Política
“Hugo Chávez era muy simpático, creo que me hacía pistola con los dedos de los pies”: Álvaro Uribe recuerda encuentro con el expresidente de Venezuela
El ex primer mandatario recordó una apuesta que le ganó Chávez. “Me la quedó debiendo”, dijo. Uribe, por su parte, le regaló un potro de su finca.
El expresidente Álvaro Uribe recordó uno de sus encuentros con el expresidente Hugo Chávez, uno de sus más acérrimos contradictores políticos. Lo hizo en el programa digital Tertulias Defensor que dirige el abogado Abelardo de la Espriella.
Uribe –quien recordó que poco le gusta hablar de las personas muertas– dijo que “Chávez era un hombre muy simpático en la relación interpersonal, por supuesto, yo creo que siempre me hacía pistola con los dedos de los pies, le tenía el alma vendida a Fidel Castro, no hay duda”.
Un 17 de diciembre, cuando estaban en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, en medio de la conmemoración del fallecimiento de Simón Bolívar, “se me dio por hablar del libertador con Chávez, me emocioné y recité la carta de Bolívar a Fanny du Villars, quien lo recibía siempre en París: ‘Te extrañará que piense en ti, ha llegado la última agonía, tengo en frente al mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma por grandes tempestades, a mi espalda se levanta el macizo de la Sierra (...)’”, recordó el líder colombiano.
Tendencias
Le pidió, además, que lo llevara al aeropuerto de Santa Marta, pero con la condición de que el colombiano manejara la camioneta blindada.
“Yo pedí a uno de los señores de la Presidencia que me prestaran las llaves del vehículo. Les dije: muchachos monten al presidente Chávez de pasajero y le solicité a la entonces canciller, Carolina Barco, que se viniera atrás porque había que tener testigos de la conversación”, recordó Uribe.
El expresidente colombiano tiene varios episodios para recordar a Chávez. Uno de ellos ocurrió en una reunión de presidentes andinos en el oriente de Antioquia.
“Yo le dije a un hermano mío: ‘no tengo caballos muy buenos ahora, por qué no me ayuda para hacerle una exhibición de buenos caballos a los mandatarios invitados. Y muchos amablemente mandaron los caballos. Enviaron uno extraordinario, le llamaban ‘paso fino’. Yo les dije: ‘presidentes, voy a pedir prestado este caballo y le voy a dar dos vueltas a este ruedo con un café en la mano sin derramarlo’. Chávez, quien estaba ahí, me respondió: ‘Uribe, tú no haces eso’. Yo le aposté unos barriles de petróleo. Me bajé al ruedo, los que montamos en caballos somos zalameros, quien lo montaba se bajó del animal, me dio su sombrero, el caballo y me dijo que era muy manso”, dijo Uribe.
Uribe recuerda que le pidió a uno de sus hombres de seguridad que le hiciera el favor de regalarle una taza de café, pero no le dijo para qué.
“Él creyó que era para tomarlo y me lo trajo lleno. No podía en medio del público mermar esa taza. Me monté al caballo y no derramé una sola gota. Ese caballo ayudaba, era de gran suavidad, lo bien adiestrado. Cuando volví a la tribuna, Chávez me dijo: ‘Uribe, eres un centauro’, pero yo le pedí el petróleo”, recordó sonriendo. “Hugo, mi petróleo, mis barriles”, le expresó Uribe.
Al otro día –recordó el líder del Centro Democrático– invitó a los presidentes a desayunar a su finca y él le regaló un potro a Chávez.
“Es el único negocio en la vida donde he quedado mal porque Chávez me insultaba tanto que decía ash, qué se lo voy a mandar. Y a los 6 años me preguntaban los periodistas: ¿ya le mandó el potrico al presidente Chávez? Y yo les respondía que allá seguía mamando en la casa y habían pasado 6 años”.