Esta fue la tormenta que generó la salida de Armando Benedetti y Laura Sarabia del Gobierno, ¿qué viene ahora?

El Gobierno del presidente Gustavo Petro vive momentos de profunda incertidumbre tras el escándalo que ocasionó toda la novela política que llegó a tocar las fibras de las más altas esferas de la Casa de Nariño. Se trata de dos de las personas más cercanas políticamente al mandatario desde la pasada campaña electoral, en quienes Petro había depositado su confianza desde hace más de un año: Armando Benedetti y Laura Sarabia.

Ambos llegaron al lado de Petro desde la pasada campaña presidencial. Benedetti como un experimentado político y Sarabia, secretaria privada del exsenador, como una joven que se estaba abriendo camino en la política. Él se fue a Venezuela para restablecer las relaciones diplomáticas con Nicolás Maduro y ella se convirtió en la mano derecha del jefe de Estado.

Las relaciones se rompieron desde hace unos meses, a tal punto que este viernes el mandatario anunció que ambos salían del Gobierno. “Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador de Venezuela se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación”, anunció el mandatario.

¿Cómo se llegó a esto? El pasado jueves se reunieron Petro, Sarabia y Benedetti en la casa de un alto funcionario del Gobierno en Bogotá. Allí les hizo el anuncio de su decisión en privado. Desde el lunes 29 de mayo, Sarabia había puesto a disposición la carta de renuncia al mandatario, tras el escándalo de su exniñera revelado por SEMANA.

Aunque la reunión fue un misterio y reinó la incertidumbre durante varias horas, Benedetti publicó un chat con el presidente por error que borró a los pocos minutos. Allí, el mandatario le pedía prudencia para manejar el tema y no pronunciarse. Benedetti le reclamó filtraciones de Sarabia a la Cancillería sobre sus viajes fuera de Venezuela.

Desde el Pacto Histórico ya venían insistiendo en que Benedetti y Sarabia debían apartarse del cargo para no seguir haciéndoles más daño a Petro y a su proyecto político. De todas maneras, se trataba de dos aliados que no son de las bases del petrismo, pero que su confrontación estaba haciendo un profundo daño al movimiento.

¿Qué viene ahora?

La tormenta que generó el escándalo de las chuzadas y que comenzó con las declaraciones de Marelbys Meza a SEMANA cambiaron los planes al Pacto Histórico en diferentes frentes y tendrán impacto en el rumbo del Gobierno.

Por ejemplo, ya era prácticamente un hecho que Benedetti saldría de su cargo como embajador para coordinar desde Colombia la campaña del Pacto Histórico para las regionales a nivel nacional. Ahora nadie le ve futuro a esa designación.

Por su parte, Sarabia con tan solo 29 años, quedó liquidada políticamente y podría enfrentar mayores problemas si se encuentra alguna responsabilidad en sus actuaciones en medio del escándalo de las chuzadas. “Estaré presta a rendir todas las explicaciones necesarias para el esclarecimiento de los hechos”, aseguró.

El problema es que tanto la Fiscalía como la Procuraduría están investigando sus actos. Por un lado, en el caso del ente acusador, se deberá determinar si Sarabia tuvo alguna relación con el hecho de que el número de sus dos empleadas, entre ellas Marelbys, haya terminado por ‘error’ en un expediente del Clan del Golfo.

En el caso del Ministerio Público, ya se anunció la indagación preliminar en su contra y se solicitó la prueba del polígrafo que se le realizó a Meza en los sótanos de un edificio conjunto a la Casa de Nariño. Eso quiere decir que, aun fuera del cargo, Sarabia podría ser sancionada disciplinaria o judicialmente, ahora sin el respaldo de su jefe político, lo que podría significar un problema mayúsculo en su contra.

El exembajador también tiene casos por los que está siendo investigado, que vienen andando en la justicia colombiana y podrían revivir en cualquier momento.

