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A Sebastian y a Yesenia los secuestraron en México: estos son los aterradores chats en los que exigen 20.000 dólares para liberarlos
Dos colombianos que buscaban llegar ilegalmente a Estados Unidos fueron secuestrados en México. Sus familias están desesperadas.
Ciudad Juárez, en México, se ha convertido en un infierno para miles de migrantes que a diario buscan llegar a El Paso, Texas, para cumplir el sueño americano. Aunque no es un tema nuevo, extorsiones, secuestros, abusos y robos a quienes quieren cruzar la frontera vienen aumentando significativamente.
A ciencia cierta, no hay cifras exactas de casos que les ocurren a colombianos porque no todos denuncian ni sus familiares informan a la Cancillería. Sin embargo, extraoficialmente, se conocen por lo menos 18 secuestros durante 2023 de connacionales en territorio mexicano. En esa zona fronteriza hay diferentes bandas dedicadas a actividades ilícitas que están relacionadas directamente con los migrantes. Se aprovechan de la angustia de quienes quieren llegar a Estados Unidos para robarlos, secuestrarlos e, incluso, venderlos a los carteles mexicanos si detectan que sus familiares tienen músculo financiero.
El caso más reciente, conocido por SEMANA, tiene como protagonistas a dos jóvenes que tomaron la decisión de irse del país para buscar oportunidades, hacer dinero, enviarle una parte a su familia mensualmente y cumplir el sueño de poder ahorrar. Se trata de Sebastián Gaviria y Yesenia Mendoza, dos amigos que decidieron aventurar.
A través de una empresa en Florencia, Caquetá, armaron el viaje que incluía el tiquete a Ciudad de México, dos días de descanso en Cancún y el traslado a Tijuana para pasar la frontera. Sin embargo, la policía de ese país no los dejó abordar el último vuelo y los llamados coyotes les dijeron que debían cruzar por Ciudad Juárez. Su llegada a ese país fue el 27 de octubre y el último contacto con sus familiares ocurrió el lunes 30.
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El coyote les dijo que todo estaba listo para irse a la frontera, pero a las 9:30 de la noche de ese lunes fueron secuestrados. Al parecer, los autores son bandas que operan en el estado de Chihuahua y fueron separados. Desde esa noche, Sebastián y Yesenia desconocen el paradero de cada uno. Por pruebas de supervivencia sus familiares saben que están vivos, pero para poder verlos libres están exigiendo millonarias sumas de dinero.
Las exigencias por Sebastián
SEMANA habló con Mireya Fierro, tía de Sebastián Gaviria. Su testimonio es desgarrador, pues desde el 4 de noviembre ha vivido una tortura diaria con mensajes, llamadas y videos de su sobrino en los que le apuntan a la cabeza para pedirle dinero. Cuenta que son una familia humilde, no le han hecho nada a nadie y Sebastián decidió irse porque la plata no le alcanza en Neiva, Huila. Fue elegida como contacto por los secuestradores porque en el teléfono de su sobrino había un cruce de mensajes con fotos del viaje y la estadía en Cancún. “Me contactaron por Messenger el 4 de noviembre. Después me escribieron por WhatsApp y me mandaron una foto de él. Ahí me contaron que estaba secuestrado y empezaron las exigencias. Siempre les dije que no tenía esa cantidad de dinero”, dijo Mireya.
Le pidieron 20.000 dólares para soltar a su sobrino, una cifra por la que tuvo que pedir ayuda para calcularla: eran más de 80 millones de pesos. Nunca ha visto ese dinero junto, suplicó a los secuestradores y dejaron el monto en 18. “Nosotros estamos reuniendo el dinero. Los vecinos nos han ayudado, hemos reunido 2.000 dólares y los enviamos”.
