Política
Gobierno quiere abrir 10 embajadas en 2024: reactivarían membresía en Unasur
La Cancillería le pidió fondos al Congreso para habilitar esas misiones diplomáticas el próximo año.
El Gobierno de Gustavo Petro ya tiene listos los preparativos para abrir más embajadas de Colombia ante el mundo, con el objetivo de ampliar la representación diplomática del país (y, por tanto, las relaciones bilaterales) con un nuevo grupo de Estados.
La Cancillería está buscando abrir 10 nuevas embajadas y entrar nuevamente a la Unasur. Al menos entre los documentos que han llegado al Congreso, aún no se han concretado cuáles son los diez países en los que se habilitarán esas misiones diplomáticas.
Lo cierto es que el foco del presidente Petro ha sido activar las relaciones bilaterales con países de África y el Caribe con los que antes no se había explorado la relación bilateral. De hecho, los viajes de la vicepresidenta y ministra de la Igualdad, Francia Márquez, a África han perseguido ese objetivo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores le dijo al Congreso que necesita que se apruebe un presupuesto de $15.650.605.624 dentro del concepto de “necesidades de gastos de funcionamiento” para la apertura programada de esas 10 embajadas.
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Ese no es el único requerimiento extra en asuntos de presupuesto que le hizo la Cancillería al Legislativo, porque también necesitan $2.000.000.000 para pagar la cuota del reingreso de Colombia a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El Estado se había retirado de esa organización multilateral el 27 de agosto de 2018, al comienzo del Gobierno de Iván Duque, pero desde mayo de este año el presidente Petro anunció el reintegro del país a la Unasur.
La cuestión es que retornar a ese mecanismo de cooperación regional requiere financiación y tiempo. Por eso, se tuvo que esperar a tramitar un nuevo presupuesto para que el ya anunciado regreso de Colombia a la Unasur pueda concretarse.
“Dentro de las necesidades de gastos de funcionamiento se incluyó la suma de ($15.650.650.624) correspondientes a los gastos relacionados con la apertura programada de 10 embajadas en el exterior durante el año 2024, así como la suma de $2.000.000.000 correspondiente a la cuota de Unasur por el reingreso de Colombia SOS”, se lee en el documento que le hizo llegar la Cancillería al Congreso y que está firmado por el secretario general de ese despacho, José Antonio Salazar Ramírez.
Si ese monto se suma a los otros gastos de funcionamiento que tiene contemplado el Ministerio de Relaciones Exteriores para 2024, las necesidades de presupuesto para el próximo año llegan a los $875.157.072.990.
Ese tema se iba a abordar el martes, en las sesiones económicas conjuntas del Senado y la Cámara de Representantes, pero la cita terminó aplazándose porque el directamente implicado en la discusión, el canciller Álvaro Leyva, estaba en Estados Unidos en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Por estos días las comisiones del Congreso vienen estudiando los presupuestos que tendrán los ministerios del Gobierno Nacional en 2023. Ese trámite debe surtirse antes de que termine octubre y está en el centro de la agenda de la Casa de Nariño.
¿Colombia necesita más embajadas?
La representante a la Cámara, Juana Carolina Londoño, llamó la atención sobre que “no es necesario tener 10 nuevas embajadas si no hay directrices claras para los funcionarios y menos aún si gran parte de esa propuesta de nuevas Embajadas en el 2024 se piensan ubicar en África, donde ya Colombia tiene representación diplomática en Sudáfrica, Egipto, Kenia y Marruecos”.
La petición que hace la congresista es que “es más estratégico, desde el relacionamiento comercial, si se abren una o dos oficinas de Pro Colombia que cubran los principales puntos estratégicos para desarrollar actividades inherentes a apertura y fortalecimiento de procesos de intercambio comercial”.
Los congresistas están revisando cada una de las 22 páginas del documento sobre presupuesto que llegó a las Comisiones Segundas del Legislativo. El interrogante que tiene indecisos a los legisladores sobre si apoyar, o no, la apertura de las nuevas representaciones diplomáticas con más presupuesto para la Cancillería tiene que ver con analizar si esas determinaciones son ideológicas o si, efectivamente, son una necesidad del Estado colombiano.
Y es que cuando Colombia salió de Unasur entró a Prosur, una instancia regional que perseguía objetivos semejantes, pero que aglutinaba a gobiernos cercanos a la derecha y a la centroderecha. Ahora, en medio de una administración de izquierda, el interés de la Casa de Nariño es retornar a Unasur.
Desde el Congreso dejan un duro interrogante: ¿retomar la participación en Unasur está persiguiendo fines ideológicos o responde al ánimo de aprovechar el espacio de interlocución?