Exministra María Claudia Lacouture anticipa qué viene en la relación comercial de Colombia y Venezuela: “las sanciones de EE.UU. afectarán”

SEMANA: Usted es una de las firmantes de la carta que se le envió al presidente Gustavo Petro pidiendo que no se enviara representación del Gobierno a la posesión de Nicolás Maduro, pero el embajador Milton Rengifo asistirá, ¿Cómo leer esa decisión?

María Claudia Lacouture (M.C.L.): Es una oportunidad desaprovechada para poder demostrar que los valores democráticos y las acciones que se deben de cumplir para poder sostener esos valores democráticos son parte prioritaria de Colombia y en este momento lo que estamos viendo es que efectivamente Colombia está dando un paso a reconocer un gobierno ilegítimo.

SEMANA: ¿Qué mensaje cree usted que quiere mandar el presidente Petro al no asistir a la posesión, pero sí mandar al embajador?

M.C.L.: Yo creo que el tema es tratar de tener una combinación y un equilibrio que es muy difícil de tener en un tema como el que estamos viviendo en la relación con Venezuela, que no es menor, es difícil. Y pues efectivamente en este contexto lo que uno debería tener claro es que no reconocer no es romper relaciones con un país. Y creo que, en ese sentido, hay que volverle a remarcar al presidente que no reconocer un gobierno, no implica romper relaciones con un país. Y ahí creo que se están confundiendo esas dos variables.

El gobierno no debió asistir manteniendo esas relaciones entre los dos países, principalmente en lo relacionado con una producción consular, una cooperación bilateral y un diálogo humanitario, que no necesariamente se tiene que romper por la no asistencia a este acto ilegítimo en Venezuela. Sin embargo, pues para nadie es un secreto la cercanía que ha tenido el presidente Petro con Nicolás Maduro.

SEMANA: ¿A qué cree usted que se debe esa cercanía?

M.C.L.: Uno pensaría que más que una cercanía es una relación donde el presidente Petro está tratando de mantener ese equilibrio que mencionaba anteriormente.

Piensa uno o quiere uno pensar que es buscando ese equilibrio necesario entre los dos países, teniendo en cuenta que Colombia, a diferencia de otros países como Chile, que están más lejanos, pues tiene una relación mucho más fraterna. Un número de compatriotas colombianos que viven en Venezuela mucho más grande que otros países, una frontera entre los dos países bastante importante para Colombia y un relacionamiento comercial importante donde es diferente con otros países. Y, en ese sentido, pues uno entendería que el presidente Petro lo que está buscando es generar ese equilibrio con Venezuela, buscando por supuesto trabajar en favor de los colombianos y en beneficio de los colombianos dentro de este contexto de la relación binacional.

SEMANA: ¿Qué analiza de lo que pueda pasar este 10 de enero? ¿Cree que puede haber un cambio o va a continuar el régimen?

M.C.L.: Pues uno pensaría que va a continuar el régimen definitivamente, pero también por el otro lado Colombia y en ese sentido por eso hice parte de esa carta que ya hoy en día lleva más de mil personas firmándola, y es que nosotros no podemos confundir en mantener canales diplomáticos con aceptar la opresión y ceder en la defensa de los principios democráticos que deben de guiar nuestra política exterior. Son dos temas totalmente diferentes que como digo no reconocer, no es romper.

SEMANA: Usted fue ministra de Comercio, ¿Cómo cree que va a estar esa relación comercial entre Colombia y Venezuela una vez Maduro se posesione nuevamente en el cargo?

M.C.L.: No es sencillamente la relación entre Colombia y Venezuela en este momento del tema comercial, sino también que se involucran las decisiones de Estados Unidos. ¿Por qué? Porque las sanciones de Estados Unidos hacia Venezuela limitan el proceso de relacionamiento comercial. Cualquier empresa que tenga un relacionamiento con Estados Unidos va a proteger ese relacionamiento y va a buscar obviamente cumplir con los requerimientos. Y si se mantienen las sanciones con limitación hacia Venezuela y hacia los negocios con el gobierno de Venezuela, pues efectivamente eso va a limitar el relacionamiento comercial.

SEMANA: Pero desde Ecopetrol ya están analizando la posibilidad de importar gas desde Venezuela.

