NACIÓN
Esto dice consentimiento que firmó exniñera de Laura Sarabia. Aunque se trató de hurto doméstico, dice que busca proteger “seguridad del presidente”
SEMANA conoció el documento que firmó Marelbys Meza antes de que le hicieran la prueba de polígrafo. Surgen muchas preguntas.
A Marelbys Meza la amenazaron todo el tiempo con enviarla a la cárcel. A pesar de que los sótanos frente a la Casa de Nariño no hacen parte del sistema judicial ni había ninguna autoridad de esa rama, a la humilde niñera le dijeron que podían retenerla al punto de que no pasaría esa noche en su casa.
También, que iban a allanar su vivienda y la de sus hermanos. Sin embargo, la defensa de Laura Sarabia siempre ha sido que ella se sometió a ese procedimiento de interrogatorio y polígrafo de manera voluntaria y que, de hecho, firmó un consentimiento para esto.
SEMANA conoció ese documento que se abstiene de publicar en su totalidad. Es una hoja tamaño carta con el logo de la Policía Nacional. Se titula “Protección anticipativa. Consentimiento informado poligráfico”. Está fechado a mano el 30 de enero de 2023. Y está firmado por Marelbys Meza, quien también dejó allí consignada su huella.
La idea de un “consentimiento voluntario” ha sido cuestionada. La misma niñera contó que Laura Sarabia le pidió que fuera a hacerse la prueba. En su día descanso, a Marelbys le pidieron que fuera al apartamento, sin darle ninguna información adicional.
“Estaba la Sijín de la Policía. Me tomaron huellas y me hicieron preguntas. Andrés (el esposo de Laura) les pidió que me dejaran hablar con él un momento. Entonces, él me dice: ‘Mary, se perdió una gran suma de dinero, dime si tú la cogiste y yo paro la demanda que se está haciendo y no pasa nada. Ya después no puedo hacer nada por ti’”, asegura sobre su conversación con el esposo de Sarabia.
En todo momento, la Policía, según ella, la trató como culpable. “La Policía sí me decía que yo era una ladrona y que devolviera la plata. Que la jefa me había mandado a decir que, si me había gastado parte de la plata, que no pasaba nada, que devolviera el resto”, le aseguró a SEMANA.
Como la plata no apareció, Sarabia le dijo lo siguiente: “‘Mary, yo tenía tantos planes con ese dinero, tiene que aparecer, vete para tu casa y te avisan para que te hagan el polígrafo’.
La exniñera cuenta que no vio mucha opción de negarse a asistir. “Yo fui al polígrafo, porque si no hubiera ido, me iban a culpar de que me había robado esa plata. Me fueron a recoger, yo tenía que ir o ir”, agregó.
El conductor de la UNP, asignado para la protección de Sarabia, la llevó en el carro y la entró directamente al lugar. “Me llevaron a la Casa de Nariño, o sea al Palacio, a la parte de poligrafía... La entrada a la Casa de Nariño es a la derecha y me llevaron a la izquierda. Había un sótano que decía poligrafía”, aseguró.
Nunca nadie le dijo que podía irse, ni que no estaba obligada a someterse a esa prueba, dado que ella no era funcionaria del Estado y solo la Fiscalía puede investigar la comisión de delitos, como bien lo aclaró el fiscal Barbosa.
Y ahí le hicieron firmar el documento que conoció SEMANA y que dice así: “Se me ha indicado que el examen es de carácter voluntario y con este documento manifiesto que voluntariamente asisto al examen poligráfico”.
Luego enumera cuatro puntos:
1) El examen es voluntario, en caso de no presentarlo informaré los motivos por escrito.
2) Con el propósito de preservar los derechos humanos, se me indicó que el examen será monitoreado en audio y video en su totalidad.
3) Fui informado sobre los componentes técnicos y características de funcionamiento del polígrafo.
4) Se me indicó que para el desarrollo del examen debo contar con entera disposición física y mental, de lo contrario debo informar situaciones de relevancia que impidan mi concentración en el mismo.
