Política
Sin que se haya conocido dictamen de Medicina Legal, presidente Gustavo Petro volvió a hablar de suicidio en el caso del coronel Óscar Dávila
Luego de acompañar a su familia, el mandatario espera que las autoridades busquen las causas del presunto suicidio del coronel, quien era una pieza clave en el escándalo de las chuzadas.
El presidente de la República, Gustavo Petro, dio a conocer detalles del encuentro que tuvo con la familia del coronel Óscar Dávila, quien presuntamente se habría suicidado en medio del escándalo de las interceptaciones telefónicas de su Gobierno.
“Estuve con la familia del coronel Dávila hablando sobre su vida. Oficial con una carrera brillante, consideró que lo mejor que le había pasado era ingresar al servicio policial de la Presidencia. Ojalá la investigación judicial busque las causas de su suicidio. Por qué se sintió tan acorralado como para llegar a tan terrible decisión”, indicó el jefe de Estado.
En la tarde del pasado 9 de junio, el país se sorprendió con la inesperada muerte del coronel de la Policía Óscar Dávila Torres, una de las personas investigadas por el escándalo del uso del polígrafo e interceptaciones telefónicas por parte de miembros del Gobierno contra dos exempleadas de la antigua jefa del Gabinete, Laura Sarabia.
Según la información que se conoce, el coronel murió en la calle 22 Bis #48-40 en la localidad de Teusaquillo, Bogotá. En ese momento, según las primeras versiones, iba acompañado de su escolta, se detuvo en el carro y le pidió a su hombre de seguridad que le comprara una botella de agua. Al regresar, se encontró con el coronel sin vida por impacto de bala. Las primeras versiones hablan de un suicidio.
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Dávila figuraba como el jefe de la Sala de Anticipación, encargada de la seguridad del presidente de la República, Gustavo Petro. En ese orden de ideas, el coronel habría sido –luego de ser ordenado por sus superiores– el responsable de recuperar el dinero del maletín extraviado en el domicilio de Sarabia. Para ello, dispuso del uso del polígrafo con la exniñera Marelbys Meza para determinar si ella sabía quién lo había hecho.
La oficina en cuestión está ubicada en el piso 13 del edificio de la Dian y estaba a cargo de Dávila. En su interior hay equipos de inteligencia proporcionados del extranjero que permiten el monitoreo de equipos de comunicaciones por medio de algoritmos que detectan palabras clave en las conversaciones interceptadas.
Allí fue sacada la copia espejo del celular de Meza. Esa unidad está autorizada para hacer registros y todo tipo de actividades de “inteligencia preventiva” para evitar atentados o ataques al presidente. Antes de ser elegido como una de las piezas fundamentales del esquema de seguridad del jefe de Estado, el coronel Dávila era el jefe de las Comisiones Investigativas contra el Crimen Organizado (Cicor), las cuales corresponden a unidades de la Policía distribuidas en el país en materia de persecución de objetivos de alto valor.
El coronel Dávila obedecía órdenes directas del jefe de la Casa Militar de la Presidencia, el también coronel Carlos Feria, quien ha sido cercano al presidente Petro desde que fue el encargado de su seguridad cuando estaba en la Alcaldía hace aproximadamente una década.
Justamente, el Cicor n.º 6, con sede en Medellín, es el encargado de la persecución al Clan del Golfo en la región de Urabá, donde operaba Wílmer Antonio Giraldo, alias Siopas, uno de los cabecillas de la organización criminal y heredero del otro narcotraficante Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel.
A esa unidad de Comisión Investigativa solicitó la Policía Judicial interceptar los teléfonos de Meza y otra empleada llamada Fabiola. El propósito de esta chuzada, según lo expuesto por el fiscal general Francisco Barbosa, radicó en que una fuente humana de alta confianza había advertido la necesidad de interceptar las comunicaciones de las dos mujeres, vinculándolas con la banda de Siopas. Es decir, bajo el argumento de atacar a la organización criminal, se habría justificado la interceptación de las dos mujeres, a quienes las pusieron como alias La Niñera y La Madrina.
Luego que el escándalo estallara por las revelaciones de Meza en SEMANA, las investigaciones por parte de las autoridades iniciaron, sumado a las salidas de Laura Sarabia y Armando Benedetti (exembajador de Colombia en Venezuela). De ese modo, el coronel Dávila le habría enviado el 2 de junio una carta al fiscal general para disponer de un interrogatorio en el cual pudiese revelar todo lo que sabía. Sin embargo, y en extrañas circunstancias, siete días después el coronel se habría suicidado y la importante entrevista no se dio.