M.C.L.: Es correcto y eso, dependiendo al relacionamiento o a las políticas que establezca el nuevo presidente Donald Trump, tendrá algunas inherencias o no para Colombia.

SEMANA: ¿Cómo analiza que puede ser esa relación entre el gobierno Petro y el gobierno Trump?

M.C.L.: Definitivamente, una relación de oportunidades dentro de este nuevo gobierno del presidente Trump, basado en tres variables. Uno en el tema de comercio, otro en el tema de migración y el tercero que es importante para el gobierno Trump, que es el tema de los cultivos ilícitos.

¿Y por qué oportunidades? Porque si este gobierno busca trabajar de la mano los intereses comunes entre los dos países, se pueden encontrar oportunidades. Por ejemplo, en el tema de comercio estamos viendo que el gobierno del presidente Trump está haciendo una injerencia muy fuerte en aquello que está relacionado con limitar los productos chinos a Estados Unidos. Y Colombia, que todavía tiene una relación muy pequeña con China, pero que adicionalmente puede producir productos que hoy en día se están haciendo en otros mercados, en especial en México, donde ya hay una inversión importante de China. Ahí hay unas oportunidades importantes.

De hecho, desde la Cámara Colombo Americana hicimos un análisis y encontramos que podemos crecer un 250 % las exportaciones colombianas a Estados Unidos si trabajamos en generar esa productividad en esos productos que ya hoy en día tienen una ventaja comparativa revelada a Estados Unidos.

En el tema de migración, Colombia puede trabajar en proyectos y propuestas a Estados Unidos para poder hacer un proceso de desarrollo productivo en las regiones que invite a mantener a los colombianos y que genere un crecimiento económico en nuestro país, que ayude a ese proceso de disminuir la migración hacia Estados Unidos y trabajar de la mano para ese desarrollo económico y de oportunidades en Colombia, que dé beneficios para los dos países. Sobre todo en esa política de migración del presidente Trump.

Y en el tema de cultivos ilícitos, a pesar de que se tienen diferencias en los procesos, pues hay un tema en común y es el reducir los cultivos ilícitos. El cómo es donde va a haber una diferencia, y definitivamente creo que no es una diferencia menor, donde ahí podemos tener unas confrontaciones importantes entre los dos países.

SEMANA: En materia económica, ¿Cómo está viendo a Colombia?

M.C.L.: Un desafío enorme. Creo que tenemos un crecimiento que de una u otra forma va a ser positivo para este año que entra, pero, sin embargo, no podemos confundir ese crecimiento con uno disparejo que no genera las acciones necesarias para la inversión ni tampoco para el ingreso fiscal del país.

SEMANA: ¿Le preocupa ese gasto desmedido que ha tenido el gobierno en los últimos meses?

M.C.L.: Sin duda es de preocupación sobre todo porque hay una necesidad de reactivación, hay una necesidad de hacer una inherencia sobre los sectores productivos que jalonen el empleo y el crecimiento que se encadenan entre sí como es el caso de la infraestructura, la vivienda que definitivamente son sectores que no solamente generan un beneficio a corto plazo, sino también unos cimientos a largo plazo. En ese sentido, no se está haciendo esa inversión en sectores productivos, sino más en acciones de nómina y funcionamiento.

SEMANA: ¿Qué decir de las reformas del Gobierno que aún están en discusión en el Congreso?

M.C.L.: Hay un tema que va a ser importante para el 2025 y es cómo lograr generar confianza y certidumbre y definitivamente esas reformas que están en el Congreso generan mucha incertidumbre y desconfianza.

Uno, por los procesos que se están dando para lograr tenerlas y desarrollarlas y aprobarlas, que no necesariamente están trabajando en una acción de coordinación, de consenso entre todos los actores para lograr sacar las mejores reformas. Y segundo, el contenido mismo de las reformas. Por ejemplo, la reforma laboral no es una reforma que va a reducir la informalidad, que tanto es necesaria y reducible en Colombia, que genere empleo y que ayude a las micro y pequeñas empresas a desarrollar un crecimiento económico constante. Y en ese sentido mantiene una incertidumbre y una desconfianza que para el 2025 es indispensable, sobre todo en un contexto internacional de ajuste y de conflictos geopolíticos que afectan a Colombia.