“Me quitaron el teléfono, entré al polígrafo y me devolvieron el teléfono. Después me dijeron que lo apagara y después me lo volvieron a quitar. El polígrafo inició como a las 2:00 p. m. porque Harold me recogió como a la 1:00 p. m.”, relató.
Tras hacerla firmar el documento, Marelbys cuenta lo que vivió: “Me tuvieron en el polígrafo como hasta las 4 o 5 de la tarde. Después me volvieron a quitar el teléfono. Los policías que estaban ahí con su escarapela me dijeron: ‘Usted es una mentirosa, usted se puede burlar de ese aparato, pero de nosotros no. Esta noche no va a su casa, usted de aquí va presa, le vamos a hacer un allanamiento a todos sus familiares, o sea a sus hermanos y a usted’”.
En el tiempo que estuvo allá nunca le dieron acceso a un abogado, pese a que la estaban señalando de haber cometido un crimen, y además la mantuvieron incomunicada.
El documento, además, señala las razones por las cuales ella se somete a esa prueba. Pese a que se trató de un robo en la casa de Laura Sarabia ―que, en principio, no tendría que ver con su trabajo―, el texto sí señala que Meza autoriza a la presidencia a realizar el procedimiento “en virtud de la seguridad del primer mandatario, la señora vicepresidenta y sus familias”.
Luego insiste en esa causa cuando asegura que “la dinámica del ejercicio se relaciona exclusivamente con la seguridad del presidente de la República”.
¿Es realmente voluntario un procedimiento en el que a una mujer humilde la lleva un escolta de la UNP, a un sitio del que no la dejan salir, le quitan el celular y en todo el tiempo que está allá la acusan de ser ladrona y de llevarla a la cárcel? ¿Por qué le dicen a la niñera que le hacen el polígrafo por la seguridad del primer mandatario y la vicepresidenta? ¿La policía podía someter a ese interrogatorio a una niñera? Eso es precisamente lo que está investigando ahora la Fiscalía y la Procuraduría.
La mujer cuenta que tuvo miedo en todo el procedimiento. “Me dijeron que me iba para la cárcel, que no iba para mi casa”, repite. Y asegura que en ningún momento pensó en negarse al polígrafo porque: “Dije: me meten en la cárcel y quién sabe cuánto tiempo me quedaré”.
“Quiero que sepa la verdad de lo que ha pasado con la señora Laura Sarabia”: la comprometedora entrevista de Marelbys Meza. Léala completa
En entrevista exclusiva con SEMANA, la exniñera del hijo de la jefe de gabinete del Gobierno Petro cuenta que se ha sentido perseguida y chuzada. Hoy está protegida por la Fiscalía.
VICKY DÁVILA: ¿Cuál es su nombre?
Marelbys Meza.
V.D.: ¿Está dando esta declaración porque quiere o porque alguien le ha pedido que la dé?
M.M.: Porque quiero.
V.D.: ¿Por qué decide hacerlo?
M.M.: Porque quiero que sepan la verdad de lo que ha pasado con la señora Laura Sarabia.
V.D.: ¿Qué pasó?
M.M.: Yo trabajaba con ella, le cuidaba el niño y a la casa de ella llevaron una maleta y dicen que se perdió un dinero.
V.D.: ¿Cuánto?
M.M.: La Policía me dijo que eran 150 millones de pesos.
V.D.: ¿Cuándo se pierde ese dinero?
M.M.: La maleta la entregan un viernes. Ellos me llaman el domingo. Andrés, el esposo de Laura, me pregunta en dónde estaba la maleta. Yo le contesté que estaba en la sala, al lado de la chimenea.
V.D.: ¿Y qué pasó?
