POLÍTICA
Ingrid Betancourt compara la burla de Gafas, su carcelero, a la paz de Petro, con intercambio de sombreros entre el presidente y Mancuso
La colombo-francesa no estuvo de acuerdo en que el Gobierno nombrara gestor de paz a alias Gafas, su carcelero, y a Salvatore Mancuso.
Si hay una dirigente política molesta con la burla de Alexander Farfán, alias Gafas, al proceso de paz del gobierno del presidente Gustavo Petro es la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
Al fin y al cabo, ella lo padeció durante varios meses, cuando él se convirtió en su carcelero en la última etapa de su secuestro en la selva del Guaviare, el verdugo que la mantuvo retenida y la sometió a sus excesos.
Por eso, visiblemente molesta, Betancourt recordó que Gafas estaba condenado a 19 años de cárcel por el secuestro de ella y Thomas Hows, Keith Stansell y Marc Gonsalves, los tres estadounidenses que estuvieron durante más de cinco años en poder de las Farc.
“Farfán pagó nueve años, volvió a delinquir y lo agarraron, pero el presidente Gustavo Petro lo hizo soltar de nuevo como gestor de paz. Se le voló para seguir haciendo lo mismo”, dijo.
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Según Betancourt, Gafas es una mala persona y su actitud al mal es su ideología. “Esto y el intercambio del sombrero vueltiao es lo mismo: pisotear al país y a las víctimas para montarnos en un narco Estado”, enfatizó.
Ella se refiere al intercambio de sombreros entre Gustavo Petro y Salvatore Mancuso en Montería el jueves 3 de octubre, el presidente y el exjefe paramilitar que fueron fuertes contradictores en el pasado, pero hoy, sorpresivamente, hablan de paz y conciliación.
Ingrid Betancourt, como víctima de las Farc, ha sido crítica de Gafas y de Mancuso. Al menos, frente a las resoluciones que firmó Gustavo Petro con las que los convirtió a ambos en gestores de paz.
De Gafas, por ejemplo, dijo en su momento a SEMANA que era una burla para las víctimas y que él no mostraba verdaderas intenciones de paz.
“En la selva él iba más allá de las órdenes. No solo maltrataba a los secuestrados, sino a los guerrilleros que estaban con él. No se hizo querer ni siquiera por las Farc. Tuvo muchas dificultades con sus subalternos, es de una gran crueldad, abusaba de los hombres y de las mujeres bajo su mando”, narró Betancourt a este medio.
También dijo: “Con los negociadores de las Farc, en el primer proceso de paz con Juan Manuel Santos, uno entendía sus perfiles, eran comandantes, hacían parte del Secretariado, habían tenido mando, historia dentro de la guerrilla, pero uno no sabe qué historia de mando tuvo alias Gafas en las disidencias de las Farc. Lo que uno conoce es que el Secretariado lo cuestionó por haberse dejado engañar por la Operación Jaque. Durante muchos años no fue aceptado por el Secretariado y ahora se recicla con las disidencias”, manifestó.
Frente a Salvatore Mancuso, Betancourt también se opuso.
En su momento, le dijo a SEMANA que la designación del ex jefe paramilitar como gestor de paz podía leerse como una clara cuenta de cobro de Gustavo Petro al expresidente Álvaro Uribe, su eterno enemigo político.
“Es polémico, creo que lo de Salvatore Mancuso es una jugada en contra de Álvaro Uribe. Creo que hay algo como poner al expresidente en una situación de precariedad, pero no sabemos qué hay detrás”, reconoció Betancourt en diálogo con SEMANA.