Política
“Gustavo Petro quiere entregar la soberanía energética del país a Venezuela”: Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas
En conversación con SEMANA, el líder gremial explotó contra la política en hidrocarburos, la reforma tributaria y los acercamientos del Gobierno con Nicolás Maduro.
En los próximos días, el centro de convenciones Ágora de Bogotá será anfitrión de la V Cumbre del Petróleo, Gas y Energía, la cual reunirá a empresarios, expertos y funcionarios del Gobierno para hablar sobre el futuro del sector energético y los retos de los años a venir.
Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), será quien represente a la industria en el evento. En conversación con SEMANA, el líder gremial habló sobre la importancia de la cumbre, los retos del sector y la incertidumbre de cara a los próximos cuatro años de mandato del presidente Gustavo Petro.
SEMANA: ¿Qué temas quiere poner sobre la mesa el sector energético con la V Cumbre del Petróleo, Gas y Energía?
Francisco Lloreda (F. L.): Difícil un mejor momento para adelantar la Cumbre del Petróleo, Gas y Energía aquí en Colombia. Momentos en que a nivel internacional los países propenden por la seguridad energética, en el caso de Colombia pareciese propenderse por la inseguridad energética. Por destruir la industria de petróleo y gas en nuestro país. Entonces, difícil un mejor momento para que se dé esa discusión.
SEMANA: ¿Cuáles son las principales preocupaciones que buscan ventilar durante la cumbre?
F. L.: Los puntos más importantes de la industria en este momento tienen que ver con la política energética y la política fiscal. Tienen que ver con la decisión del Gobierno de detener la dinámica exploratoria de petróleo y gas, y una reforma tributaria que asfixia a las empresas. Eso, desde el punto de vista de política pública a nivel nacional. Ahora bien, lo que busca la cumbre es propiciar una discusión sobre geopolítica, transición energética y seguridad energética.
Para ello, contempla distintas actividades, una agenda académica con más de 300 conferencistas invitados, una agenda técnica que abordará principalmente los temas de innovación y avances tecnológicos de la industria y una feria empresarial, entre otros.
Por eso, indico que difícil un mejor momento para realizar esta cumbre porque coincide con una discusión, no solo global, sino nacional, sobre el petróleo, el gas y la energía.
SEMANA: Usted habla sobre transición energética, una bandera del Gobierno. ¿Cómo ve el avance hacia energías limpias y las expectativas del presidente en esta materia?
F. L.: Primero, señalar que Colombia requiere, no solo una transición energética, sino una transición macroeconómica, fiscal y de regalías, así como una transición productiva y laboral. Sobre esto se han pronunciado el ministro de Hacienda, la ministra de Minas y Energía, y lo hemos hecho nosotros.
Es decir, al tiempo en que se tienen en cuenta los desafíos del país en materia energética, es necesario entender cuáles son los tiempos que va a requerir Colombia. No solo para diversificar sus exportaciones, sino para encontrar la fuente sustituta de ingresos a nivel nacional y de regalías para las regiones que hoy en día aporta la industria.
SEMANA: Además, se deben tener en cuenta las necesidades energéticas del país...
F. L.: En Colombia se habla de transición energética, a veces, con mucha ligereza. Digo ligereza porque Colombia es un país que cuenta ya no solo con una matriz eléctrica que es limpia, sino que el principal desafío desde el punto de vista energético está, no en la oferta, sino en la demanda. Es decir, en el consumo.
Si Colombia quiere avanzar hacia una transición más allá de impulsar distintas fuentes de energía, como la eólica y la solar, lo que tiene que hacer es avanzar hacia una transformación del parque automotor en Colombia.
Sobre este particular, es muy poco lo que se escucha del Gobierno nacional. La pregunta que surge es cuánto tiempo le va a tomar a Colombia, no solo transformar el parque automotor, sino cómo se hará, cuánto cuesta y cómo se paga. Se habla de transición energética con ligereza.
SEMANA: ¿Qué opina de la nueva postura del Gobierno frente a la exploración y explotación? Ahora abre la puerta a suscribir nuevos contratos, si es necesario, para garantizar suficiencia.