M.M.: Él me dice que me regrese urgente, que me necesita en el apartamento. Eso fue al mediodía. Yo estaba en el conjunto donde vivo. Andaba con mi mamá, porque ella había venido. Ella estaba muy enferma y vino a unas citas médicas. Ella vino también para mi cumpleaños. Entonces nosotros nos reunimos ese domingo, yo estaba reunida con mi familia. A mí me tocó dejar a mi familia tirada para salir corriendo al llamado que me hizo Andrés. Inclusive le mandé una foto con mi mamá caminando en el conjunto. Ese día salió el sol y la saqué a caminar con mis hermanos.
V.D.: Entonces, ¿regresó al apartamento de Laura Sarabia?
M.M.: Sí, señora.
V.D.: ¿Qué ocurrió cuando llegó?
M.M.: Estaba la Sijín de la Policía. Me tomaron huellas y me hicieron preguntas. Andrés (el esposo de Laura) les pidió que me dejaran hablar con él un momento. Entonces, él me dice: ‘Mary, se perdió una gran suma de dinero, dime si tú la cogiste y yo paro la demanda que se está haciendo y no pasa nada. Ya después no puedo hacer nada por ti’.
V.D.: ¿Y usted qué le contestó?
M.M.: Le dije que no había cogido nada. Entonces me mandaron al primer piso del edificio donde vive Laura para que me hicieran una ‘indagatoria’ por escrito. Me preguntaron qué había pasado, sobre la maleta, que quién estuvo, que quién entró.
Ese viernes, la teniente llevó la maleta, pero no me sé el nombre de ella. Yo estaba con el niño cargado. Yo le dije: ponga la maleta allí y ella la puso en el mueble. Allí estuvo hasta el domingo. Yo había salido a descansar el sábado.
V.D.: ¿De qué color era esa maleta?
M.M.: Negra, y mediana.
V.D.: ¿Qué más me puede contar de la persona que entregó la maleta?
M.M.: Es la teniente, la persona que la cuidaba a ella, es del esquema de seguridad, la que lo dirige. Laura, en ese momento, creo que cambió el esquema. Ella me dijo que lo había cambiado.
V.D.: ¿Cuándo descubren el robo?
M.M.: El domingo 29 de enero, porque ellos me llaman ese día.
V.D.: ¿Qué conversaciones sostuvo usted con Laura Sarabia a propósito de la pérdida de ese dinero?
M.M.: Cuando me hacen la entrevista, me bajaron como dos veces del apartamento de ella, a esa parte de la cocina donde almuerzan los escoltas y el servicio de vigilancia. Cuando subí por segunda vez estaba Laura. Antes me había preguntado: ‘Mary, ¿siempre vienes?’. Yo le dije que sí, estaba en la puerta del apartamento de ella, le mandé una foto, le dije: aquí estoy. Entré y empezaron a tomarme las huellas. Un señor de la Policía, que estaba de civil, me saca al pasillo del apartamento y me dice: ‘¿Cómo fue? Diga la verdad, usted esta noche no se va para su casa’. Me insistió que tenía que entregar la plata, o sea que yo era una ladrona, una mentirosa.
V.D.: ¿La culpan de la pérdida de esa plata?
M.M.: Cuando me hicieron el polígrafo, la Policía sí me decía que yo era una ladrona y que devolviera la plata. Que la jefa me había mandado a decir que, si me había gastado parte de la plata que no pasaba nada, que devolviera el resto.
Yo dije: ¿pero cuál resto si no tengo la plata? Lo que tengo aquí son 40.000 pesos, no tengo más plata. Entonces, me dijeron que me iban a llevar a mi casa para hacer un allanamiento y que iban a allanar los apartamentos de mis hermanos. Yo les dije: si quieren, aquí están las llaves, caminen, no tengo nada que esconder.
V.D.: El 29 de enero reportaron que la plata se perdió. ¿Qué ocurrió al día siguiente?
M.M.: El día 29 hablo con ella. Cuando la gente se va, ella se queda y me dice: ‘Mary…’. Yo le dije: ‘Laura, cómo se le ocurre que la voy a robar, no he cogido nada, cómo se le ocurre que voy a coger algo de acá si sé que usted me va a poner de cabeza allá en la cárcel porque tiene todo el poder para meterme de cabeza en una cárcel’.
