Política
Expresidente Iván Duque advierte que Gustavo Petro está “empezando a sentir tentaciones autoritarias” y pide proteger las instituciones
En entrevista con SEMANA, el exmandatario opinó sobre las declaraciones del presidente colombiano, en las que asegura ser el “jefe” del fiscal Francisco Barbosa.
SEMANA: El presidente Gustavo Petro dijo que era el jefe del fiscal Francisco Barbosa. ¿Qué le pareció?
Iván Duque (I. D.): Primero, me parece que hay un gran desconocimiento de la Constitución y de la ley. La Fiscalía es un ente autónomo, que tiene además una responsabilidad muy importante dentro de la justicia de nuestro país como ente investigador y ente acusador. Pretender convertir a la Fiscalía en un apéndice de la Presidencia y creer que el fiscal es un subalterno del presidente me parece que no solamente es un desconocimiento de la Constitución, sino que es una grave amenaza a la Constitución misma.
SEMANA: Usted dice que Gustavo Petro pretende ser “emperador”. ¿A qué se refiere?
I. D.: He visto en los últimos días unos pronunciamientos muy graves. Primero dice que a él lo eligió el pueblo y por eso el Congreso tiene que aprobar las reformas que él presenta. Al Congreso también lo eligió el pueblo y lo eligió para ser un contrapeso.
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El constituyente primario delega en el Congreso la discusión de la formulación de las leyes. Un presidente no puede pretender pasar por encima del Congreso ni imponer sus ideas o sus programas. Tienen que tener una discusión abierta e institucional.
Me preocupa también cuando hay discursos intimidatorios al Congreso, donde se amenaza, prácticamente con una incitación violenta al pueblo. Adicionalmente, es muy peligrosa la idea de creer que el fiscal es subalterno del presidente. No solamente por la gravedad inmediata de pretender intimidar a la Fiscalía, también sobre los riesgos que se ciernen en el país de cara a 2024, donde claramente queda abierta la intencionalidad de convertir a la Fiscalía en un apéndice de la Casa de Nariño.
SEMANA: ¿Qué le pareció la presencia de la guardia indígena frente al Congreso durante la discusión del Plan Nacional de Desarrollo?
I. D.: Ese ha sido el método de ellos durante mucho tiempo. Lo vimos durante mi gobierno, donde cada vez que querían generar disturbios, alteraciones del orden público, lo que trataban era buscar poner a la guardia indígena no solamente en tono amenazante, también tratar de propiciar confrontaciones entre ellos y la Fuerza Pública, para tratar de deslegitimar a la misma Fuerza Pública.
Creo que permitir que haya personas armadas con palos al frente del Congreso de la República con el argumento de presionar la aprobación de reformas es claramente la cuota inicial de lo que puede ser una grave amenaza contra las instituciones.
SEMANA: El fiscal Francisco Barbosa califica al presidente de “dictador”. ¿Cree que Petro es o será un dictador?
I. D.: Todo aquel que pretenda desconocer la separación de poderes y la autonomía de los entes de control está empezando a sentir tentaciones autoritarias que se pueden convertir en amenazas institucionales. Por eso celebro que hoy la Corte Suprema de Justicia misma, que eligió al fiscal, le haya hecho saber al presidente que él no está por encima ni de la Constitución, ni de la ley, ni mucho menos de las instituciones.
SEMANA: ¿Cree que Petro intentará reelegirse o encontrar la forma de perpetuarse en el poder?
I. D.: Nadie se puede reelegir a las malas en Colombia, salvo que sea a través de un golpe de Estado. Hoy no hay reelección en Colombia y la única forma de establecerla es a través de un referendo o de una asamblea constituyente. Así quedó establecida nuestra carta política. A las malas nadie puede reelegirse.
Creo, además, que, como están dadas las cosas, debe dar un claro respeto a la institucionalidad porque a nosotros nos eligieron para cumplir un período constitucional. Considero que hoy, al estar prohibida la reelección y teniendo toda esa dificultad para restablecerla, lo que tiene que imperar es el cumplimiento de un programa de gobierno para el período para el cual fue elegido un gobernante. Espero que esa no sea la tentación que esté en la cabeza del presidente.
SEMANA: ¿Qué le espera a la división de poderes en Colombia en lo que queda del Gobierno Petro?