El secuestro es tan habitual en México que los delincuentes le dieron una cuenta para consignar. Mireya transfirió con la esperanza de que soltaran a Sebastián, pero no ocurrió. Dicha cuenta está a nombre de Claudia Meras y es de BanCoppel, una entidad mexicana. “Me enviaron un video de Sebastián, le estaban apuntando con una pistola en la cabeza. Pedí una prueba de supervivencia y me lo pasaron, me dijo que estaba bien, pero dijo que pagara para poder salir. Me contó que no sabía dónde estaba la amiga”, finaliza Mireya.
Le dijeron que hasta que no completara los 18.000 dólares no soltarían a Sebastián. Intentó hablar con la Policía en Colombia, pero no pudo hacer nada y pidió ayuda a la Cancillería.
Yuli Gaviria, hermana de Sebastián, viajó desde Neiva a Bogotá para buscar a la Cancillería, pero, según ella, no la atendieron personalmente. “Me dijeron que me atendían por una línea, esperé como tres horas y luego que debía llamar a otro número para contar el relato. Me dijeron que debía enviar la información por correo electrónico, me dieron un radicado y ahora debo adjuntar las pruebas y buscar el registro civil para demostrar que es mi hermano”.
Para conseguir el registro civil de Sebastián, tuvo que devolverse a Neiva y está haciendo las diligencias para adjuntarlo al correo que le dieron. Mientras hace ese trámite, se ha encargado de grabar videos para que su tía les envíe a los secuestradores y sepan que no son millonarios. Aunque dice que la Cancillería no le está ayudando, en el Ministerio de Relaciones Exteriores no hay registro de su visita presencial, pero le manifestaron a SEMANA que la contactarán para activar los canales que aplican en estos casos.
Las exigencias por Yesenia
El caso de Yesenia tiene un componente adicional: al parecer, quienes la secuestraron la vendieron a otra banda y, por eso, fue separada de Sebastián. Por lo menos, eso fue lo que le dijeron a su tía Rosmine Pinzón. “El 4 de noviembre, Yesenia me llamó llorando y me dijo que la habían vendido a otro grupo y me pidieron el número del papá o la mamá. Llamaron al papá, hicieron una videollamada y apareció ella con un fusil en la cabeza”.
Antes de ver esa imagen, recuerda que el 30 de octubre Yesenia estaba ilusionada porque ya iba para la frontera y estaba cerca de cumplir su sueño de trabajar, conseguir dinero, ayudar a su familia y comprar un apartamento. “Al día siguiente le escribí y no tenía señal, pero el 2 de noviembre me escribieron desde el celular de Sebastián. Ahí me dijeron que fueron secuestrados con otros migrantes porque no tenían la clave para pasar la frontera y que debía negociar con ellos directamente”.
Desde ese día empezaron a llegar audios de Yesenia en los que decía que estaba bien; minutos después hicieron la exigencia de 15.000 dólares a cambio de su libertad. “En todos estos días hemos seguido igual y ya nos dicen que están aburridos de tenerla, pero les he dicho que no tenemos plata para enviarles esa suma. Yo vivo de la venta de envueltos, pero ellos dicen que no les importa. Desde el 6 de noviembre no se comunican”.
A diferencia del caso de Sebastián, estos secuestradores no les han dicho cómo enviar el dinero y únicamente preguntan si ya lo reunieron. Como Yesenia tiene un amigo en Estados Unidos que la esperaba para guiarla, también lo han llamado para exigirle dinero.
Estos dos jóvenes salieron juntos de Colombia para buscar un mejor futuro en Estados Unidos y ahora están separados por cuenta de las bandas delincuenciales de México. En la Embajada de Colombia en ese país nadie da razón, no saben nada. En el consulado no respondieron los mensajes de SEMANA para consultar por este caso.
El desespero de las familias es tan grande que han pensado en reunir dinero para viajar a México, pero saben que es otra suma importante con la que no cuentan. Por ahora, se aferran a Dios para pedirle que Sebastián y Yesenia estén bien. Pero como el asunto no es solo celestial, esperan que la Cancillería, por lo menos, les ayude a denunciar el caso ante las autoridades mexicanas y se haga algo para ubicar a sus familiares.