V.D.: ¿Y ella qué le respondió?
M.M.: Ella me dijo: ‘Mary, yo tenía tantos planes con ese dinero, tiene que aparecer, vete para tu casa y te avisan para que te hagan el polígrafo’.
V.D.: ¿Cuándo le confirman que la van a someter a una prueba de polígrafo?
M.M.: Al día siguiente, el lunes 30 de enero. Me dicen que tengo polígrafo a las 2:00 p. m. y que me van a recoger.
V.D.: ¿Y usted accede a eso?
M.M.: Pues yo fui al polígrafo, porque si no hubiera ido, me iban a culpar de que me había robado esa plata. Me fueron a recoger, yo tenía que ir o ir.
V.D.: ¿Dónde la recogieron?
M.M.: En mi casa.
V.D.: ¿Quién la recogió?
M.M.: Me recogió Harold Rondón. Él trabaja con ella.
V.D.: ¿Qué hace él?
M.M.: Es el chófer o hace parte del esquema de ella.
V.D.: La recoge, ¿y usted a qué horas se sube al carro?
M.M.: Él llegó a recogerme como a las 12 del día.
V.D.: ¿Y a dónde la llevó?
M.M.: Me dijo que me llevaba al polígrafo.
V.D.: ¿A dónde?
M.M.: Me llevaron a la Casa de Nariño, o sea al Palacio, a la parte de poligrafía.
V.D.: ¿Ingresó a la Casa de Nariño?
M.M.: Es que la entrada a la Casa de Nariño es a la derecha y me llevaron a la izquierda. Había un sótano que decía poligrafía.
V.D.: Llegó allá, ¿y qué vio en el salón de poligrafía?
M.M.: Me sentaron en una silla y después me entraron a la sala de poligrafía. Me quitaron el teléfono, entré al polígrafo y me devolvieron el teléfono. Después me dijeron que lo apagara y después me lo volvieron a quitar. El polígrafo inició como a las 2:00 p. m. porque Harold me recogió como a la 1:00 p. m.
Me tuvieron en el polígrafo como hasta las 4 o 5 de la tarde. Después me volvieron a quitar el teléfono. Los policías que estaban ahí con su escarapela me dijeron: ‘Usted es una mentirosa, usted se puede burlar de ese aparato, pero de nosotros no. Esta noche no va a su casa, usted de aquí va presa, le vamos a hacer un allanamiento a todos sus familiares, o sea a sus hermanos y a usted’.
V.D.: ¿Quién la recibió en la Casa de Nariño?
M.M.: Me recibió la teniente Luna.
V.D.: ¿La misma que le entregó el maletín?
M.M.: No, es otra.
V.D.: ¿Y ahí qué pasa?
M.M.: Me deja en el sitio de la poligrafía y se va. Cuando termino, me vuelve a llamar y me dice: ‘Señora Mary, ¿usted me puede esperar un momento mientras consigo el carro para llevarla a su casa?’. Entonces, esperé afuera y ella me recogió con un señor que creo que es chófer de ellas. Reparte en su casa a varias personas.
V.D.: ¿Quiénes la recibieron en el polígrafo? ¿Cuántas personas y quiénes eran?
M.M.: Eran tres hombres, no sé ni los nombres ni los apellidos. Si los veo, sé quiénes son.
V.D.: ¿Cómo eran?
M.M.: Altos, robustos, uno moreno y uno más o menos trigueño.
V.D.: ¿Qué le preguntaron en el polígrafo?
M.M.: Acerca de la maleta, que si yo había tomado el dinero, que cuando llegó, que quién había entrado a la casa de Laura, cosas así.
V.D.: Recuerde qué más le preguntaron.
