POLÍTICA
Expresidente Álvaro Uribe le lanza recordatorio al presidente Petro: “gozó de nuestra seguridad democrática”
Ambos líderes se han reunido tres veces en los últimos seis meses.
Contrario a lo que se esperaba inicialmente, el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe han manejado una relación tranquila y respetuosa en estos seis meses de gobierno del Pacto Histórico.
En este tiempo, ambos líderes políticos han sostenido ya tres encuentros privados y han evitado las confrontaciones entre ellos. Uribe no se ha unido a la oposición feroz que han hecho algunos miembros del Centro Democrático y Petro, quien constantemente sostiene discusiones en redes sociales, se ha abstenido de criticar al expresidente.
No obstante, en medio de esta cordialidad en las relaciones, el expresidente Uribe aprovechó la inauguración de una sede el Centro Democrático en Cali para lanzarle hacerle un recordatorio a Petro: “gozó de nuestra seguridad democrática”.
El pronunciamiento lo hizo Uribe mientras recordaba los logros que obtuvo con su política de seguridad democrática que, según dijo, permitió proteger por igual a los seguidores de su gobierno y a la oposición.
Lo más leído
“El presidente actual, el doctor Gustavo Petro, gozó de nuestra seguridad democrática. No asesinaron a un solo líder de la oposición”, recordó Uribe, en referencia a que el actual presidente fue un opositor de su gobierno.
Uribe también rechazó las afirmaciones que señalan que la mayor parte de la responsabilidad por la violencia en Colombia la tiene el Estado.
“Ellos dicen que la culpa de toda la violencia que hay en Colombia la tiene el Estado, yo me permití escribir unos párrafos sobre los esfuerzos por la paz que hicieron todos los gobiernos desde el general Gustavo Rojas Pinilla, los Gobiernos hablaban de paz y los grupos criminales arreciaban la violencia”, apuntó el exmandatario.
Uribe también se refirió a uno de los episodios más cuestionados durante su gobierno: los falsos positivos.
“A mi me daba dificultad creer que alguien del Ejército pudiera cometer un abuso, sin embargo a tiempo se tomaron las medidas y tuve que desvincular a varios miembros de la Fuerza Pública, porque sus descuidos pudieron haber permitido los falsos positivos”, reveló el expresidente.
Relación Uribe-Petro
Hace seis meses nadie imaginaba que los dos líderes que en el pasado se habían lanzado improperios mutuamente ahora se hayan dado la mano en la Casa de Nariño para hablar de los temas del país.
El presidente Petro se había mostrado poco dispuesto a abrir las puertas de su despacho privado en la Casa de Nariño a los líderes políticos. Las relaciones con los partidos se las delegó al ministro del Interior, Alfonso Prada. El hecho de que Uribe sea uno de los pocos en gozar de este privilegio de estrechar directamente la mano del jefe de Estado responde a un clima de conciliación democrática y respeto institucional entre Gobierno y oposición, lo que ha permitido que ambos líderes se hayan podido sentar a conversar en tres oportunidades.
La interlocución que le ha dado Petro, ha significado para Uribe una bocanada de aire para empezar a restablecer su importancia política después de una campaña en la que fue de derrota tras derrota: su partido perdió la fuerza en el Congreso; su candidato presidencial, Óscar Iván Zuluaga, no llegó ni siquiera a primera vuelta y tuvo que guardar prudente silencio ante la posibilidad de que cualquier apoyo público que expresara terminara siendo un lastre para cualquier candidato, dada su situación judicial.
El exmandatario, además, muestra que está vigente de cara a las elecciones de 2023, en las que su partido espera recuperar el poder regional. Este tipo de escenarios le sirven a Uribe para mostrar que está dispuesto a seguir “trabajando por Colombia” y para que, como él mismo lo dijo, el actual Ejecutivo no siga la senda de la izquierda latinoamericana, sino el modelo europeo, donde tanto la derecha como la izquierda gobiernan con “equidistancia del centro”.
Para Petro, los encuentros con Uribe lo muestran como un estadista, un jefe de Estado dispuesto a conciliar y a lograr el gran acuerdo nacional que anunció mientras estaba en campaña. Pero, también, el mandatario sabe que apretar la mano del expresidente le sirve para calmar los ánimos de un sector de la sociedad que tiene temor ante las reformas que ha empezado a impulsar.