POLÍTICA
Infierno en la Universidad Distrital: cuatro mujeres denuncian en SEMANA las agresiones sexuales que sufrieron por parte de un alto funcionario
SEMANA conoció cuatro declaraciones juradas de mujeres que exponen al jefe financiero de la universidad por actos de presunta violencia sexual en las instalaciones de la institución. La Fiscalía investiga una denuncia por acceso carnal violento.
Las oficinas administrativas de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas se habrían convertido en un infierno para las mujeres que trabajan cerca de Eusebio Rangel Roa, quien ocupaba el cargo de jefe de la división de Recursos Financieros de la institución.
El funcionario lleva varios años en la universidad. Algunas de sus subalternas manifiestan haber presenciado ciertas conductas inapropiadas, como sugerencias sexuales, acercamientos indebidos y hasta tocamientos sin consentimiento. Los casos han sido notificados internamente, pero hasta el momento no se han materializado sanciones o consecuencias para Rangel.
Una de las denuncias llegó a la Fiscalía. El funcionario es investigado por acceso carnal violento por hechos ocurridos en 2017. El caso se reactivó con la asignación de un fiscal en septiembre de este año.
Esto motivó a que otras mujeres, que están cansadas de la falta de acciones, se atrevieran a anexar sus testimonios que hicieron mediante declaración jurada, para que se haga justicia.
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SEMANA conoció los testimonios de cuatro de ellas, quienes detallan el accionar de Rangel en las instalaciones de la universidad, así como las intimidaciones y amenazas con dejarlas sin contrato en caso de no acceder a encuentros sexuales con él.
Angélica Yurani Gómez Murcia tiene 25 años y entró a trabajar en el área financiera de la Universidad Distrital en septiembre de 2022. Inmediatamente, según narra la mujer, Rangel aprovechaba momentos en los que estaba sola para hacerle insinuaciones sexuales.
“¿Cómo lo chupas?”, “¿has hecho tríos?” y “¿cómo eres en tus relaciones sexuales?” eran algunas de las preguntas que Gómez asegura que escuchó de Rangel, quien incluso se acostaba encima de su mesa.
De hecho, cuenta que una tarde, al salir de la oficina, su superior fue directo a preguntarle si quería hacer un trío con él.
“Una vez, saliendo de la oficina, casi en la puerta me lo encontré y enseguida se me acercó y me preguntó si era capaz de hacer un trío con él. Otros funcionarios de la universidad que venían cerca, escucharon la conversación, y se aterrorizaron de las palabras que él me dijo. Yo, porque era mi jefe, no le contestaba nada y me hacía la loca”, manifiesta en la declaración, enviada a la Fiscalía.
Y asegura que el acercamiento del jefe de Recursos Financieros era “constante” y “casi insoportable”. “Varias veces me salía preguntando si me gustaba el chorizo, es decir, si me gustaba el pene. Se me acercaba en el oído y me decía bajito que cómo lo mamaba”, contó Gómez. Acercamientos que tuvo que soportar por miedo a perder su trabajo. Incluso, optó por decirle que le gustaban las mujeres, con el fin de que el acoso acabara.
Pero una vez, en el ascensor de las oficinas, Rangel llegó a abalanzarse para besarla, acercamiento que ella rechazó. Apenas se abrieron las puertas, tuvo que salir corriendo de las instalaciones.
“Me preguntó que cómo me había ido, me dijo que lo saludara, pero se me acercó para besarme. Salí corriendo”, contó. La mujer narra en SEMANA que el acoso siguió hasta julio de 2023, cuando Rangel pasó de jefe financiero a líder de un grupo dentro del área.
Otro caso es el de Leidys Viviana Vergel Gutiérrez, quien para este medio detalló su experiencia como contratista bajo las órdenes de Rangel. Ingresó a la universidad en 2022.
La contratista estaba pasando por un momento difícil en su vida, luego de la muerte de su esposo. Pese a esto, cuenta cómo el entonces jefe del área financiera le decía que quería ver sus tatuajes en un contexto sexual.