M.M.: Que si yo tenía cómplices, que si le había entregado eso a alguien más, que pa’ dónde había cogido, que a qué horas salía, que a qué horas llegué a mi casa y qué más hice.
V.D.: ¿Usted pudo hacer alguna llamada y avisar que estaba en el palacio de Nariño?
M.M.: Al terminar el polígrafo, les avisé a mis hermanos. Mi mamá estaba enferma y no quise decirle nada. Les advertí: ‘Me están diciendo que de aquí no me voy para la casa, entonces para que sepan que estoy en este lugar’. Yo les mandé la ubicación, y un video pequeño del lugar donde estaba para que ellos supieran.
V.D.: ¿Tiene ese video? ¿Me lo puede hacer llegar?
M.M.: Sí, pero es corto. Yo estaba afuera, esperando a que me recogieran. Solo era un video corto para que ellos vieran que estaba lloviendo y el lugar donde estaba.
V.D.: ¿Usted tenía miedo?
M.M.: Sí.
V.D.: ¿Por qué?
M.M.: Me dijeron que me iba para la cárcel, que no iba para mi casa.
V.D.: ¿Qué pensaba?
M.M.: Dije: me meten en la cárcel y quién sabe cuánto tiempo me quedaré.
V.D.: A todas estas, cuando le hicieron el polígrafo, ¿la Fiscalía estaba ahí? ¿Había una orden judicial en su contra?
M.M.: No.
V.D.: Es decir, todo eso lo hicieron funcionarios, en un edificio al frente de Palacio y, ¿por orden de Laura Sarabia?
M.M.: Sí.
V.D.: ¿Cómo se sintió cuando le quitaron el teléfono?
M.M.: Pues desprotegida, sin poder comunicarme con nadie, y asustada. Yo dije: quién sabe qué van a hacer conmigo y a dónde me irán a llevar o qué.
V.D.: ¿El presidente Gustavo Petro sabía que usted estaba en la sala de poligrafía del Gobierno?
M.M.: No, que yo sepa no. No tengo ni idea.
V.D.: ¿Qué le dijo Laura Sarabia después del polígrafo?
M.M.: No volví a hablar con ella por teléfono ni nada. Solamente por chat. Ella me escribió y me dijo que lo sentía mucho, que buscara trabajo por otro lado, que estaba la duda, que ellos no me estaban acusando. ¿Usted quiere que yo lea lo que ella me escribió?
V.D.: Sí, por favor.
M.M: Dice: “Mary, quería saber cómo estabas y decirte lo siguiente: la verdad hemos hablado bastante con Andrés sobre tu situación. Estamos preocupados porque al parecer la investigación va para largo y si tú no tienes nada que ver con lo que pasó, pues lo más injusto sería afectarte y pedirte que nos esperes. Al final, concluimos con Andrés que lo mejor es liquidarte y pagarte lo que te debíamos para que también puedas buscar trabajo. Lo sentimos mucho Mary porque sabes que te tenemos aprecio, pero por favor, entiéndenos que sin saber qué fue lo que pasó, no podríamos estar tranquilos. Y como te decía, tampoco queremos ser injusto contigo”.
V.D.: ¿Le pagaron para que se fuera?
M.M: No.
V.D.: ¿No la liquidaron?
M.M.: A mí me quedaron debiendo. Él (Andrés) me liquidó hasta diciembre, o sea como cuatro meses y ya esto pasó en enero. La quincena de enero no me la pagaron.
Yo le había pedido a ella un préstamo de 2 millones de pesos. Como me debían 400.000 pesos, por una la tarjeta del Éxito que yo les presté para hacer unas sombras, entonces le dije que descontara de ahí.
V.D.: ¿Cuánto ganaba usted?
M.M.: 2 millones mensuales. Él me daba un millón quincenal.
V.D.: ¿Usted cree que haberla llevado al polígrafo y a un sótano de un edificio de Presidencia fue un abuso por parte de Laura Sarabia?
