ENTREVISTA
Hija de Jorge Eliécer Gaitán se despacha contra Petro: “Hay un narcisismo muy grande. No alcanza a despertar la pasión de mi padre”
Gloria Gaitán Jaramillo, hija del caudillo liberal, habló en SEMANA sobre sus preocupaciones frente al Gobierno y de la posible “venganza” del presidente por sus críticas.
SEMANA: ¿Por qué le molesta cuando el presidente Gustavo Petro une los legados de Jorge Eliécer Gaitán y Alfonso López Pumarejo en su discurso del primero de mayo?
Gloria Gaitán (G. G.): En Colombia ya no hay clases de historia y la gente entonces no sabe qué sucedió cuando Alfonso López Pumarejo, quien es el único presidente en Colombia que se cayó de la Presidencia por corrupto y asesino. La gente ya no sabe. Mi padre, que tuvo como lema de lucha la restauración moral de la República, que era su lema de batalla, detestaba la hipocresía y la doble faz de López. Hay un discurso de él, en uno de los famosos viernes culturales que él hacía, donde habla del mal uso de la palabra “revolución”, refiriéndose justamente a la Revolución en Marcha. Decía que era una revolución de papel y cartulina, que era falsa.
SEMANA: En su carta dice que, con el discurso, el presidente Petro quiere “mermarle” la grandeza a Gaitán para sobresalir.
G. G.: Me han preocupado los discursos de Petro, no en su contenido, sino en la manera en la que los pronuncia. Es decir, lo que dice no le sale del corazón. Es una cosa muy meditada. El discurso que pronunció en el Parlamento español es un claro ejemplo que es de una frialdad total para enaltecerse. Con sus discursos, lo que está haciéndose es un pedestal, y eso que sus ideas son plausibles. Cuando no está involucrada la emoción, el corazón y la vida en un proyecto, pues termina uno, como lo dijo en campaña, pensando que en política todo se vale. Eso no lo puede aceptar un gaitanista, porque el lema de mi papá era la restauración moral y democrática de la República. Le ponía un interés inmenso, una importancia grandísima, a la ética. No es fácil gobernar, sobre todo si se quiere realmente el cambio. Cuando uno está dispuesto a estar en un pedestal y hacer cualquier concesión, eso es peligroso.
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SEMANA: Como para usted López Pumarejo es una farsa, ¿es Gustavo Petro una farsa?
G. G.: No me atrevería a decir eso. Sería muy atrevida, porque todavía no he visto suficiente gobierno de Petro. Lo único que me preocupa es su insistencia sobre López Pumarejo, es su ídolo y su héroe nacional. Esa es la persona más repugnante que ha tenido la política colombiana. Mi papá combatió la Revolución en Marcha duramente en el Congreso.
SEMANA: ¿Petro será capaz de llevar a cabo los cambios que se esperaban de un líder como Jorge Eliécer Gaitán?
G. G.: El temperamento, la cultura de una persona y la constitución psicológica, según nos ha enseñado la neurociencia, van por encima de las ideas y la razón. La emoción es la que nos hace actuar y la razón se entera, según se ha podido demostrar, tres segundos o cuatro después de que nosotros comenzamos a actuar. Al analizar a una persona, no solamente debe uno fijarse en lo que piensa, sino en lo que siente. En cómo es su constitución psicológica.
¿Cómo es la constitución psicológica de Petro? Petro es un solitario, una persona que no tiene compinches en su lucha. No digo compinches en el mal sentido, sino ‘panas’. No hay aliados ni escucha a nadie. Actúa solo y es introvertido, preocupantemente introvertido. Con él no se puede dialogar. No digo criticar, eso mucho menos, pero ni siquiera se pueden aportar ideas que no correspondan a lo que él piensa. Él no habla, está solo con sus libros porque es un gran lector. Como es tan introvertido, es muy difícil saber cuál es su constitución psicológica, fuerte de que es un hombre muy aislado e introvertido que no tiene ninguna inteligencia emocional. No le importa, siente o sabe qué piensan los demás.
La clave de Gaitán era que estudió deliberadamente psicología y psiquiatría para entender la psicología colectiva. Decía: “Yo no soy yo, personalmente. Soy un pueblo que se sigue a sí mismo porque me sigue a mí, que lo he interpretado”. La pregunta que hay que hacerse es: ¿Petro interpreta al pueblo? No lo sé porque es tan hermético que no tengo capacidad para lanzar propuestas en cuanto al análisis de su personalidad. Lo que sí se sabe es que él no entiende a los demás, no tiene inteligencia emocional.
SEMANA: Petro asegura que las reformas son una lectura de lo que quiere la gente. ¿Cree que son lo que necesita el país?
G. G.: ¿El pueblo entiende esas reformas? Yo creo que intuye que lo va a beneficiar. Petro pide que salgan a la calle a defenderlas, pero no se defienden las cosas sin amor y pasión. Petro no alcanza a despertar la pasión que despertaba un Jorge Eliécer Gaitán para que la gente se movilice como una legión en defensa de sus intereses.
SEMANA: Es decir, ¿cree que Petro no tiene capacidad de convocatoria para que las calles respalden sus reformas?
