POLÍTICA
Escándalo: funcionarios de la ministra Gloria Inés Ramírez denuncian que ella tiene a supuesta nuera trabajando en el Ministerio. Esta es la historia
SEMANA conoció imágenes que relacionan amorosamente a Diego Alejandro Restrepo Ramírez con Luisa Robayo, una asesora de su madre, Gloria Inés Ramírez. Una denuncia en la Procuraduría alertó sobre el poder del hijo de la ministra del Trabajo.
En el Ministerio del Trabajo hay preocupación de funcionarios y directivos por el poder de Diego Alejandro Restrepo Ramírez, hijo de la ministra Gloria Inés Ramírez. Sindicatos y altos funcionarios aseguran que tendría varias fichas en la cartera dirigida por su madre, entre ellas a su pareja sentimental.
Restrepo Ramírez es abogado de la Universidad Libre de Pereira, con especialización en Derecho Constitucional y Parlamentario, y maestría en Derecho Público. Según la hoja de vida, gran parte de su experiencia laboral ha sido en entidades públicas. Trabajó en la Alcaldía de Bogotá, el Congreso de la República, el Gobierno nacional y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), incluso antes del gobierno del presidente Gustavo Petro.
Sin embargo, los mejores cargos los ha obtenido mientras su madre es ministra del Trabajo. En abril de 2023, el abogado fue nombrado jefe de la Oficina Asesora Jurídica de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec), en que ejerció hasta febrero de 2024. Ahora está vinculado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en el mismo cargo, en el que fue nombrado a través de la Resolución 0512 de 2024, con un sueldo de más de 10 millones de pesos mensuales.
Sin embargo, todo apunta a que no solo él se habría beneficiado laboralmente en el Gobierno Petro.
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SEMANA conoció una foto de Restrepo Ramírez junto a Luisa Fernanda Robayo Ortiz, asesora del despacho de la ministra. Se les ve caminando por un centro comercial mientras la funcionaria del Ministerio del Trabajo lo toma del brazo.
Tres altos funcionarios de la cartera contactaron a SEMANA y confirmaron que ambos sostendrían una relación amorosa que es motivo de preocupación por el conflicto de interés, y para muchos es evidente. Al tiempo, varios sindicatos consultados por este medio afirmaron que se les vincula sentimentalmente, pero no es la única persona contratada con la que Restrepo tendría cercanía.
Las fotos fueron tomadas en la última semana del mes de julio, en un centro comercial en el occidente de la capital del país.
Robayo Ortiz, joven líder de la Unión Patriótica, trabajó varios años en el Tolima como contratista en la Alcaldía y en el Concejo de Ibagué. Hizo campaña por el presidente Gustavo Petro y apoyó a la representante tolimense Martha Alfonso en su candidatura a la Cámara de Representantes.
Luego, Robayo saltó a trabajar para el congresista David Racero, del Pacto Histórico, durante su presidencia en la Cámara de Representantes. Por poco más de cuatro meses recibió 20 millones de pesos, que equivalen a cerca de cinco millones de pesos mensuales.
En la presidencia de la Cámara se le renovó el contrato, esta vez por 33 millones de pesos con una duración de cinco meses.
Apenas este último terminó, el 17 de julio de 2023 firmó un contrato con el Ministerio del Trabajo por cerca de 30 millones de pesos con el fin de que por cinco meses prestara servicios profesionales al despacho de la ministra Gloria Inés Ramírez. “Para desarrollar actividades relacionadas con el trámite y monitoreo legislativo de iniciativas presentadas al Congreso de la República por el Ministerio del Trabajo”, se lee en el objeto del contrato, que implicaba un sueldo mensual cercano a los seis millones de pesos.
Pero Robayo comenzó a ganar mejor desde febrero de 2024, cuando suscribió un contrato por diez meses para “prestar servicios profesionales brindando acompañamiento al desarrollo de actividades tendientes a mejorar los procesos de archivo sindical en el marco de la modernización de la inspección, vigilancia y control del trabajo y la seguridad social”. Esta vez recibe 63.250.000 pesos, que equivalen a un sueldo mensual de aproximadamente 6,3 millones de pesos.