M.M.: Pues sí, yo no quería ir allá, pero me tocaba. Si no iba, más me iban a acusar de que me había robado esa plata. Si iba, pues les decía: ‘Les aclaro que soy inocente’. Además, tenía a mi mamá enferma. Entonces, yo decía: ‘Si le comento algo a mi mamá, le puede dar algo’. Entonces, me fui a escondidas de mi mamá.
V.D.: Fuera de cámaras, usted me dijo que, desde que se hizo el polígrafo, siente que la han estado siguiendo. ¿Por qué?
M.M.: Cuando llegué a mi casa, al día siguiente, veía carros. Desde la ventana del apartamento donde yo vivo se ve para la calle. Entonces veía carros todo el día parqueados ahí, pero carros particulares. O sea, sentía como si me estuvieran persiguiendo. Mi hermano tiene un carro que trabaja en Uber y a él también se le presentaron unos hombres y le dijeron que dónde estaba el botín, que dónde estaba la plata y lo maltrataron también verbalmente.
V.D.: ¿Cómo así? ¿Qué le dijeron?
M.M.: Que nosotros éramos unos ladrones, que dónde estaba la plata, que les diera 2 millones de pesos. Le decían: ‘Denos algo, ustedes son unos ladrones’. Querían como llevárselo. Pero mi hermano es de mal genio y sí es serio y les dijo: ‘No tengo nada, si quieren, revisen el carro, no tengo que robarme nada’.
V.D.: ¿Y esas personas le dijeron a su hermano quiénes eran?
M.M.: Nunca le dijeron quiénes eran ni nada. Iban de ropa en particular. Mi hermano dice que se le presentaron de repente porque él estaba parqueado en la calle, tomando un tinto, y lo rodearon.
V.D.: ¿Cuántos eran?
M.M.: Tres hombres grandes, altos.
V.D.: ¿Cómo se llama su hermano?
M.M.: Jamer.
V.D.: ¿Qué fue lo que pasó con su mamá en la Terminal de Transporte en Bogotá?
M.M.: Después del polígrafo, le dije a mi mamá: ‘Lo mejor es que usted se vaya y yo me quedo acá, yo frenteo la situación’. A la semana decidimos que mi mamá se fuera para su casa. La llevamos al Terminal con mis hermanos, una amiga y un sobrinito. Allá nos llega la Policía y nos dice: ‘Vengan todos para acá que necesitamos una requisa’. Nos llevaban como a un puesto de Policía que hay en la Terminal y nos abren las maletas, nos revisan cosa por cosa, lo que llevábamos ahí. Empezaron a buscar. No sé qué buscaban porque la verdad, no encontraron nada.
V.D.: ¿Pero eran uniformados de la Policía?
M.M.: Sí. Nos hicieron una requisa y, como no encontraron nada, nos hicieron cerrar la maleta. Ya le habíamos comprado el pasaje para las 4:00 p. m. a mi mamá. Yo les dije: ‘Miren, el bus la va a dejar’. Me dijeron: ‘No importa, porque ellos saben que nosotros estamos haciendo esta requisa y hasta que nosotros no terminemos el bus no arranca’.
V.D.: ¿Les requisaron solo las maletas?
M.M.: Todas las maletas, pero a nosotros también. Las mujeres policías nos revisaron el cuerpo y todo, a mi mama, a mi persona, a mis hermanos y a una amiga.
V.D.: ¿Cuántos hermanos?
M.M.: Ese día estaban dos y un sobrinito pequeño.
V.D.: ¿Y la amiga?
M.M.: Ella iba a mandar una encomienda con mi mamá para El Copey (Cesar). Mi mamá iba para allá.
V.D.: ¿Nunca le mencionaron la plata?
M.M.: No, nunca nos mencionaron el por qué nos estaban revisando. Solamente que era una requisa. Yo dije: ‘Pensaran que estoy mandando a mi mamá con la plata en la maleta o no sé’. Pero igual no encontraron nada. Nosotros no teníamos nada que esconder.
