Política
“Es una bajeza; eso no lo hace un hombre decente ni un presidente”: Carlos Alonso Lucio le respondió a Petro porque revivió una supuesta relación con Ingrid Betancourt para defenderse
Ingrid Betancourt entregó detalles desconocidos de cómo encontró a Gustavo Petro en un cuadro, al parecer, depresivo en Bélgica, y el presidente quiso sacarse el clavo.
El presidente Gustavo Petro desempolvó una supuesta relación entre Íngrid Betancourt y Carlos Alonso Lucio para defenderse de la exsecuestrada de las Farc, que le detalló a SEMANA un episodio amargo del jefe de Estado, cuando lo encontró sumido en una crisis en Bruselas, Bélgica, cuando era secretario diplomático en Europa.
El primer mandatario dijo que a él no le gustaba la presencia de Íngrid y Lucio y contó que, en una oportunidad, ellos le habían dañado una cama.
Carlos Alonso, quien hizo parte del M-19, el mismo grupo al que perteneció Gustavo Petro, habló con SEMANA y le respondió fuertemente al jefe de Estado: “Es una bajeza, una respuesta machista. Uno no le responde a una mujer, a una señora, a una dama de esa manera. Es una cosa machista e impresentable. Ingrid Betancourt es una mujer respetable, eso es tremendamente irrespetuoso, machista y bajo. Eso no lo hace un hombre decente ni mucho menos un presidente de la República decente”.
Carlos Alonso Lucio no había querido opinar del tema porque él es respetuoso con los temas personales. Y mucho más si se trata del presidente. Pero, en esta oportunidad, comprendió que se trata de un tema de interés nacional y le dijo a esta revista que todo lo que narró Ingrid Betancourt en su entrevista este fin de semana “es cierto”.
“Sí, lo que cuenta Ingrid Betancourt del episodio es real; yo también vi a Petro, estaba allí, lo que ella cuenta es cierto”, respondió él.
Y dijo: “Uno lo único que hace cuando está al frente de una situación de estas es observar un comportamiento. Uno dice, en pleno día, una persona que tiene que ir a trabajar y que no está laborando, que está acostado, tirado en el suelo, en la sala de su apartamento en Bruselas, y uno no sabe por qué, simplemente uno dice, esto no es normal. Y de ahí, uno puede especular: ¿qué le pasó? ¿Estaba depresivo? ¿Tomó mucho licor la noche anterior? El problema es que esto es repetitivo. Ahí es cuando los colombianos tienen derecho a las explicaciones. El Congreso es quien, en primera línea, debe pedir las explicaciones. A final de cuentas, cualquier ciudadano tiene la posibilidad de tutelar este tipo de conductas”.
Según ella, “Gustavo Petro no podía actuar con uno, él, simplemente, estaba ido, estirado en el suelo. Yo hablé con su entonces esposa, Mary Luz Herrán, vi a sus niños pequeños, eran muy chiquititos, debían tener tres añitos, ellos corrían por toda la casa porque era una visita privada. Me imagino que para los pequeños era normal, porque saltaban encima del hoy presidente, daban vueltas. La esposa, apenada, diciendo: ‘Bueno, qué pena con ustedes, los estábamos esperando, pero no ha reaccionado. Vuelvan más tarde’. Y eso fue así. Yo, por eso, creo que el país debe tomar consciencia. Este no es un comportamiento excepcional (...). Para mí fue sorprendente, más no incómodo, porque no conocía a Petro; lo iba a conocer y lo encontré en ese estado”.