Política
Eugenio Prieto cuestiona fuertemente al Gobierno Petro por diálogos con grupos criminales en Antioquia: “La paz total pasó a ser la del miedo total”
Recientemente, el comisionado de paz Danilo Rueda estuvo en Medellín anunciado los acercamientos con estas bandas.
La oficina del alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, instaló una mesa de diálogo con las estructuras armadas ilegales que operan en Medellín y los nueve municipios del Valle de Aburrá para transitar hacia la legalidad en medio del proyecto de la ‘paz total’.
Después de varios meses de acercamientos exploratorios y construcción de confianza, el pasado 2 de junio, en la cárcel La Paz de Itagüí, se formalizó el espacio dialógico sociojurídico que permitirá avanzar hacia una paz integral en la capital antioqueña.
“Luego de manifestar su compromiso con la política de paz total del Gobierno Nacional, los grupos armados dieron muestras claras de voluntad para detener la violencia, abriendo la puerta a la segunda fase en este importante proceso por la superación del conflicto urbano”, dijo Rueda.
Sin embargo, en el departamento de Antioquia hay preocupación porque no quedó claro cómo se estructurarán dichos diálogos con los grupos criminales y por eso se pidió al Gobierno Petro explicar a fondo el tema.
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El precandidato a la gobernación de Antioquia, Eugenio Prieto, pidió al gobierno del presidente Gustavo Petro precisar, lo más rápido posible, quiénes serán los negociadores, el alcance de las conversaciones y el tiempo en qué se dará a las negociaciones con los jefes de los grupos ilegales que operan en Medellín y en el Valle del Aburrá.
Según Prieto, esas respuestas son fundamentales para que la ciudadanía en el departamento sepa cómo se harán dichos diálogos. “Mientras la gente y sus familias tienen miedo, la apuesta del gobierno ha sido lenta y confusa. La paz total pasó a ser la del miedo total. Los colombianos no podemos asistir pasivos y silenciosos a una gran operación de lavado de activos ni a una legalización a gran escala de fortunas criminales, sin que exista un exigente proceso de sometimiento, con verdad, justicia y reparación”.
El asunto de Fondo para el excongresista es que Antioquia ha vivido la violencia durante décadas y también se han hecho procesos que han fracasado por cuenta de que los integrantes de dichos grupos criminales aprovechan la coyuntura para fortalecerse y después hacer trampas a la buena voluntad de los gobiernos locales y departamentales. “Si ellos (los delincuentes), no están dispuestos verdaderamente a colaborar con la justicia, entregar sus rentas ilegales, armas, rutas, desmantelar sus estructuras y dejar el control territorial que han tenido por décadas, lo único en lo que terminaremos es en un gobierno que por ingenuidad (o complicidad), termine empoderándolos aún más”.
Lea la carta completa que envío al Gobierno Nacional:
Carta abierta al presidente Gustavo Petro, al comisionado Danilo Rueda
Señor presidente y señor comisionado:
Los antioqueños hemos sido enterados por los medios de comunicación que en la Cárcel de Itagüí, se instaló una mesa de negociación con los grupos ilegales asentados en Medellín y el Valle de Aburrá.
Ante este anuncio, surgen muchas preocupaciones por la falta de información clara que hay alrededor del mismo.
Los colombianos no podemos asistir pasivos y silenciosos a una gran operación de lavado de activos, ni a una legalización a gran escala de fortunas de grupos insurgentes o de grupos criminales, sin que exista un exigente proceso de sometimiento, con verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Esta historia ya la hemos vivido. Algunos integrantes de estas estructuras ilegales ya han participado en otros procesos donde han sido expertos en hacerle “conejo” y “trampas” a la ley: dialogan y alargan el proceso, mientras se fortalecen y continúan delinquiendo; o si se someten, no entregan nada a cambio, o muy pocas cosas.
Si ellos no están dispuestos verdaderamente a colaborar con la justicia, entregar sus rentas legales, armas, rutas, desmantelar sus estructuras y dejar el control territorial que han tenido por décadas, lo único en lo que terminaremos es en un gobierno que por ingenuidad (o complicidad), termine empoderándolos aún más.
Frente a la incertidumbre y en aras de que los antioqueños tengamos mayores claridades. me parece necesario elevar ante ustedes las siguientes preguntas
1. ¿Qué es, qué significa, cuál es el alcance de la paz total?
2. ¿Qué mecanismos claros permitirán negociar, simultáneamente, a todo lo largo y ancho del territorio nacional, la paz con grupos insurgentes de origen político y el sometimiento con grupos delincuenciales vinculados al narcotráfico?
3. Quién realizará directamente las negociaciones simultáneas con los grupos insurgentes y con los delincuenciales vinculados al narcotráfico.
4. ¿Cuál es el periodo establecido inicialmente para estas conversaciones y como podrá afectar el proceso electoral que viene?
5. ¿Es suficiente la Ley 418/22 como marco jurídico para avanzar en negociaciones sin un norte claro del puerto al que se quiere llegar?
6. ¿Cuál es la dimensión territorial de la paz total, en Colombia y territorialmente, cuántos grupos de delincuencia común vinculados al narcotráfico, y cuántos grupos insurgentes participarán de dichas negociaciones, y a cuántos integrantes representan dichas estructuras ilegales?
7. ¿Al amparo de la justicia, se priorizará un proceso seguro de desvinculación inmediata de niños, niñas y adolescentes de organizaciones criminales y estructuras delincuenciales barriales?
8. ¿Cuáles serán las garantías para las víctimas y para el país de verdad, justicia, reparación y no repetición?
9. ¿Está claro qué están dispuestas a entregar estas estructuras ilegales a cambio de qué beneficios políticos, legales o económicos?
10. ¿Cómo se garantizará que los hombres y mujeres que hacen parte de estas estructuras bajo el mando de los negociadores no continúen delinquiendo?
11. ¿Durante el proceso de negociaciones cómo garantizará el Gobierno la autoridad y la seguridad en los territorios?
Durante los últimos meses hemos visto como la violencia, el terror y la inseguridad han venido creciendo de manera alarmante en algunos de nuestros territorios.
Mientras la gente y sus familias tienen miedo, la apuesta del gobierno ha sido lenta y confusa.
La paz total pasó a ser la del miedo total.
Por eso, hago esta solicitud no solo como un ciudadano creyente de la paz integral, el fortalecimiento de la institucionalidad y la autoridad en los territorios, sino también como un fiel convencido de los valores democráticos, el estado social de derecho y el respaldo a nuestra Policía y Fuerzas Militares.
Atento a su respuesta, con respeto
EUGENIO PRIETO PRECANDIDATO A LA GOBERNACIÓN