G. G.: Antes la gente salía a escuchar a los que llamaban los líderes naturales. Ahora la gente no sale a escuchar, sino a hacerse oír. ¿Va a salir la gente a hacerse oír? Porque creo, según vi en fotografías, que la Plaza de Armas no estaba llena el primero de mayo. La gente llegaba a la Plaza de Bolívar y se iba. La gente sintió que marchando protagonizaba una posición ideológica frente al primero de mayo, pero aparentemente no les interesó demasiado lo de la Plaza de Armas. Es significativo, pero no negativo.
SEMANA: ¿Qué les dice a las personas que creen que Petro representa lo que su padre no logró hacer?
G. G.: Que no conocen la historia. Lo más diferente, desde el punto de vista humano, psicológico e ideológico, son Petro y Gaitán. Eso no significa que yo esté condenando a Petro, pero diciendo que soy antagónico. Luis Carlos Galán tampoco se parecía a Gaitán. El hecho de que no se parecieran no significa que uno condene a nadie, pero Luis Carlos Galán era defensor del neoliberalismo y su mentor era César Gaviria. Petro, hasta ahora, sus discursos son buenos, aporta ideas novedosas, pero hay algo que uno no ve con claridad. Por lo menos yo no lo veo con claridad. No soy de quienes quieren tumbarlo, yo solamente protesto por su mentira por querer exaltar a López Pumarejo, diciendo que mi padre quería continuar con las banderas de la Revolución en Marcha. No he pasado a la oposición y tampoco puedo decir que estoy en las filas del petrismo.
SEMANA: Su hija, María Valencia Gaitán, es directora del Centro Nacional de Memoria Histórica. ¿Qué opina sobre eso?
G. G.: María Gaitán Valencia, porque ella se invirtió los apellidos. Desde el principio decidimos no tocar el tema del Centro Nacional de Memoria Histórica. Realmente casi que no hablamos, hablamos del cumpleaños de la nieta y no mucho. Yo no he querido, y ella me conoce, que mi presencia tenga incidencia sobre su gestión o sobre sus ideas. No sé qué estará pensando de lo que acaba de decir Petro. No tengo ni idea. No nos chateamos, hemos hecho un pacto de distanciamiento para que la familia y el parentesco no interfieran en nuestra actividad laboral y política. Ella puede actuar como quiera y yo no me siento cohibida para decir o actuar lo que quiero, aun cuando ella es funcionaria de este Gobierno.
SEMANA: Usted conoce muchos revolucionarios de la historia. ¿Considera que Petro es tibio?
G. G.: No es tibio, pero no es un emocional. Bolívar y Galán eran emocionales. Todo revolucionario tiene que tener una parte emocional muy fuerte para lanzarse a una lucha como esa. Me parece que Petro es frío y racional. Algunos racionalistas alaban la frialdad, yo alabo la pasión. Su discurso en el Congreso de España demuestra que es de una frialdad para pronunciar frases emocionantes. Sin emoción. Uno siento que, en su interior, dice: “Cómo soy de importante, cómo soy de genial, cómo soy de magnífico”. Creo que hay un narcisismo muy grande que puede ser peligroso para él mismo.
SEMANA: En la carta dice que “corre riesgo” por las afirmaciones que hace sobre Petro. ¿Qué tipo de riesgo?
G. G.: Petro es vengativo. Muy vengativo. Podría... Ya lo hizo un poco con el Exploratorio Nacional Jorge Eliécer Gaitán. Tergiversó las cosas para que dejara de ser el proyecto que le dio luz a esa idea. No sé si contra mí, pero creo que el no venir de Cartagena a la conmemoración del 9 de abril, que era el Domingo de Resurrección y habló por streaming, me parece muy simbólico. Es sumamente simbólico. También mencionó a mi hija y al resto solo nos mencionó como la familia de Gaitán. No mencionarme a mí al pie de la tumba de mi papá es también significativo. No es que me haya molestado. Solo lo tomo como una línea para poder analizarlo.
SEMANA: ¿Cree que Petro tomaría alguna otra represalia en contra suya? ¿Teme por el cargo de su hija?
G. G.: Petro es un hombre inteligente y astuto. Por eso se identifica tanto con López Pumarejo, que era astuto y manipulador. No hace cosas obvias. No va a destituir a María para vengarse de mí, eso sería demasiado obvio y primario. No creo que por ahí haya problema. Más molestia será mi proyecto sobre el exploratorio y un libro que voy a publicar sobre López Pumarejo.
SEMANA: Usted conoció a Hugo Chávez. ¿Petro se parece a él?
G. G.: No, Chávez era emocional y pasional. Sus discursos te despertaban el entusiasmo y las ganas de luchar. Petro hace que tú lo admires por su conocimiento, pero no te despierta esas cosas que solo despierta el amor. Hay gente que a uno lo entusiasma por inteligente, pero uno no termina enamorado. Esas burbujas en el estómago no las despierta Petro. Eso lo despertaba Chávez, el que más las despertaba.
SEMANA: ¿Cree que Petro, como Chávez, aspiraría a prolongar por muchos años su Presidencia?
G. G.: No sé. He oído decir que no quiere ir más allá de los cuatro años. Se rectifica con frecuencia, eso no es un error. Puede caer en cuenta que estaba equivocado. ¿Quién sabe? Te lo podría contestar dentro de tres años. Por el momento, piensa que en tres años puede hacer el cambio. Cuando esté llegando al final de sus tres años y no encuentre a alguien que lo sustituya y que no continúan su lucha, creo que va a querer extender su tiempo.