En abril de 2024 firmó otro, pero esta vez con el Ministerio de Ciencia, entidad en la que trabaja el hijo de la ministra Gloria Inés Ramírez como jefe jurídico. Simultáneamente, logró un contrato por 66 millones de pesos, con una duración de seis meses y un sueldo mensual de 11 millones de pesos. Robayo fue a trabajar al despacho de la ministra Yesenia Olaya Requene “en la gestión de los asuntos de carácter legislativo, control político y rama ejecutiva que sean competencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación”.
En un territorio en el que nunca ha trabajado, y extrañamente por su necesidad de estar en Bogotá para cumplir con sus obligaciones en los ministerios del Trabajo y Ciencia, la joven politóloga de la Universidad del Tolima suscribió un contrato con la Alcaldía de Albania, La Guajira: “Servicios profesionales de apoyo a la Secretaría de Planeación en los trámites técnicos relacionados con la formulación del Plan de Desarrollo (2024-2027) del municipio de Albania, La Guajira”. El contrato, firmado el 17 de mayo de 2024 y finalizado el pasado 17 de junio, fue por 40 millones de pesos.
Adicionalmente, se conoce de una denuncia ante la Procuraduría General de la Nación, que viene circulando dentro del Ministerio del Trabajo, la cual había advertido sobre el poder del hijo de la ministra, que no se limitaría a su supuesta ayuda a Robayo. De acuerdo con el documento, con fecha del 1 de marzo de 2024, la asesora Ángela María Orozco Cardona tendría una relación con el hijo de la ministra. “Mediante Resolución 3556 del 22 de septiembre de 2023 fue nombrada como asesora de despacho la señora Ángela María Orozco Cardona, quien a pesar de ser la compañera sentimental del hijo de la señora [Ramírez] Ríos, Diego Restrepo, no manifestó ningún conflicto de interés”, se lee en la queja.
SEMANA contactó a la funcionaria, quien al principio dijo que no comentaría al respecto y luego aseguró que no conoce a Restrepo Ramírez.
A pesar de esto, sindicatos y funcionarios saben que a Orozco le dicen “la nuera” en las instalaciones del Ministerio, como referencia a la supuesta relación que sostendrían.
SEMANA intentó comunicarse con Luisa Robayo, quien contestó una de las llamadas de este medio, pero, al escuchar el motivo de la consulta, colgó de forma inesperada.
Se le preguntó a través de WhatsApp, pero la funcionaria del Ministerio del Trabajo y del Ministerio de Ciencia no quiso pronunciarse sobre el tema.
Igualmente, se consultó a la ministra Gloria Inés Ramírez, así como a Álvaro Restrepo, hermano de Diego Alejandro, sobre la situación en la cartera, pero ninguno respondió a las llamadas telefónicas de SEMANA.
A través de su madre, hermano y el Ministerio de Ciencia, este medio intentó establecer contacto con Diego Restrepo Ramírez, pero no fue posible.
El ambiente en el Ministerio del Trabajo, en medio de protestas en los sindicatos y la guerra entre Gloria Inés Ramírez y Edwin Palma, viceministro de Relaciones Laborales e Inspección, empeora cada vez más bajo el liderazgo de una ministra sindicalista, que buscaba reivindicar los derechos de los trabajadores y garantizar transparencia en la contratación.
El rumor del poder del hijo de la ministra sigue preocupando a los trabajadores, que temen retaliaciones si se atreven a denunciar lo que ocurre.
*ACTUALIZACIÓN
A pesar de que el medio intentó en varias ocasiones establecer contacto con Robayo, más de 20 días después de la publicación, la funcionaria envió un derecho de petición en el que niega el vínculo con el hijo de la ministra.
“Aunque soy contratista del Ministerio del Trabajo, no sostengo una relación sentimental con ninguno de los miembros de la familia de la señora ministra, Gloria Inés Ramírez Ríos”, dijo.
Y agregó: “Mi experiencia profesional data de hace más de cinco años, en diferentes regiones y dependencias a nivel regional y nacional, tal como lo soporta tanto mi hoja de vida como las certificaciones que la complementan, la cual puede ser corroborada de acuerdo con la información que se soporta en Función Pública”.
De acuerdo con Robayo, las fotografías tomadas en un centro comercial se capturan “en el marco de un ataque político para desprestigiar las reformas del cambio”.