Política
Gustavo Petro anunció instalación de diálogos de paz con el sanguinario Clan del Golfo: buscará sometimiento a la justicia
Las conversaciones serán “sociojurídicas”, según un documento firmado por el presidente.
De manera sorpresiva, y pese a que recientemente el sanguinario Clan del Golfo ha endurecido las acciones criminales en varias regiones del país, el presidente, Gustavo Petro, firmó la resolución con la que permite la instalación de los diálogos de paz con este grupo al margen de la ley.
Se trata del documento 257, el cual tiene la firma del jefe de Estado, en el cual el Gobierno nacional del cambio buscará un sometimiento a la justicia de los integrantes de ese grupo terrorista.
“Autorizar la instalación de un Espacio de Conversación Sociojurídico entre los representantes autorizados del Gobierno Nacional y los miembros representantes de la Estructura Armada Organizada de Crimen de Alto Impacto, Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). El Espacio de Conversación Sociojurídico estará dirigido a verificar la voluntad de transitar hacia el Estado de Derecho, fijar los términos de sometimiento a la justicia en los términos permitidos en la Ley”, dice uno de los apartes de la resolución.
Y agrega en otro de los artículos: “Designar al señor Álvaro Jiménez Millán como coordinador representante del Gobierno nacional en el Espacio de Conversación Sociojurídico con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia”.
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“El coordinador designado está facultado para realizar todos los actos necesarios y tendientes a entablar conversaciones sociojurídicas con la mencionada Estructura Armada Organizada de Crimen de Alto Impacto, verificar su voluntad de transitar al Estado de Derecho y fijar los términos de sometimiento a la justicia en los términos permitidos en la Ley”, agrega la comunicación.
Sin embargo, el Clan del Golfo tiene el afán de reclutar a millonarios empresarios para darles apariencia de legalidad a sus finanzas, mientras le pide al Gobierno una oportunidad para negociar la paz. SEMANA revela los secretos de la compañía criminal, compuesta por traquetos, abogados, contadores y servidores públicos, que está desafiando al Estado colombiano.
Hoy es un secreto la fortuna que tiene este grupo, pero informes de inteligencia del Ejército y la Policía reseñan que es superior a la de cualquier unidad armada del país. “Muchas organizaciones soñarían con tener la poderosa estructura de las AGC”, reconoció uno de los nueve investigadores judiciales consultados para este informe.
Es una especie de multinacional que expande su franquicia desde el Urabá antioqueño por los rincones del mundo. Sus integrantes se han hecho ricos intoxicando las calles con drogas, arrancando el oro de las montañas, aprovechándose del drama de los migrantes y cobrando extorsiones. Son miles de millones de dólares los que mueven al año.
Las matemáticas de los narcotraficantes son calculadas por profesionales y, supuestamente, orientadas por empleados estatales. “Lo que buscan es la fórmula para legalizar todas las ganancias que tienen y pasar desapercibidos ante las autoridades”, afirmó otro de los uniformados que tiene la lupa puesta sobre los movimientos ilícitos. Una vez el Clan del Golfo cumple con sus tareas, recibe el pago de múltiples maneras: dinero en efectivo, armamento, transferencias bancarias y activos digitales, como criptomonedas. De esto, una cantidad considerable llega a Colombia, pero otra permanece en paraísos fiscales distribuidos a lo largo y ancho del planeta.
La misión de los cabecillas es que la plata se mueva en el mercado nacional. “Buscan a familiares, amantes y socios para lavar los activos”, comentó un oficial del Ejército. La orden es que inviertan en empresas de papel, sean accionistas de compañías de transporte, sumen billetes a proyectos inmobiliarios y negocien con el oro para justificar la riqueza.
Una de las preocupaciones es que hay una campaña para infiltrar negocios legales. “Ellos están rastreando a personas con una capacidad económica importante que, al inyectarles lo ilícito, no llamen la atención de nosotros”, señaló un detective de investigación criminal. Los candidatos a testaferros son buscados en exclusivas fiestas de Bogotá y Medellín.
Finalmente, el hallazgo más reciente de Agamenón, la operación policial que busca desmantelar al Clan del Golfo, es que los delincuentes están aceptando los pagos a través de mercancías que llegan de países asiáticos. Es decir, se están comercializando electrodomésticos, juguetes y ropa manchada con el narcotráfico, trata de personas y minería ilegal.