Política
Gobierno Petro no la tiene fácil en la nueva legislatura del Congreso: hay tensión, las reformas no están listas y los partidos alistan una coalición en contra
La aplanadora del primer semestre legislativo se descompuso y la Casa de Nariño depende del voto al menudeo para tratar de salvar los polémicos proyectos.
Este jueves 20 de julio inicia una nueva legislatura en el Congreso de la República tras un breve receso legislativo. El semestre pasado terminó en el peor de los escenarios para el presidente Gustavo Petro, con una reforma hundida, dos estancadas y una coalición quebrantada. Al parecer, el Gobierno no aprovechó el tiempo de descanso y, en vez de mejorar el panorama, llega con pocas armas a una situación aún más desfavorable.
La coalición que logró el presidente Gustavo Petro al inicio de su administración fue considerada por muchos como una hazaña. No solo tenía mayorías, sino una verdadera aplanadora, conformada por las bancadas más cuantiosas y con solo un partido en oposición.
En principio, el Gobierno tenía los votos de 77 senadores y 124 representantes, incluyendo los partidos Conservador, Liberal, La U y Alianza Verde. Cambio Radical se ubicó en la independencia y el Centro Democrático estaba solo en la oposición.
Este panorama hizo que el primer semestre del periodo legislativo fuera productivo, aprobando en tiempo récord el Acuerdo de Escazú, una ambiciosa reforma tributaria y la primera ley de ‘paz total’. El fin de la coalición ocurrió más pronto de lo esperado, cuando el Gobierno dejó la moderación a un lado.
A finales de 2022, el rumor de las reformas sociales comenzaba a afectar el relacionamiento del Gobierno y los líderes de los partidos. La reforma a la salud, que traía consigo un nuevo sistema, sin prever detalles técnicos, sin transición y sin anestesia, se convirtió en la piedra de la discordia con los partidos tradicionales.
Hubo reuniones, mesas de trabajo y comunicaciones entre los equipos técnicos del Gobierno y César Gaviria, Dilian Francisca Toro y Efraín Cepeda, de los partidos Liberal, Conservador y La U. Nada de esto rindió frutos, dado que nunca hubo intenciones de cambiar el grueso de la reforma.
Fue ahí donde el presidente declaró el fin de la coalición y la reforma se convirtió en un cuadrilátero político. En los primeros meses del último semestre de la legislatura se desató una guerra entre el Gobierno y los partidos. Los líderes pedían no respaldar la iniciativa, pero el Ejecutivo lograba persuadir a través del ‘menudeo’ de congresistas de las diferentes colectividades.
La batalla se trasladó a las reformas a las pensiones y laboral. La constante ofensiva trajo desgaste, división y hostilidad por parte del presidente Gustavo Petro, quien advirtió que el hundimiento de las reformas implicaría una fuerte conmoción social.
“Las reformas pueden llevar a una revolución. El intento de coartar las reformas puede llevar a una revolución. Lo que se necesita de cualquier manera es que el pueblo esté movilizado como lo estuvo con Bolívar, con Melo, con López Pumarejo y Gaitán”, dijo el presidente en uno de sus discursos.
Al final, a pesar de las maniobras, el Congreso le cobró caro al presidente. Las reformas a la salud y pensional se estancaron en segundo debate y la laboral se hundió en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes. El último golpe, al cierre de la legislatura, fue el hundimiento de la legalización del cannabis en octavo debate.
¿El presidente tiene las de perder?
Desde el Pacto Histórico y sectores afines le piden al presidente Gustavo Petro repensar su estrategia y reconstruir la coalición oficialista, que necesita matemáticamente para destrabar las reformas. Hasta el momento, poco se ha sabido de acercamientos o reconciliaciones con los líderes de los partidos.
Por otro lado, el menudeo sigue ocurriendo, con excepciones dentro de los partidos que apoyan al Gobierno y están comprometidos con ayudar a impulsar las reformas. Sin embargo, como se probó el semestre pasado, no será suficiente.
El primer acontecimiento que hace que el presidente tenga las de perder en este semestre es que los líderes tradicionales podrían explorar una coalición entre ellos, con el fin de plantear iniciativas y reformas que, en su concepto, resolverían los problemas de los colombianos.
César Gaviria, líder del Partido Liberal, ya comenzó. Junto con un equipo técnico, congresistas y sus asesores, construyó una reforma a la salud con ajustes precisos y moderados al sistema, con el fin de mejorarlo sin destruirlo.
“Queremos que le vaya bien al país, no estamos interesados en peleas con Petro. Nos interesa proponer y conciliar una agenda legislativa de reformas sociales que se necesitan de manera urgente. El Partido Liberal no está interesado en reyertas y políticas al menudeo, sino en proponer una agenda legislativa que traiga beneficios a los colombianos. No vamos a permitir que se arrase con lo construido durante los últimos 30 años”, le dijo el expresidente Gaviria a SEMANA.
En segundo lugar, las elecciones territoriales ocuparán a los congresistas en asuntos regionales de avales, apoyo y campaña a candidatos afines. Esto le restará tiempo y atención a la agenda legislativa, que pasará a segundo plano entre las prioridades de los parlamentarios.
Además, con la impopularidad del presidente Gustavo Petro, los políticos podrían decidir tomar distancia del mandatario, lo cual resta aún más los respaldos y lo deja aún más solo ante la opinión pública.
Las reformas no están listas
Otro detalle que nubla aún más el panorama del próximo semestre es que aún no están listas las reformas a radicar, demora que el semestre anterior retrasó el debate por varias semanas. La reforma a la educación superior, que el presidente requiere para el mismo 20 de julio, aún no tiene borrador y los rectores de las universidades piden conocer los detalles con urgencia.
“Necesitamos más tiempo. No existe un documento ante el sector y la opinión pública para conocer los argumentos. Lo que conocemos son las asambleas que el Ministerio ha coordinado nacionalmente. Nadie conoce detalles”, manifestó Jairo Torres, rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE), a SEMANA.
“El 31 de julio tenemos una reunión muy importante con el superintendente para revisar los aportes de cada lado. (...) Tengo que decir algo claro, no se tendrá lista la ley hasta que no se termine este proceso”, informó Sánchez a este medio.
Frente a la reforma laboral, que se hundió el semestre pasado, no se conoce una fecha para su radicación.
El Gobierno empezará una legislatura con un panorama desfavorable, distinto al que vivió al principio del mandato. Al parecer, el receso legislativo no fue suficiente tiempo para lograr consensos necesarios para destrabar el paquete de reformas con el que se materializará el cambio que Petro prometió en campaña.