presidenciales en Venezuela no pueden considerarse democráticas”. Además, confirmó que hubo “una grave violación de los principios electorales”.

El grupo, con sede en Atlanta, Estados Unidos, manifestó en un comunicado que la elección “no cumplió con los estándares internacionales de integridad electoral y no puede considerarse democrática”.

“El Centro Carter no puede verificar ni corroborar los resultados de las elecciones declaradas por el Consejo Nacional Electoral”, expresó la organización en su comunicado de poco más de una página. “El hecho de que la autoridad electoral no anuncie resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales”, aseguró.

La institución, que salió de Venezuela esta semana, desplegó 17 expertos y observadores en Venezuela a partir del 29 de junio con equipos especializados en cuatro ciudades.

A Samper varios críticos le han salido al paso en las redes sociales y le han recordado que él tampoco es el político colombiano más idóneo para hablar de transparencia electoral. Al fin y al cabo, su presidencia estuvo enlodada por el escándalo del Proceso 8.000 y el supuesto ingreso de dineros del narcotráfico a la contienda.

Como si fuera poco, le preguntan a Samper si además de la OEA no conoció el comunicado de prensa del Centro Carter.