V.D.: ¿A las casas de ustedes llegaron los policías?
M.M.: No. Solo me dijeron, el día del polígrafo, que nos iban a hacer el allanamiento. Yo les dije que no tenía ningún problema. Ese mismo día me dijeron que si estaba dispuesta a otro requerimiento, y yo les respondí que estaba disponible, que no tenía nada que esconder, que no me iba a mudar. También se lo dije a Laura: estoy en el mismo lugar de residencia, no cambio mi número de celular para que no piensen que me voy a volar con el botín.
Cuando salió la noticia de que le habían robado en su casa, yo le dije: Laura, mire lo que salió en SEMANA. Ella me dijo que no había dicho nada, que seguramente había sido su esquema, que ya lo había cambiado, pero que ella no había dicho nada.
V.D.: ¿Esa plata que se perdió de qué era?
M.M.: No sé, no tengo ni idea.
V.D.: ¿Pero era en efectivo?
M.M.: Sí, en efectivo. A mí nunca me dijeron qué contenía esa maleta, o sea, era la maleta de ella del viaje que había hecho a Boyacá.
V.D.: ¿Llegaba plata en efectivo a la casa de Laura Sarabia?
M.M.: El que manejaba el dinero era el esposo. Ella llegaba a su casa directo a su alcoba.
V.D.: ¿Pero que la hacía inferir que llevaba plata?
M.M.: Ella llegaba directo a la caja fuerte.
V.D.: ¿Siempre que llegaba a la casa, iba directo a la caja fuerte?
M.M.: Llegaba directo a su cuarto.
V.D.: ¿Y directo a la caja fuerte?
M.M.: Sí
V.D.: ¿Y eso la hace inferir que allí se movía dinero?
M.M.: Sí. Recuerdo que ese viernes que me dieron el maletín, Laura y Andrés estaban en una reunión en casa de un amigo que se llama Jaime. Ellos llegaron tarde. Le había arreglado la habitación al niño y les mostré cómo había dejado todo. Hablé con ellos. Entonces la maleta estuvo ahí viernes, sábado y domingo.
V.D.: ¿En dónde quedó esa maleta?
M.M.: En la sala.
V.D.: Déjeme insistirle: por qué dice usted que en el maletín había 150 millones de pesos en efectivo.
M.M.: Porque un policía me saca al pasillo del apartamento y me dice: ‘Aquí no estamos hablando de 100 pesos, aquí estamos hablando de 150 millones que usted se robó. Diga dónde los tiene’.
V.D.: ¿Y usted qué le decía?
M.M.: Yo le dije: no sé nada, no he visto nada, no me han dicho nada, no he cogido nada.
V.D.: ¿Usted se sintió acosada?
M.M.: Sí, maltratada verbalmente, porque el señor me habló fuerte.
V.D.: ¿Cuál señor?
M.M.: El de la Sijín, el que estaba en el apartamento de Laura el día domingo.
V.D.: ¿Qué más le decía?
M.M.: Que yo tenía antecedentes, que hablara, que dijera la verdad y que no me iba a ir muy bien, que no iba a salir bien librada de esto.
V.D.: ¿Y qué antecedentes tiene usted?
M.M.: No, ninguno.
V.D.: Volvamos al día en que usted estuvo en un sótano al frente de la Casa de Nariño. ¿Cómo se sentía?
M.M.: Me sentí presa, secuestrada, acorralada, agobiada con todo lo que me decían ahí.
V.D.: ¿Y usted le comentó eso a Laura Sarabia?
M.M.: No, porque no volví a hablar con ella, no quise molestarla más. La verdad, ella se mantiene muy ocupada.
V.D.: ¿A qué se dedicó usted después?
M.M.: Cuando salí de la casa de ella, me tocó trabajar de por días y estaba trabajando con una señora cocinándole.
V.D.: ¿Desde entonces no ha vuelto a hablar con Laura Sarabia?