A pesar de su juventud, Sarabia se había perfilado como una de las mujeres más influyentes del país y pensaba en una carrera política prometedora. “No voy a decir que nunca quisiera ser presidente. Pero no tengo esa expectativa de llegar allá, ni trabajo para eso. Lo que te decía: a mí la exposición me cuesta.

Sin embargo, no lo descarto. Yo soy una enamorada de mi país”, le dijo Sarabia a El Tiempo sobre las posibilidades de algún día ser presidenta.Esos sueños quedaron en nada luego del gran escándalo. Más allá de lo que arrojen las investigaciones, Sarabia será relacionada por la oposición con el escándalo de las chuzadas del Gobierno Petro.

El propio Benedetti, por ejemplo, dijo: “¿Por qué sabía? ¿Ella chuza?”. Eso se preguntó el exembajador haciendo referencia a la entrevista entre Day Vásquez y Vicky Dávila, directora de SEMANA. “Nunca entendimos por qué sabían que había dado la entrevista. ¿Nos tenían chuzadas?”, cuestionó Vásquez en medio del escándalo.La gran duda que queda ahora, en medio del escándalo, y que deberán determinar las autoridades, es si hay periodistas y miembros de la oposición que están siendo interceptados.

El escándalo de unas chuzadas es la mayor tormenta en el Gobierno Petro. No solo por lo que eso implica como una actuación ilícita y violatoria de la privacidad, sino porque varios de los que hoy están en el Gobierno fueron víctimas de esos hechos con el antiguo DAS.

La Fiscalía General de la Nación anunció que seguirá investigando el caso de Marelbys y podría haber otros hallazgos relacionados con las chuzadas en el país.

Hoy se viven momentos de profunda incertidumbre. El presidente Petro guardó un largo silencio en medio de todo el escándalo, que además le termina de impactar en su gobernabilidad, ya que su relación con el Congreso no pasa por el mejor momento. El Legislativo, en lugar de enfocarse en las reformas sociales, terminó centrado en el escándalo y llamó al Gobierno a responder.

El presidente deberá designar a dos nuevos miembros en los cargos que quedan vacíos, especialmente al nuevo jefe de gabinete, quien será su mano derecha de ahora en adelante, y la persona que va a liderar las relaciones con Maduro en Venezuela. Por ahora no está claro quiénes pueden ser. Algunos consideran que para la jefatura de gabinete podría echar mano de personas cercanas que lo han venido acompañando en su proyecto político. En todo caso, deberá ser una persona en la que pueda confiar a ciegas, como lo hacía con Sarabia.

Además, para nadie es un secreto que ella era el único canal para dialogar con Petro y ahí habrá un problema para suplir esa función. Petro se deberá mover rápido y nombrar los nuevos cargos. Desde el petrismo buscan que este impasse se pueda solucionar pronto, pero saben que no será sencillo. Quieren que el país se enfoque en sacar adelante las reformas y el plan de gobierno que prometieron en campaña, pero pasar la página será un gran desafío. Mientras tanto, podrían seguir saliendo hechos cuestionables a la luz, a medida que avancen las investigaciones.

¿Cómo superará Petro la tormenta? Por ahora, el mandatario no tiene elementos a los cuales recurrir para sacar a su Gobierno del hoyo en el que se encuentra. Las reformas están estancadas, las calles y los discursos de balcón no tienen el mismo impacto que cuando convocaba desde la oposición y se empieza a sentir el desgaste de sus nueve meses de gobierno con una favorabilidad del 33,8 por ciento, según la encuesta de Invamer.

El petrismo ha intentado rodearlo, pero saben que se trata de un duro golpe a sus ideas, cuando ese sector fue uno de los críticos acérrimos de las chuzadas del DAS. El mandatario necesita recomponer su gabinete, su Gobierno y volver a barajar. Sin embargo, lo que es claro es que el escándalo de las chuzadas del Gobierno de Petro, que comenzó con las denuncias de Marelbys a SEMANA, será uno de los principales cuestionamientos por los que sea recordada su gestión.