“Que él pagaba por ver esos tatuajes. Me daba mucho temor quedarme sola con él. Y era una persona que hasta con su mirada y gestos de su cara permanentemente me morbosea. A veces yo estaba en mi puesto de trabajo y de un momento a otro se me acercaba por detrás sobre la silla y comenzaba a mirarme posándose detrás de mí”, se lee en el documento.
Afirma que Rangel constantemente la invitó a tomar café y a almorzar, pero nunca accedió. A raíz de esto, según Vergel, el sujeto no permitió su continuidad en la dependencia. Su contrato terminó el 29 de diciembre de 2022.
De todas formas, siguió buscándola en el área de almacén, donde sí le dieron un nuevo contrato: “Una vez saliendo del ascensor me tocó la espalda. Una compañera iba conmigo”.
“Este mes de octubre me dijo que saliéramos en un carro que nadie conoce en la universidad”, contó, agregando que Rangel alcanzó a decirle que “últimamente se toma fotos desnudo”, ofreciendo enviárselas.
“Lo que está insinuando es que si yo accedo sexualmente, entonces voy a estar bien”, indicó en el documento.
De halagos a acosos
Rocío del Pilar Salas Fonseca, quien trabaja desde hace 13 años en la universidad, también asegura haber presenciado los actos de Rangel.
Salas llegó al área financiera, donde el funcionario comenzó con invitaciones a almorzar, que evolucionaron en halagos. Con el pasar del tiempo, se convirtieron en insinuaciones sexuales. “Fuimos a una reunión en la Secretaría de Hacienda, estaba el señor Rangel presente. (...) En plena reunión, después de una intervención que realicé, se pone de pie y se acerca por detrás y me habla en el oído. Yo pensé que era algo de mi intervención, pero él me dice: ¿es verdad que las mujeres pecosas como tú son buenas en la cama?”, relató.
Estas insinuaciones se convirtieron en hostigamiento laboral, de acuerdo con el documento firmado por Salas: “Numerosas veces me gritó, delante de muchas personas en reuniones, me decía que me callara, que yo no sabía”.
La trabajadora, ante preguntas de corte personal, le contó que no era de Bogotá, a lo que el funcionario habría respondido: “Con razón, porque esa cola no es de acá”. También le habría dicho que iba a contratarla para hacerle “retratos desnudos”.
En otra ocasión, no respetó el espacio personal de la mujer: “Procedió a sentarse al lado mío y me empezó a hablar como muy de cerca. De alguna forma me sentí encerrada por su actitud corporal, porque tenía las manos muy cerca de mi persona, arrinconándome. Me hablaba muy fuerte, en ese momento solo estaba como quejándose del proceso que se llevaba a cabo, pero su actitud fue de mucha proximidad y de hostigarme, con la posición de las manos y del sitio donde me encontraba”.
La Universidad Distrital, ante la situación, respondió a este medio que la rectoría, una vez conoció las denuncias, las remitió a la Oficina de Control Interno Disciplinario, con el fin de hacer las verificaciones pertinentes. Aseguran que las denuncias archivadas o compulsadas cuentan con reserva y que se procedió según el protocolo interno en este tipo de casos.
Este medio se puso en contacto con Elverth Santos Romero, vicerrector Administrativo y Financiero, quien explicó que apenas tuvo conocimiento de las denuncias, procedió a notificar al rector Giovanny Tarazona: “Procedimos conforme a la norma, con el fin de proteger a las mujeres que alertan sobre esta situación”.
SEMANA contactó a Eusebio Rangel Roa frente a las denuncias en su contra. Colgó el teléfono de forma inesperada ante las preguntas, pero luego volvió a ponerse en contacto con una periodista del medio: “Estoy amenazado de muerte. No conozco a las mujeres, eso nunca pasó”. Luego desautorizó el uso de su nombre en la publicación.