F. L.: No es claro que esos anuncios busquen, en realidad, impulsar la actividad exploratoria en Colombia. Parecieran ser unos anuncios para tratar de calmar los mercados internacionales y lo digo porque no es claro qué más necesita el Gobierno para entender que Colombia no debe detener la dinámica exploratoria cuando las reservas de petróleo y gas del país son tan limitadas.
Cuando es evidente que la transición económica, fiscal, de regalías y productiva del país, y la misma transición energética, no es cuestión de años, sino que es cuestión de décadas. Si Colombia realmente quiere mantener la autosuficiencia de petróleo y gas, no es tan difícil concluir que se van a requerir nuevos contratos de exploración de petróleo y gas.
Esto me lleva a pensar que al interior del Gobierno hay un dilema. Es que, siendo conscientes de que es necesario, dado que es una promesa de campaña, el presidente de la República no admite que sí se requiere exploración en Colombia.
Ojalá esos anuncios se traduzcan en decisiones concretas, no solo de nueva contratación de parte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, sino también de Ecopetrol. De no ser así, lo que vamos a ver en los años venideros es un desastre. No solo desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista ambiental y social en el país.
SEMANA: Hoy seguramente se aprueba la reforma tributaria. ¿Cómo se sienten con la carga impositiva para el sector? ¿Se han acogido sus propuestas?
F. L.: Si lo que el Gobierno quiere es marchitar la industria del petróleo y gas, empezando por ahuyentar la inversión extranjera y a las empresas privadas, la reforma tributaria es perfecta como está planteada. Esta reforma no contempla ningún alivio, esta reforma incrementa la carga fiscal de un 65 % a un 85 %, lo cual convierte a Colombia en un país no competitivo en la región, donde la carga fiscal ronda el 50 %.
Es evidente que, con esa combinación de no permitirles a las empresas deducir lo que pagan por regalías y una sobretasa en renta que está estructurada para aplicar una tarifa del 15 %, a lo que conduce es al marchitamiento acelerado de la industria.
Esto no solo lo decimos nosotros. El último informe de Fedesarrollo es absolutamente claro al respecto. Incluso, señala que, de aprobarse la reforma tributaria como está, a la vuelta de diez años, Colombia estará produciendo entre 350 mil y 450 mil barriles menos. ¿Eso es lo que quieren de la industria del petróleo y gas en Colombia? Creería que no. Ojalá se entienda que es un absurdo, que es no pegarse un tiro en el pie, sino un tiro en la sien, y que se reconsidere.
SEMANA: ¿Qué opina sobre lo que dijo el Comité Autónomo de la Regla Fiscal?
F. L.: Ha encendido las alarmas. Ha señalado no solo el marchitamiento de la industria con la política gaseosa en materia de exploración y la reforma tributaria como está planteada, a lo que conduce es a que Colombia, en el mediano plazo, no cuente con los recursos para poder ser sostenible fiscalmente y para pagar sus obligaciones crediticias en el exterior.
SEMANA: En la declaración conjunta, firmada por Gustavo Petro y Nicolás Maduro, ambos países se comprometen a establecer mesas de trabajo para explorar “complementariedad” en minas y energía. ¿Qué opina?
F. L.: Las cosas se cuentan solas, es solo saber mirar. Es claro, desde el primer día, que el presidente Gustavo Petro quiere entregar la soberanía energética del país a Venezuela. Desde el primer día se ha hablado de la importación de gas de Venezuela, cuando Colombia tiene gas. Cuando uno lee entre líneas ese acuerdo, una cosa es la complementariedad, válido.
Nosotros contamos con una planta de regasificación, en caso de requerir importar gas, de ser insuficiente el nacional, pero sí pareciera que hay un propósito de marchitar la industria en Colombia y depender en materia de hidrocarburos de Venezuela.
A mí no me cabe la menor duda de que esa es la agenda del Gobierno nacional. Ojalá los colombianos evitemos que eso ocurra. Eso convertiría a Colombia en un país satélite de Venezuela.