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Estas son las fotos de un celular que las Farc abandonaron en el asalto a Morales; crónica de Salud Hernández-Mora
La columnista de SEMANA dijo que las imágenes “podrían servir de prueba para identificar a los autores del atentado que costó la vida a dos policías y dos detenidos que se encontraban en la estación”.
Son amantes de la buena vida. Las Farc los han convertido en jóvenes sin escrúpulos, capaces de matar para conseguir dinero. Un celular que se le cayó a una guerrillera en el brutal asalto a la estación de Morales, Cauca, desnudó la verdadera esencia de la guerrilla con la que negocia el Gobierno un proceso político de paz.
En las fotografías que publica SEMANA, tres jóvenes armados con fusiles llevan una torta de chocolate, tal vez después de celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Por sus caras, se podría decir que ninguno llega a los veinte años.
Hay otras en las que se los ve tomando Buchanans, cerveza, aguardiente y, según pobladores, hay más en las que se les aprecia disfrutando de San Andrés, Santa Marta, Vichada, en la Hacienda Nápoles, en Guatapé, entre otros lugares.
Las imágenes podrían servir de prueba para identificar a los autores del atentado que costó la vida a dos policías y dos detenidos que se encontraban en la estación.
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Según el relato de nativos con los que habló la revista, “cuando comenzó el ataque, muchos niños quedaron en medio del fuego cruzado, se dirigían al colegio. Por eso los policías a veces no podían disparar. Algunos guerrilleros gritaban a los niños más grandes si se querían ir con ellos. Otros vecinos metían a los pequeños en sus casas para protegerlos. Se fue la luz, quedamos sin internet, sin señal. Los papás estaban desesperados. Quienes tenían datos, preguntaban los nombres a los niños para escribirlos y que los papás vieran por WhatsApp dónde estaban sus hijos”.
Agregaron que era muy triste “escuchar a los policías pidiendo apoyo. Y como había guerrilleros de civil, era difícil para ellos repeler el ataque. Fue un caos”.
Entretanto, “hubo un sobrevuelo y el avión se fue, al parecer lo impactaron. Hostigaron a unos militares que apoyaban por tierra y la guerrilla dejó artefactos explosivos. La gente se ha guardado en sus casas”.
Un lugareño afirmó que unos guerrilleros se camuflaron entre la población y otros arribaron la noche anterior al municipio. Los que se tomaron el pueblo “llegaron a bordo de Toyotas y otras camionetas último modelo. Y les traían el armamento a los que estaban de civil”.
Además de asesinar a los policías y a los arrestados, saquearon el Banco Agrario, una droguería, cogieron medicamentos, pañales. Lo mismo hicieron en una cigarrería, robaron “cigarrillos, whisky, aguardiente, mucho trago”. Y celebraban como si fuese una hazaña.
La población se queja, dijeron a SEMANA, de la falta de acción de las Fuerzas Militares. “Es fácil ubicar a los guerrilleros, son de los mismos pueblos del Cauca. Y todo se mueve con la droga”, indicó un nativo que, como es natural en estos casos, pidió no dar su nombre.