M.M.: Le pedí mis cosas porque conseguí trabajo donde otra señora que me conoce hace más de diez años. Le dije que necesitaba mis uniformes. Entonces le escribí: ‘Laura, paso por mis cosas, me hace el favor y me las deja en portería y paso por ellas’. Ella me dijo: ‘No, tranquila, Mary, yo te las hago llegar a tu casa’.
Me pidió la dirección. Yo le dije: ‘Harold sabe dónde vivo’. Fue cuando le dije: ‘Tranquila que estoy en la misma residencia, en la misma dirección y en el mismo teléfono, no voy a cambiar de nada para que no piense que me voy a volar con el botín’.
V.D.: Usted decidió hablar con SEMANA. ¿Siente algún temor?
M.M.: Sí.
V.D.: ¿Qué temor siente y por qué?
M.M.: Siento que me persiguen, que tengo el teléfono chuzado. Estoy en mi casa y siento que están ahí siempre. Siempre está un carro, todo el día ahí parqueado.
V.D.: ¿Qué le dice a Laura Sarabia hoy en esta entrevista?
M.M.: Que soy inocente, que no cogí nada.
V.D.: ¿Qué le dice al presidente Petro?
M.M.: Que me regale la libertad, quiero que levanten la demanda en mi contra.
V.D.: ¿Hay una demanda en contra suya?
M.M.: Sí, me pusieron un abogado de oficio. Me han citado dos veces.
V.D.: ¿Y qué ha pasado en esas citaciones?
M.M.: Me preguntan lo mismo.
V.D.: ¿Y usted contó que la sometieron a un polígrafo en un sótano al frente de Palacio?
M.M.: Ellos no me preguntan eso. Me pusieron un abogado de oficio y no le he contado eso porque la única vez que hablé con él fue en la última entrevista que me hicieron en la calle Sexta con Caracas, y fue virtual. Entonces no pude hablar casi nada con él porque tenía otra cuestión por hacer. (El viernes, Marelbys Meza denunció en la Fiscalía lo que le pasó en el sótano frente a la Casa de Nariño y un fiscal ordenó darle protección para garantizar su integridad ante los graves hechos).
V.D.: ¿Usted qué le pide a la Fiscalía?
M.M.: Que averigüen, que estoy diciendo la verdad.
V.D.: ¿Usted tuvo alguna presión para dar esta entrevista?
M.M.: No.
V.D.: ¿Es consciente de que está haciendo una denuncia muy grave?
M.M.: Sí.
V.D.: ¿Siente temor ante el poder de Laura Sarabia?
M.M.: Sí, siento que me puede poner presa en cualquier momento.
V.D.: ¿Teme por su libertad?
M.M.: Sí.
V.D.: ¿A usted le dijeron cuál fue el resultado del polígrafo?
M.M.: A mí no me dijeron los resultados, no me dijeron nada.
V.D.: ¿Usted le hacía la maleta a Laura Sarabia?
M.M.: Ella hacía la maleta en su cuarto. Ella la desarmaba cuando llegaba de viaje o la mamá. Nunca le desarmé, ni le hice la maleta, porque yo no le tocaba nada. Le repito, cuando ella llegaba, iba directo a su cuarto. Lo único que escuchaba era que sonaba la caja fuerte porque usted le pone la clave y suenan los números, o sea, hace tiqui tiqui tiqui. Eso era lo único. De resto, el esposo manejaba el tema de la plata de la casa. En dos ocasiones le presté mi tarjeta del Éxito y fui a hacer las compras como a las once, doce de la noche, cuando el bebe estaba dormido y compraba lo que faltaba. Le pasaba la factura y él me pagaba en efectivo.
V.D.: ¿Le dijo algo en especial la teniente que le entregó ese día el maletín con la plata?
M.M.: No. Ella solamente me dijo: ‘Aquí le entrego la maleta de la doctora’. Era la ropa del viaje que Laura había hecho a Boyacá. Pero nunca me dijo que ahí había plata.