I. D.: Las instituciones tienen que mostrar su solidez. El Congreso tiene que mostrar su solidez y su independencia, lo mismo la rama judicial y lo mismo los organismos de control. Yo pienso que la labor que ha cumplido el fiscal Barbosa ha sido clave defendiendo la institucionalidad. La que han cumplido también los partidos políticos, evitando que se estatice el sistema de salud. Ha sido importante. Me parece también la función que juegan otros órganos de control. Todos están haciendo su papel constitucional. Por lo tanto, todo lo que tienen que seguir adelantando es una defensa irrestricta de la Carta Política y dejándole claro al presidente de la República que no puede ni intimidar, ni amenazar y que el espíritu de ser jefe de Estado es para desarrollar el principio de colaboración armónica entre poderes.
SEMANA: ¿Los presidentes podrían ser los jefes administrativos, políticos o presupuestales de los fiscales? ¿Cree que hay jerarquías en ese relacionamiento?
I. D.: Cuando uno ve cómo se pretende convertir al fiscal en un subalterno, la preocupación está dada en cómo va a ser la idea de la próxima elección del fiscal. Van a buscar un subalterno. Creo que eso no puede ocurrir y por eso esperamos que la Corte Suprema de Justicia no solo tenga su solidez, sino su posición clara y diáfana de que no va a permitir que quien sea elegido por ellos termine siendo correveidile del Poder Ejecutivo.
SEMANA: Desde el petrismo dicen que usted era el jefe del fiscal Francisco Barbosa. ¿Usted lo era?
I. D.: Primero, esa es una reacción casi que infantil porque al fiscal Barbosa no solamente siempre le respeté su autonomía, sino su independencia como cabeza del ente acusador e investigador de nuestro país. Mantuvimos siempre la colaboración armónica entre poderes.
Trabajé con tres fiscales. Con uno que fue elegido durante el gobierno de Juan Manuel Santos, que fue el fiscal Néstor Humberto Martínez. Con un fiscal interino como Fabio Espitia, que estuvo cerca de ocho meses, y con el fiscal Francisco Barbosa. Jamás pretendí darle una orden ni creer que ellos eran subalternos del presidente.
Trabajamos con ellos defendiendo la institucionalidad, luchando contra el narcotráfico, haciendo todo lo posible por cumplir las órdenes de captura contra criminales y jamás tuvimos ninguna disputa porque nunca fue una intención de nuestro gobierno proteger criminales.
SEMANA: ¿Qué opina sobre el revolcón del Gobierno Petro, que resultó en la salida de varios ministros?
I. D.: Yo opino que cambiar trece ministros en menos de un año es un mal presagio en el sentido en el que se pierde el orden, se pierde tiempo, se pierde gerencia y se pierden prioridades. Obviamente, todos queremos que al país le vaya bien y los colombianos queremos que al Gobierno le vaya bien, pero a un gobierno no le irá bien si lo que quiere es llenarse de ideología y de prejuicios, sobre todo creyendo que su labor es imponerle al país una forma de pensar.
El presidente de la República ganó las elecciones con un margen muy estrecho y el país necesita que al interior de las instituciones haya concertación sin presiones. Lo que se busca de un gabinete es que ayude a integrar y no que terminen siendo simplemente consuetas de prejuicios ideológicos.
SEMANA: Surgió una conversación alrededor de la expropiación en el país y, al parecer, un artículo del Plan Nacional de Desarrollo contendría una puerta de entrada a esta medida. ¿Qué opina?
I. D.: Nosotros, en nuestro gobierno, logramos prácticamente otorgar más de 50.000 títulos de propiedad, siendo una cifra récord en un gobierno. Nosotros logramos incorporar básicamente el 80 % de lo que tiene el Fondo de Tierras. Incorporamos cientos de miles de hectáreas y lo hicimos sin ningún tipo de expropiación, ni tratando de minar la propiedad privada, ni tratando de intimidar, ni tratando de buscar normas donde se busque amenazar la propiedad privada. Permitir una expropiación exprés se convierte en una forma de intimidar a quienes están adelantando actividades productivas y, aún más grave, se convierte en un disuasor para la movilización de inversión en el campo.
SEMANA: ¿La propiedad privada está en riesgo?
I. D.: Yo por eso creo que debe haber suficientes aclaraciones, pero además espero que la Corte Constitucional deje absolutamente claro que la expropiación no puede ser una política pública o un mecanismo de amenaza a quienes mueven capital, inversión y generan empleo en las zonas rurales.